Manifestantes "como Dios los trajo al mundo" (o casi), protestan por los derechos de los animales.

"No a la crueldad de las corridas de toros",

reza la pancarta.

(En algún lugar de Europa, Julio de 2005)

 


Minibiografía

De niño,

torturaba al gato con placer sádico

de joven,

asistía a corridas de toros

(la sangre era su afrodisiaco)

de adulto,

ingresó al glorioso ejército de la patria.

El presidente le ha dado un ascenso

por cada masacre.

 

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Octavio Quintero: Más que semántica

Se acabó dictadura de las casas editoriales

 

 
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  • Ejemplar #11, julio de 2005   

     

    Cuando la espada

    masacra la pluma

     

    Que encierren a Pinochet,

    que liberen a los poetas

    Pedro A. Rosas

    (Tomado de Libros y Letras de Bogotá. Agencia de Noticias Culturales)

     

    Nota de La Hojarasca. Nos solidarizamos con el texto del siguiente artículo, en su integridad. No es admisible, bajo un punto de vista democrático, que varios poetas paguen condena desde hace más de catorce años “por terrorismo”, mientras que el peor de los terroristas latinoamericanos, el sanguinario ex dictador Augusto Pinochet, vetusto y cínico, esté libre y siga fingiendo derrames cerebrales cuando todos sabemos que carece de cerebro, ni ataques al corazón, cuando nunca lo ha tenido. ¡Que encierren a Pinochet, que liberen a los poetas chilenos! Tal debe ser el grito unánime de todos los que en nuestra América amen la democracia.

    **********

    A 36 días de iniciada una huelga de hambre. Carta abierta escrita con la esperanza de construir la libertad de Pablo Vargas, Claudio Melgarejo, Hardi Peña y Fedor Sánchez

    ESTA MAÑANA es muy fría en Santiago, la gripe me ha tomado prisionero y no sé si hacerle un comunicado o un motín. En cualquier caso tengo la sensación de que esta gripe, este dolor de articulaciones, esta peste, es una buena peste. Cómo voy a comparar el momentáneo bienestar de un día sin gripe en la cárcel a una vida con gripe en libertad. ¡Viva la gripe, viva el smog, viva el tráfago, viva la libertad! ¡Que viva la libertad en todas las esquinas! Es y ha sido nuestro grito y sincopado blues de combate. Así lo hemos escrito, cantado y parafraseado en nuestras interacciones libertarias. Pero la libertad no florece con la lluvia del invierno, necesita una primavera de voluntades y cuatro estaciones de inteligencia y buenos movimientos. Oportunos, audaces. Nuestra pequeña estrategia, articular gestión y denuncia. Movilización y convocatoria de solidaridad, es correcta pero microscópica. Somos pocos, somos frágiles, somos un grano de arena en un mar de seres ciudadanos demandantes. Atomizados por el maléfico enemigo y por nuestro propio egocentrismo; somos, en suma, un pueblo que como otros camina y aprende, y sea cae más de lo necesario. Hoy tenemos una tarea urgente, tarea dramáticamente urgente y tremendamente contenedora de todo lo que alguna vez dijimos y soñamos.
    Hoy la libertad, la palabra, el encuentro, la posibilidad utópica de dar a cada hombre y mujer un lugar y un pedacito de felicidad en la historia, tienen ahora nombres concretos. Seis nombres, seis vidas, varios de ellos hombres que dejaron de ver el sol cuando aun no cruzaban el umbral de la adultez, piden ahora un gesto nuestro. Quisiéramos pensar que es un último gesto, el rito final antes de sentarnos a la mesa como iguales. Antes de batir nuestras diferencias y nuestros conciertos cara a cara. El lunes 16 de mayo los cuatro condenados a cadena perpetua por ley antiterrorista, mis hermanos, han comenzado una huelga de hambre indefinida. Esta no es una decisión fácil y menos arbitraria y se explica al constatar que, a casi un año de promulgada una ley de indulto general, su situación aun no tiene una solución definitiva. ¿Acaso todo el mundo ha olvidado el llamado que hiciera el ejecutivo, presionado por una huelga de hambre de más de 70 días, para votar aquel proyecto así como la decisión parlamentaria de aprobarlo y el compromiso claro y explícito del Ministro del Interior en términos de que los prisioneros que no fueron beneficiados, serían objeto de medidas alternativas? Hoy parece que nadie recuerda que hay seis hombres condenados al olvido de por vida. Nuestros compañeros continúan presos y tras 14 años de cautiverio, ponen una vez más sus vidas como testimonio e instrumento de su decisión inquebrantable de ser libres. Hardy Peña Trujillo, Claudio Melgarejo Sánchez, Fedor Sánchez Piderit y Pablo Vargas López, exigen que las autoridades políticas cumplan su palabra. Demandan al Ejecutivo que otorgue suma urgencia a un proyecto de ley que les permita, a lo menos, obtener la libertad condicional. Igualmente hacen al Senado un llamado urgente a votar favorablemente este proyecto; tal como lo hizo el último 07 (junio) la Cámara de diputados. Frente a esta huelga sólo nos queda hacer realidad nuestras palabras, derribar los muros con solidaridad activa y dar palabra y cuerpo a nuestros amigos y hermanos prisioneros. Ellos han escrito, por la mano de sus amigos y familiares, en los muros de esta ciudad su historia y nosotros hemos asumido la tarea de dar a su palabra y experiencia eco y presencia más allá de esos muros. Llevarlos al mundo, al futuro a la libertad . El gobierno de la indiferencia y el poder no podrán apagar sus voces. Mañana sus rostros, sus palabras, sus gritos rebeldes y honestos, su poesía profunda y sus trazos de gesto hondo, señalarán la dignidad y la miseria humana con una indagatoria espeluznante. ¿Cómo podremos entonces escapar a la memoria? ¿Cómo podremos entonces decir YO no sabía?
    Aprendí en la prisión que no es necesario trazar un mapa o imponer una estrategia para convocar humanidad. Hoy sobre la mesa de la urgencia pido tu mano, y por tu intermedio la solidaridad crítica y libre de aquellos que, como tu, han debido partir para poder vivir. Sólo te pido que juntos demos a mis hermanos la misma oportunidad de caminar. No sé qué más decir, me entristece, me avergüenza un poco tener que explicar por qué no podemos dejar entregados a su terrible suerte a estos hombres que con el sacrificio de la carne aspiran a tener lo que muchos de nosotros despreciamos cada día. ¡Ayúdanos, amigo mío, así lo hiciste conmigo ¡seamos más libres en su libertad! Un abrazo agripado y rebelde.
    Santiago de Chile, junio 22 de 2005