Vía Skype tuve una charla muy amena con Juan José Aguirre Molina, quien es sin duda alguna el mejor mimo colombianos de todos los tiempos. Él, en Bogotá, yo, en California, dialogamos como si estuviéramos sentados en la sala de su casa.
A Juan José lo conocí en los años 90 cuando yo estaba haciendo un programa de televisión para el Instituto Distrital de Cultura y Turismo. Como invitado especial al programa no solamente representó una gran pieza improvisada de mima en el Parkway de La Soledad, la cual pueden ver en uno de los videos al final del blog, sino que nos contó también acerca de sus actividades artísticas con el Comité Cultural de Teusaquillo.
De origen paisa, se radicó en Bogotá donde estudiaría teatro en la Escuela Distrital de Teatro Luis Enrique Osorio en 1989, y crearía a su adorable personaje "Artemio", a través del cual nos muestra lo que hay en los rincones más recónditos del alma, donde se encuentran escondidas el 99% de las emociones. Continuaría sus estudios, perfeccionando no solo la técnica teatral, sino la técnica del mimo, de la cual llegó a convertirse en un verdadero maestro. Sobre él ha dicho el renombrado escritor e historiador Enrique Santos Molano:
"Juan José es un artista completo. No exagero si lo comparo con Chaplin o con Tati".
Casi veinte años más tarde hablamos sobre esta vida y la otra, pero sobre todo sobre su trabajo de mimo, el cual tuvo un primer plano cuando Antanas Mockus llegara a la Alcaldía de Bogotá y con su programa de "Cultura Ciudadana" empezara a crear una verdadera revolución educativa nunca antes vista: Los mimos como educadores activos de los habitantes de una ciudad caótica, donde no se respetaba ni una señal de "Pare", ni se sabía para qué era una cebra pintada en una calle.
Juan José, quien fuera parte del proyecto, nos cuenta al respecto: "El programa estaba funcionando, la gente, al ver en los mimos cómo infringían ellos mismos las normas de convivencia urbana, veían así reflejados los errores que cometían en la vida cotidiana, y de un modo u otro la idea quedó grabada en el inconsciente colectivo sobre lo que son el sentido cívico, de pertenencia y de retribuirle con amor a esta Bogotá que nos lo ha dado todo".
Desafortunadamente, añade Juan José, con la partida de Mockus de la alcaldía, el programa se fue a pique y con Peñalosa se hundió definitivamente. Sin embargo, la vida de mimo de Juan José habría de tomar otros rumbos cuando vio la posibilidad de utilizar el lenguaje no verbal, el teatro y el clown como una herramienta educacional. Fue así que además de participar en numerosos comerciales y seriados de televisión y de presentarse en un sinnúmero de festivales de teatro, crearía su propia compañía con un nombre y una idea muy originales: "Clownsultoría Teatral Empresarial", con el objetivo de enseñar prácticas sanas de trabajo y ergonómicas en los más diversos campos: Desarrollo de competencias, salud ocupacional, seguridad empresarial, etc. El negocio artístico ha sido todo un éxito, y Juan José se ha creado un nicho en el arte y en los negocios que lo mantiene ocupado siete días a la semana, 365 días al año. A continuación sigue una muestra del trabajo que él realiza en este campo.
La bioseguridad está en sus manos...
Sin embargo hay una historia muy especial, sin la cual la vida artística de Juan José Aguirre Molina/Artemio, sería imposible de entender: ¿Cómo y cuándo supo él que era un mimo?
Todo este bello relato lo dejo en sus propias palabras, ya que cualquier cosa que yo diga al respecto estaría de más.
"Por necesidad y obligado por mi mamá tuve que estudiar como técnico en comercio exterior en el SENA, carrera que nunca terminé. En 1986 trabajaba con ella, quien representaba comercialmente a una compañía consolidadora de carga marítima, terrestre y de aviación con sede principal en Miami que nos despachaba en "pallets" a través de una aerolínea de carga, yo era el supervisor que recibía esas importaciones en el aeropuerto El Dorado, sumado a los trámites de entrega ante la aduana nacional.
Un día y no recuerdo por qué, mi mamá me insultó frente a uno de los dueños de la compañía que estaba de visita en Bogotá y sin pensarlo me le reboté, al otro día me llegó la carta de despido. Recuerdo que recibí de liquidación como $60.000 pesos de esa época, cobré el cheque y me fui de rumba al "Quiebra Canto" de la calle 17 con 5. Estando allí vi salir del baño a un sujeto ebrio con rastros de 'coca' en la nariz que portaba en la solapa de su saco un prendedor con la 'carita' de Charles Chaplin. Lo detuve y le pregunté: '¿Dónde lo compraste?' Y, él con su lengua trabada me contestó: '¡Yo las hago !' Me entregó una tarjeta. Al otro día fui a su casa y me gasté toda la liquidación en los dichosos prendedores hechos en yeso y pintados magistralmente a mano. Los llevé al SENA y ese mismo día los vendí todos. Dupliqué mi inversión. Seguí comprando y revendiendo, pero ya en la mismísima calle de vendedor ambulante el resultado no fue el mismo.
