ESTADOS UNIDOS, AGUILA O AVESTRUZ
Néstor-Hernando Parra
Desde el Imperio Romano sólo los “ciudadanos” tienen derechos políticos, los del otro lado de las murallas, son “extranjeros”. Hoy, éstos pueden manifestarse en calles, plazas y medios alternativos de comunicación. Conforman la Opinión Pública Global (OPG) que mayoritariamente rechaza la guerra “made in USA”por su arrogancia, haberse basado en mentiras, ignorar a la comunidad internacional, y por la violación de derechos humanos. Las encuestas dicen que 4 de cada 5 “ciudadanos del mundo” dan el voto castigo a Bush y “eligen” a Kerry. ¿Cómo votarán los que viven en la polis “encorralada”?
Estados Unidos es una nación que ha fundido razas, culturas y creado el “american way of life” que el resto del mundo anhela replicar. Sus fundamentos, libertad, individualismo, eficiencia, trabajo y utilidad de la ciencia y la tecnología, para hacer la vida confortable, coinciden, en buena parte, con los del protestantismo: fe religiosa, individualismo y esfuerzo. Simultáneamente, ha creado una clase media mayoritaria, la clase emergente, la “sociedad consumista”. La maraña de productos, mercados y publicidad, esconde los cables que “amarran” esa estructura social. El estadounidense “tipo” es tradicionalista, conservador, orgulloso de su país y de sus creencias. EU se cree “nación indispensable”, predestinada, como toda sociedad imperial. Los “ciudadanos del Imperio” deciden su suerte. Los del resto son simples mortales. Ellos elegirán a Kerry o le darán cuatro años más a Bush.
EU se ha movido en forma pendular entre “aislacionistas” (¿qué nos importa el resto del mundo?) y los “internacionalistas”, divididos entre “unilateralistas” (no necesito de nadie) y los “multilateralistas” (hacer aliados y coaliciones para dominar el mundo). En el campo de obtener que los demás hagan lo que uno quiere (objetivo del poder político) las estrategias oscilan entre el poder “duro” ( militar y económico ) y el “blando” (diplomacia, seducción, lazos comerciales, y “mucha paciencia”) Los unilateralistas prefieren el poder duro para ganar esta guerra, y cuantas más vengan, con tal de exterminar el terrorismo. Bush, en los debates televisados, plantó cara a Kerry ante su propuesta de una consulta global para decidir sobre una guerra. (“¿Qué quiere, que Francia y Alemania, sean quienes decidan por nosotros?”) Los multilateralistas prefieren el poder blando - creen en la seducción, la diplomacia, la cultura, el comercio internacional para la formación de coaliciones, y en el aval de la comunidad internacional-. Los primeros votarán por la reelección, los segundos por el Senador de Massachussets. ¿Quiénes harán mayoría?
Estados Unidos sufrió el 11S el derrumbe de dos torres gemelas, pilares de su organización: la seguridad ciudadana y la credibilidad en su administración. Y vio reencarnarlas en dos monstruos: el miedo, arma política de probados efectos, y la arrogancia, imagen de decisión, suficiencia y fortaleza, magistralmente manipulados por el presidente tejano. Aquel nefasto día, un “individuo” desafió al Imperio: unipolar en el poder militar, multipolar en el económico, y disperso en sus relaciones transnacionales( J. S. Nye) La respuesta fue: “A por él”, como dirían los españoles. Se hizo la guerra de Afganistán, pero Osama Bin Laden sigue en activo ( insiste Kerry) y los antiguos “señores de la guerra” controlan el negocio de la heroína. Se dejó a medias la guerra en Afaganistán ( Kerry) se invadió Babilonia, segunda etapa de la”guerra del golfo”, y se destruyeron tesoros de la cuna de la civilización. Desde antes de iniciarse la invasión a Irak, en Washington se hablaba únicamente de la “reconstrucción” (adjudicación de contratos entre otros a Halliburton, otro punto destacado por el retador) y “duplicación de la explotación petrolera”, la razón económica de la invasión. Sumaba el objetivo de tener un punto estratégico “propio” en el oriente medio (Israel-Palestina, tema ausente en los debates.) Entretanto, el Presidente, Cheney, Rumsfeld, Condoleeza y Powell se envolvían en la bandera de la “libertad y la democracia” para liberar un pueblo –realmente- oprimido por la dictadura de Sadam Hussein. Cumplido el objetivo militar, hoy prolifera la rebelión contra los invasores y la lucha por el poder entre suníes, chiitas y kurdistanes. Además, las huestes más feroces de Osama Bin Laden se concentran mayoritariamente allí –sin olvidar sus acciones terroristas en Balí, Casablanca, Madrid-, que no son otra cosa que la privatización de la guerra.
Afganistán e Irak pertenecen al islamismo fundamentalista, dividido en vertientes radicales y moderadas, caracterizado por la fe, universalismo, fusión entre política y teología, y la existencia de un “enemigo” al que hay que “exterminar”. EU, hecho con el petróleo, quiere imponer en Irak un sistema democrático y constitucional. Cambios de comportamiento requieren cambios de creencias y, así se ensayen elecciones, hoy en Afganistán, mañana en Irak, el “renacimiento” no ha llegado a los musulmanes. Es lo más parecido al choque de culturas. (Huntington) La guerra seguirá, con “traslados” de competencias a las “autoridades iraquíes” patronadas por las fuerzas invasoras que irán evacuando lentamente. Dejarán lo indispensable para el funcionamiento político-administrativa, asesoría en seguridad ciudadana y capacidad militar máxima concentrada en la industria petrolera. Esas son las fuerzas inerciales que, con uno u otro presidente, desarrollarán su propia dinámica.
En cuanto a la política doméstica, seguridad social descaecida, medicamentos encarecidos, desempleo petrificado, educación deteriorada, déficit comercial en alturas astronómicas, déficit fiscal (por rebajas de impuestos a las grandes empresas, mimetizadas con las de sectores medios) son temas que preocupan a cada hogar norteamericano. Tienen que ver con su supervivencia.
América Latina, ni suena, ni truena, ni relampaguea. Colombia tendrá, con cualquiera de los dos, más de lo mismo, quizá con mejores intenciones del demócrata Kerry. Algunos analistas dan al voto hispano poder decisorio en el empate técnico en el que hoy se encuentra la opinión, según las famosas encuestas, derrotadas en tantas latitudes y oportunidades.
Lo que el elector debiera definir es si EU es águila que vuela alto, capaz de otear un horizonte global en paz, o es avestruz que hunde su largo periscopio y prefiere excavar con su pico la arena política para no ver las peligrosas debilidades de su propio entorno.
Bogotá, octubre 26 de 2004.
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