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                         OPINIÓN

         

                

                 LA GENERACIÓN SIN FUTURO:

                   UNA CRITICA DESTRUCTIVA

         

Luis Germinal Muñoz Salvador

Nunca pensé que mi madre se equivocaría en sus consejos. Mi madre y padre se encargaron desde muy niño de darme una buena educación, mi madre me inculco disciplina y me enseño a dedicarme a las cosas que hago. Mi padre me inculco pasión par las artes, por la vida y sobre todo a tratar en la medida de lo posible de ser un caballero (que quedan muy pocos).

Una de las frases que mas recuerdo es “el que no tiene una profesión, no tiene futuro”. Hasta hace unos meses mas que una frase para mi era una ley. Sin embargo la cruda realidad en la que vivo es peor que la de mis padres antaño. Me presento como miembro de una generación sin futuro, sin expectativas, ni oportunidad.

No os equivoquéis, actualmente mi vida va muy bien y de alguna forma tengo el talento (seguro heredado de mi padre) de ver oportunidades extrañas en situaciones ruinosas. Pero desafortunadamente veo a mis coetáneos en una situación muy apretada.

Actualmente tener una profesión no es garantía de futuro, no es garantía de nada. La cantidad de ingenieros, médicos, abogados y otros profesionales que se encuentran sin trabajo desde hace mas de un año es abrumadora. Es muy triste ver a un colega presentarse a una oposición para una plaza de estudiante, tan solo para conseguir trabajo durante al menos 4 o 5 años como especialista en formación, cuando ya tiene una especialidad anterior pero no consigue trabajo.

Se me retuerce la inconciencia (por que mi Conciencia se infartó hace mucho tiempo) ver hablar a jóvenes que piensan entrar en la universidad y sin embargo son conscientes (los que se enteran de lo que pasa en el mundo) de que el titulo que obtengan solo les servirá para adorno.


Perdonad la rudeza, el derrotismo y el humor negro. No pretendo ser portavoz de mi generación pues probablemente no soy más que otro clavo en el ataúd de nuestro futuro, pero debo ser sincero pues aunque así yo no lo quiera, esta sociedad da asco y vergüenza ajena.