Conferencia dictada en la Universidad Libre
Enrique Santos Molano
Cuando los analistas del futuro examinen las circunstancias colombianas de finales del siglo XX y de principios del siglo XXI, podrán apreciar que la patria boba, como en 1810, se divide en dos teorías. Ya hoy no como la de los federalistas, que querían implantar a toda costa en nuestra constitución las instituciones de los Estados Unidos de Norteamérica, opuesta a la de los centralistas que eran partidarios de adoptar un régimen institucional acorde con nuestra idiosincrasia, sino entre la de los que sostienen que en nuestro país no hay conflicto interno alguno, y la de los que estiman que en Colombia se vive una guerra civil, y hay, por consiguiente, un conflicto armado.
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Harold Bloom sin pelos en la lengua
“En Estados Unidos ya no hay democracia”
Por Noelia Sastre
De El Periódico de Catalunya.
Desde Nueva York
Nota de La Hojarasca. Los periódicos de América Latina han publicado unas notas desabridas sobre el último libro de Harold Bloom, “¿Dónde se encuentra la sabiduría”, y excluido la parte más importante de sus declaraciones, que por fortuna recoge la corresponsal en Nueva York del diario El Periódico de Barcelona. No consideramos necesario decir quién es Harold Bloom, pues el crítico y literato estadounidense ya ha sido inmortalizado por su colega de Bogotá, el celebrísimo Juan Manuel Santos (que desde chiquito ya sabe dónde se encuentra la sabiduría), quien le ha dado la bendición al libro de Bloom al calificarlo de “delicioso”. ¿Con qué se lo habrá comido?
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Harold Bloom (Nueva York, 1930), posiblemente el crítico literario más influyente de los últimos años, considera que “el mayor daño que se ha hecho a la crítica literaria es su politización”. Una idea que reiteró ayer (mayo 16) durante la presentación de su último libro ¿Dónde se encuentra la sabiduría?, publicado en castellano por Taurus. La paradoja es que Bloom acabó convirtiendo su intervención en una mordaz reflexión política sobre el mundo actual y, en particular, sobre el Gobierno de Bush. “Soy pesimista, estoy sumido en la desesperación porque tenemos el régimen más estúpido de nuestra historia”, señaló Bloom en el Instituto Cervantes de Nueva York, para después añadir: “Tengo la horrible sensación de que en Estados Unidos ya no hay democracia, sino una combinación de teocracia y plutocracia”.
El escritor y crítico literario, que en el 2002 recibió el Premi Internacional Catalunya, lanzó esta última afirmación para argumentar sus dudas sobre si la educación democrática tendrá éxito frente a la era de la pantalla, sobre el interés de los jóvenes en encontrar la sabiduría y sobre la amenaza de Internet. “El predominio de los medios audiovisuales hace que miles de jóvenes vean mermada su capacidad de leer seriamente. Estamos bombardeados por las imágenes, pero eso no significa que mis alumnos en Yale, donde pretendo enseñar hasta que ya no pueda más, no sean igual de inteligentes que los que he tenido en mis 54 años como profesor”.
El mar de Internet
Para Bloom, la amenaza no viene tanto de la televisión, sino de “ese vasto mar, gris y amorfo, que es Internet, donde el usuario debe ser muy ducho y avezado para no ahogarse”. En referencia a la lectura, Bloom subrayó que es una vocación desde la infancia. “Y eso –agregó—no creo que muera”.
Y es esa pasión por la literatura la que ha llevado a este autor de otros 25 títulos a escribir, a sus 75 años, un libro en el que, a través de los pensadores de Occidente, intenta explicar dónde y cómo se encuentra la sabiduría. El impulso de repasar las claves de la literatura, desde la Biblia al siglo XX, le llegó después de unos importantes problemas de salud y a partir de la intuición de “un cercano encuentro con la muerte”. En ese momento Bloom ya llevaba más de medio libro escrito, pero decidió comenzar de nuevo y echar mano de los grandes autores. Así, en ¿Dónde se encuentra la sabiduría? Establece comparaciones entre el Libro de Job y el Eclesiastés, entre Platón y Homero, Montaigne y Bacon, Johnson y Goethe, Emerson y Nietzche, Freud y Proust. Y, por supuesto, entre Cervantes y Shakespeare.
“El autor de Hamlet nos enseña cómo hablar con nosotros mismos, pero no con los demás. Cervantes sí lo hace, a través de las conversaciones entre el caballero y Sancho. Si yo hubiera hablado con la misma apertura que don Quijote y su fiel escudero, habría aprendido a vivir mejor”, aseguró Bloom.
El crítico neoryorquino reflexionó también sobre la inmigración ilegal en su país y afirmó que en el pesimismo derivado del “estúpido” régimen de Bush “hay un motivo de esperanza, y es que a medida que esta nación se va haciendo cada vez más hispana o asiática, la próxima generación no tendrá las dificultades que tenemos ahora. Es un ultraje moral que llamemos inmigrantes ilegales a los mexicanos –dijo--, cuando lo único que hacen es volver a la tierra de sus abuelos”.
Bloom cerró su presentación con una nota de “triste ironía” sobre la ley de matrimonios entre homosexuales en España, de la que dijo que “a quien más beneficia es a los abogados especializados en divorcios”.
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