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                             CRÓNICA URBANA

         

               LAS CIUDADES INVISIBLES DE COLOMBIA

        

- SKETCH DE SEMIÓTICA DE LA ARQUITECTURA-

 

GUSTAVO ORTIZ

Profesional en Estudios Literarios UN.

Número 1: 3117513849 Número 2: 3002947305

 

Toda utopía de ciudad tiene el riesgo de resignificarse en su día a día. La humanidad estructuró utopías hasta la edad moderna; en la vida posmoderna se desestructuran utopías de ciudad, lo que no quiere decir que dejen de significar.

Las ciudades grandes en Colombia pueden jugar a una realidad arquitectónica comunicativa y a una realidad arquitectónica funcional. Las ciudades pequeñas, ciudades invisibles de Colombia, seguramente no.

La semiótica puede aplicarse sobre la arquitectura, aunque no sean tantos los artículos en la materia porque muchos académicos visualizan un desafío, incluyendo Umberto Eco.

¿Existe un signo arquitectónico? Establecidas están las definiciones de Saussure, la de Pierce y la de Roland Barthes; ésta última que se pregona como colonizadora conceptual actual, "desde el momento en que existe sociedad, cualquier uso se convierte en signo de este uso." (1964)

Bajo esta definición expuesta late la arquitectura de manera crítica. En la definición de Pierce en su Collected Papers, podríamos detallar que;

 

 

Por lo tanto el objeto arquitectónico es el representamen de ese objeto o referente que leemos mediante varios interpretantes. Un signo compuesto dirían algunos, pero es verdad que todo signo está construido de varios sistemas de signos.

Los objetos arquitectónicos son formas significantes, por lo tanto. Y no puede decirse que la arquitectura se dedica a articular significantes y no manejar significados, construye significados. Un miedo manifiesto por quienes diseñan o construyen.

 

"Es el humor de quien la mira el que da a la ciudad de Zemrude su forma", fragmento de un delicioso y pragmático texto literario de Italo Calvino que soluciona bastante para un lector crítico y un lector común, los temas en discusión.

 

 

 

 

Cuando uno observa  una grúa por encima del horizonte, como si construyera una ciudad para el cielo, hace que las nociones de forma de una ciudad se trastoquen. ¿Qué idea manejamos de forma? El consumo de las formas juega de manera directa con el consumo de funciones en la articulación de espacios sociales.Las ciudades pequeñas en Colombia no crecen, se reducen en un espacio más restringido donde se construyen los servicios necesarios de una ciudad y la idea de movilidad en el ciudadano se debería tranquilizar.

No se puede distribuir mediante un plan de ordenamiento territorial un sistema global de significaciones de la ciudad, a lo sumo se pegan retazos espaciales con alguna tonalidad estética que termina en la frontera de la siguiente propiedad.

 

 

El campo visual de una ciudad con espacios públicos con zonas verdes en un futuro se hará escaso y se empieza a destazar en los tejidos de una nueva ciudad emergente, una nueva ciudad que es la misma.

Los teóricos recurren a códigos tipológicos - semánticos y funcionales -para mirar la arquitectura y reducir la semiosis ilimitada  propia de cualquier sistema de signos e incluso el que tratamos en este artículo.

 

Mirando la foto 2 podemos hallar una infinidad de categorías tipológicas pero no un continuum de ciudad, una utopía.

 

"La verdadera esencia de Leandra es tema de discusiones sin fin. Los Penates creen que son ellos el alma de ciudad, aunque hayan llegado el año anterior, y que se llevan consigo a Leandra cuando emigran. Los Lares consideran a los Penates, huéspedes provisionales, inoportunos, invasores; la verdadera Leandra es la de ellos, que da forma a todo lo que contiene; la Leandra que estaba allí antes que todos esos intrusos llegaran; y se quedará cuando todos se hayan ido", como nos dice de nuevo el italiano Calvino, todo lector entonces se puede empoderar una ciudad -constructores, grandes urbanistas- pero si cada uno hace su ciudad, sólo se pueden reseñar ejemplos de anarquía.

 

Quizá la ciudad nos lee y nos existe, cada uno encuentra su ciudad personal, aunque en Colombia no sea posible encontrar espacios grandes significantes, sino espacios polifuncionales- por ejemplo; centros comerciales que son centros de oficina y son centros de vivienda temporal o un segundo ejemplo; parques que son espacios de comercio persa y disfrute del público adicto y no adicto a cualquier cosa -  y por lo tanto el ejercicio crítico es más complejo pero la semiótica de la arquitectura es posible, mientras uno toma un café mañanero desde algún cielo de nuestros sentidos.