Hay fuertes razones para creer que la vacuna COVID-19 es peligrosa. Sólo aquellos que no saben nada sobre los antecedentes penales de los fabricantes de la vacuna o la historia de las lesiones de la vacuna estarían de acuerdo en aceptarla en sus cuerpos. Sus defensores dicen que es segura y efectiva, pero no pueden producir una confirmación científica de eso. El desarrollo de las versiones anteriores de este mismo tipo de vacuna tuvo que ser detenido debido a las reacciones adversas, incluyendo la muerte, con los animales de laboratorio. Los gobiernos han dado el estatus de “vía rápida” para comercializar la nueva vacuna con solo una fracción de las pruebas que normalmente se requerirían. Incluso este ensayo limitado ha revelado reacciones adversas, que los fabricantes han descartado por no ser pertinentes. Todo esto es por lo que estos médicos y otros profesionales de la salud de todo el mundo están advirtiendo sobre esta vacuna.

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