Greenpeace protesta contra la contaminación en reunión de Viena- ¡Que viva Evangelina!

 


Bertolt Brecht

Durante el nacimiento de un hijo (según Su Tung-pó)

Las familias, cuando nace un niño
lo quieren inteligente.
Yo, que con la inteligencia
arruiné mi vida entera,
sólo puedo desear que mi hijo,
algún día,
sea ignorante y perezoso de pensamiento.
Así tendrá una vida apacible
como ministro en el gabinete.

 

 

 

 

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Los Blogs de La Hojarasca: El bufón que se burló del rey

 

  • Ejemplar #20, mayo de 2006   

     

    A 500 años de su fallecimiento

     

    Antihomenaje a Cristóbal Colón

    Mario Lamo Jiménez

     

    Cristóbal Cartón y sus 40 piratas

    Cristóbal Cartón

    y sus 40 piratas

    navegaron

    por un mar de natas,

    entre más navegaba

    y navegaba

    menos sabía don Cartón

    por dónde andaba.

    Un día, una isla rara

    golpeó a don Cartón y

    a sus piratas en la cara.

    "Tierra en la vista",

    gritó Cartón,

    sacándose de un ojo

    un terrón.

    Cuando andaba perdido,

    Cartón fue descubierto

    por un grupo de nativos

    que en su idioma dijeron:

    "Bienvenido".

    Cartón que no sabía

    nada de modales

    ni de geografía,

    no contestó el saludo.

    Tan sólo escribió en su diario:

    "Llegué a la China,

    estoy seguro,

    la isla donde saltan los canguros".

    Y en una isla de chocolate,

    plantó Cartón su bandera pirata

    y se robó así,

    de la forma más sencilla,

    todo un continente,

    una luna de cacahuate

    y dos mares de mantequilla.

    "Agarren a Cartón

    y a sus 40 ladrones",

    gritó un loro,

    "me ha robado las plumas

    y a los nativos el oro".

    Don Cartón, el pirata

    no tuvo decoro,

    exterminó a los nativos

    y hasta mató al loro.

    Devuelto a España encadenado

    Cartón, el pirata deliraba,

    "Soy dueño del tesoro,

    de mares de esmeralda

    y de montañas de oro".

    Cristóbal el pirata,

    cabeza hueca

    y corazón de lata

    murió sentado en una silla.

    Una pierna la enterraron

    en una isla americana

    y la otra

    la enterraron en Sevilla.

    Dónde están hoy todos sus restos,

    a ciencia cierta no es sabido,

    Don Cristóbal, el pirata

    aun después de muerto

    anda perdido.