¿Qué hacer para vender los prendedores? ¡Gran idea! ¡Disfracémonos de Chaplin! Pedí un abrigo y un sombrero prestados, me embadurné la cara con un iluminador de ojos blanco, me pinté el bigote y pa´la calle a vender. Ese mismo día me tomaron varias fotos que salieron en El Tiempo y en El Espacio, y se me acercó una mujer que me entregó una tarjeta y me dijo: 'Mañana lo espero temprano en esta dirección para que presente un casting para un comercial de televisión', lo hice y días después había grabado el comercial, cabe anotar que después me entero de que ella era Olga Lucia Gaviria, la mano derecha de Gustavo Nieto Roa y juntos habían hecho todas las películas de Carlos 'El Gordo' Benjumea. Estando en esas, en plena Avenida 19 parado en la vitrina de Aviatur, una estudiante de periodismo se me acercó y me preguntó si conocía a Marcel Marceau y un acto de él llamado "Bip viaja en tren" le respondí que no, me contó la historia. Osado me comprometí a tenerle lista la misma pantomima para el otro día y así fue como me picó el bicho del mimo, alternando la venta ambulante de máscaras con pantomimas prestadas y otras improvisadas, sin tener la más mínima idea sobre lo que era ser un mimo y mucho menos representar una pantomima. Luego llegaron a mi cabeza las preguntas ¿Usted quién es y qué hace? ¿Vendedor ambulante disfrazado de Chaplin? ¿Un cuasi Chaplin vendedor ambulante? ¿Qué es ser mimo? ¿Dónde se estudia para ser mimo? (¡Caramba, en Colombia no hay escuelas de mimo!) Me fui a la Luis Ángel Arango a investigar, a fotocopiar textos sobre Marceau, a leer sobre maquillaje y a averiguar sobre qué es un mimo. Eso me llevó a la ENAD, pedí el formulario de inscripción y feliz le dije a mi mamá ¡Voy a estudiar teatro! a lo que respondió: ¡Usted no puede estudiar teatro, tiene que trabajar y punto! Me quitó el formulario de las manos y lo rompió. Me dije. Esto no se queda así, averigüé y encontré la escuela Distrital de teatro "Luis Enrique Osorio" en los sótanos de la Jiménez con octava, a escondidas me matriculé y empecé a estudiar de noche, mientras trabajaba de día en la corporación de ahorro y vivienda "Las Villas" de la que me despidieron al verme salpicado sin tener velas en el entierro por un familiar involucrado en asuntos relacionados con narcotráfico, como consecuencia duré más de 2 años sin conseguir trabajo formal hasta que me salieron unas fotos para seis portadas de unos libros de español publicados por la Editorial Norma.
De la escuela de teatro me expulsaron antes de poderme matricular a tercer semestre por que no presenté un trabajo de "Organización y métodos" a máquina sino en manuscrito. Cuando llegaron los festivales iberoamericanos comencé a tomar talleres de mimo, expresión corporal y clown con diversos maestros internacionales y entre ellos muchos que venían de la escuelas de Marcel Marceau, Jacques Lecocq, Ettienne Decroux y así continué, luego vino el encuentro más maravilloso de todos el "payaso teatral" o "clown" que llaman ahora muy distinguidamente algunos eruditos para que no los confundan con los de megáfono y todo: '¡Siga, siga no más, almuerzo ejecutivo, chunchullo, carne a la parrilla, sopita de menudencias, siga, siga!' lo que me liberó definitivamente de la absurda rigidez reglamentaria, conceptual y corporal que tiene el mimo, porque un payaso ¡Nunca hace lo que dice y nunca dice lo que hace! El payaso me hizo libre y reafirmó el contestatario que hay en mí".
Y, este es el resumen de la vida de un personaje extraordinario, un actor que si jugara fútbol sería el Falcao de la selección Colombia, pero sobre todo un ser humano excepcional que con su silencio nos dice millones de palabras y que es un ejemplo para la juventud y para millones de colombianos de cómo amar la vida con sencillez y disfrutar con sencillez la belleza de la vida.
Queda con ustedes este video de "Artemio es...", grabado por el suscrito en el Teatro infantil del Parque Nacional una tarde de 1994 y que fuera rescatado de unas ruinas digitales por esas coincidencias hermosas de la vida. El "Artemio" que ustedes verán, ya era un mimo excelente y su primera obra fue extraída de la experiencia de recorrer por muchos años el teatro callejero para presentarla por primera vez en una sala de teatro de primera categoría. El Artemio y el Juan José Aguirre Molina de hoy cuentan con 25 años más de experiencia y viendo su trabajo actual puedo decir sin temor a equivocarme que está a la altura de lo mejor que haya dado el mundo de la mima a nivel internacional, como es el caso de Marcel Marceau, y que es un verdadero orgullo para Colombia.
Artemio es... obra presentada en el Teatro Infantil del Parque Nacional en 1994
"La Soledad en Clave de Sol", programa del IDCT con la participación de Juan José Aguirre