Que responda Uribe Vélez

 


Nicanor Parra

Test

Qué es un antipoeta:
un comerciante en urnas y ataúdes?
un sacerdote que no cree en nada?
un general que duda de sí mismo?
un vagabundo que se ríe de todo
hasta de la vejez y de la muerte?
un interlocutor de mal carácter?
un bailarín al borde del abismo?
un narciso que ama a todo el mundo?
un bromista sangriento
deliberadamente miserable?
un poeta que duerme en una silla?
un alquimista de los tiempos modernos?
un revolucionario de bolsillo?
un pequeño burgués?
un charlatán? ¿Un Dios? ¿Un inocente?

 

 

 

 

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Mario Lamo Jiménez: El huracán George

 

 

 
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El Blog de Enrique Santos Molano

 

  • Ejemplar #19, abril de 2006   

     

    Carta al padre no Kafkiana

     

    Para: Jaime Gómez, el soñador

    De: Diana, tu soñadora

     

    Hola papi. La noche del domingo soñé contigo. Estabas recostado y me

    hacía a tu lado. Me abrazabas, me decías algo de teatro y marionetas.

    Ya casi comienza el Festival de Teatro, debe ser por eso, sabes que

    tenemos boletas compradas y estamos esperando que llegues pronto para

    disfrutar del arte en una de las tantas expresiones que te apasiona.

    Al salir de la función seleccionada por ti caminaremos unas calles

    con la tranquilidad extraña con la que disfrutamos la ciudad que nos

    vio nacer, crecer y ser quienes ahora somos. Llegaremos a un

    restaurante o un café, si hace mucho frío y es demasiado tarde

    tomaremos un taxi y en cualquiera de esos espacios que apropiamos

    rápidamente compartiremos puntos de vista sobre la obra. Cada quien

    tendrá algo que decir porque hemos aprendido contigo a ver el mundo

    con ojos críticos. Sebastián, tu hijo, que todos los días piensa en

    cuándo volverá su amigo, resaltará la pertinencia de la música

    empleada. Lelys, tu compañera, que estos días ha compartido la cama

    conmigo, nos hará caer en cuenta de ese detalle recóndito que

    completa el análisis. Tú y yo miraremos como esa pieza nos dice algo

    del país, yo notaré algo que tiene que ver con el género, tú nos

    contarás quien es el autor del guión o el director de la obra. El

    domingo iremos donde la abuela, ella y Pato, tu hermana, estarán

    pendientes de tu agua café. Almorzaremos en cualquiera de las dos

    mesas y tendremos noticias de tus hermanos, hermanas y el resto de la

    familia. Te levantarás de la mesa, tomarás de nuevo esa agua café que

    huele a dulce panela colombiana y te escabullirás al sofá a una

    siestita. Te dejaremos pasar esos 15 o 20 minutos que te reconfortan

    y luego miraremos las mismas fotos que nos permiten recordar que rico

    es gozar la vida y sentirla a plenitud como tú lo has hecho. Alguien

    dirá algo del país en el que nos tocó vivir y compartiremos lo duro

    que está todo. Algún debate surgirá y lo abordaremos con argumentos,

    sin desesperarnos, con palabras. Haremos balance de lo que significa

    concentrar el dinero en la guerra y no en lo social, las

    implicaciones del TLC, las dificultades que se presentaron con las

    últimas elecciones y las que tenemos que evitar en la coyuntura

    política de elección presidencial para que este país que tanto amamos

    y por el que luchamos pueda ser viable. Dirás con tranquilidad que

    aunque sin duda están difíciles las cosas en Colombia todavía se

    puede disentir, debatir, ser opositor, aportar desde ideales

    democráticos, que no te estorba tu trayectoria política, tu historia

    de vida, que en este país puedes pensar diferente, que por eso no te

    vulneran, ni te desaparecen, ni te matan. Te pararás del sofá, irás

    al baño y te despedirás de la abuela quien con ternura te dará un

    beso y te recomendará que te cuides, por supuesto, no de nadie que

    este perdiendo el tiempo siguiéndote, violando tu libertad, sino de

    este frío tan horrible que está haciendo. “Bueno, chicos (últimamente

    chicos y chicas), nos vamos. Tengo mucho que leer y una reunión más

    tarde”. Si, nos vamos, todos tenemos algo que hacer. Abrimos la

    puerta y salimos los cuatro: Lelys, tú, Sebas y yo. Me dejarán en la

    buseta, te daré un beso y te diré que te quiero, en silencio te daré

    las gracias por respetar mis puntos de vista. Tomarán los tres su

    buseta y tu te bajarás cerca de la casa de Piedad. Llegas, timbras y

    te sientes plácido: haces lo que quieres, cada día concretas más tu

    proyecto de vida y te sientes realizado. Miras atrás, no hay nadie,

    pero además ves un país que te brinda las garantías para la

    consolidación, profundización y radicalización de la democracia.

    Sonríes con esa expresión que esparce vida. Vives en un país en el

    que no torturan y no matan, allí la gente no muere por el uso de la

    fuerza. De nuevo ríes, estás pensando en un comentario sarcástico,

    bromeas y sacas partido de ese instante ...

      Te amo