LA "PRIMAVERA ÁRABE"

            LLEGA AL OTOÑO DE WALL STREET

Mario Lamo Jiménez

Los gobernantes gringos estaban eufóricos de que a ciertos gobiernos dictatoriales árabes les llegara "la primavera" de la democracia, sin siquiera notar que la insurrección popular estaba también brotando en su propio patio por el mismo motivo: la falta de democracia.

El 99% de la humanidad parece haber despertado ante ese 1% totalitario que controla los bancos, los medios de comunicación, los gobiernos, la riqueza y en últimas el destino del resto del planeta.

Ya no se trata de una lucha de "izquierda" contra "derecha", ni de comunismo contra capitalismo. Se trata de la lucha por la supervivencia de la humanidad misma. El 1% ha desatado una guerra total para acabar con el 90% de la humanidad "que les sobra".

Desde épocas del esclavismo, nada ha cambiado, a los esclavos se les dio un nuevo nombre "ciudadanos", "empleados" o "votantes". Los esclavistas pasaron a ser "presidentes", "CEOs", "dignatarios", "banqueros", "inversionistas", etc., pero los métodos de explotación siguen siendo los mismos: En vez de importar esclavos de África, la multinacionales "emplean" esclavos en sus propios países a precios de risa, destruyendo el medio ambiente y la salud de los trabajadores. Ya no parten de nuestras costas barcos piratas con sus arcas llenas de oro. Ahora el mismo gobierno autoriza a los piratas multinacionales para despeguen o se hagan a la mar cargando "legalmente" con nuestras riquezas, y dejando a su paso desolación y miseria. Todo ha cambiado para seguir igual.

Sin embargo, la gente está por fin cayendo en cuenta de que los bancos son instituciones criminales organizadas que roban el trabajo del 99% de la humanidad para que el 1% pueda seguir dominando sus vidas y haciendas. Aristóteles mismo condenaba la usura de cobrar intereses por dinero prestado. Un par de milenios más tarde la humanidad empieza a pensar como Aristóteles, viendo que el cobro de intereses es un asalto a mano desarmada. El dinero no produce dinero. Si un banquero mete dos billetes de 100 dólares en la caja fuerte de un banco, verá que los billetes ni copulan ni trabajan para producir más billetitos. Solo el trabajo humano produce valor, los banqueros usurpan el trabajo humano para que un pedazo de papel que no tiene ningún respaldo les produzca dinero de verdad. Cada vez que una persona o un país recibe un "préstamo" con intereses, lo que está recibiendo es una soga alrededor del cuello de su libertad, para convertirse en el esclavo personal de un banco.

La "crisis económica" de los EE. UU. no es ninguna crisis. Es el resultado de la planificación de los bancos de cómo aumentar sus ganancias desposeyendo a la población del fruto de su trabajo. Nada de lo que sucede en el capitalismo sucede por accidente. Las "crisis financieras", como el calentamiento global, han sido programados por las élites, las doce familias de banqueros que controlan el mundo para acabar con la "mano de obra" que les sobra.

La "crisis de vivienda" en los EE. UU. fue programada por los bancos, los cuales primero ofrecieron préstamos a diestra y siniestra, a sabiendas que no podrían ser repagados. Según la ley gringa, un banco solo tiene que tener en caja el 10% del supuesto préstamo para una hipoteca. El 90% restante es ilusionismo. En base a esos "préstamos" hicieron que el mercado de finca raíz se copara, se compraron casas como nunca y vino un "boom" de construcción. Cuando la gente no pudo pagar sus deudas, los bancos comenzaron a apropiarse de las casas. Los bancos sabían que los precios de la finca raíz caerían en pique. He aquí la trama: una familia que hizo un préstamo por 250 mil dólares para comprar una casa, se vio de repente dueña de una casa que ya solo valía la mitad, 125 mil, pero pagando al banco por una casa que valía el doble. La gente estaba atrapada en sus propias viviendas, sin poderlas vender y sin poderlas pagar. Los bancos cayeron como buitres sobre las viviendas, el mercado se desinfló aún más. Entonces, el Tío Sam dijo: "pobrecitos los bancos, van a perder dinero, regalémosles unos cuantos billones de dólares".

¡El mundo al revés! Los bancos no estaban perdiendo nada porque nunca invirtieron nada. La que estaba perdiendo era la gente, ¡pero el gobierno no ofreció ninguna ayuda viable para salvarla de los lobos bancarios!, y la ayuda que ofreció era un chiste, ya que era a través de los mismos bancos que habían ocasionado el desastre.

No es de extrañar que el 99% empezara la ocupación de Wall Street, centro del mayor antro de corrupción del planeta. Lo que no esperaba el gobierno gringo era que la "primavera árabe" floreciera en su propio patio. Mientras que el gobierno de Obama se rasgaba las vestiduras por Libia por reprimir a su propia población, en casa, los Robocops (policías como robots) reprimen a los manifestantes a lo largo y ancho del país. En Oakland, un veterano de la guerra de Irak que participaba en una manifestación sufrió una fractura del cráneo cuando la policía le disparó con un cilindro de gases lacrimógenos en la cabeza. La policía comenzó a hacer arrestos y a reprimir por métodos violentos a manifestantes pacíficos.

En la Universidad de California, en Davis, el mundo entero fue testigo de cómo uno de los Robocops rociaba a manifestantes pasivos con una sustancia química que está prohibida por la Convención de Ginebra en guerras convencionales, pero que los policías de USA usan indiscriminadamente y ya han ocasionado decenas de muertes, la mayoría de las cuales permanecen impunes.

El Robocop de UC Davis, con sangre fría, rocía una y una vez más a los estudiantes, como si se tratara de maleza que quisiera exterminar o de una plaga de cucarachas, no demuestra ninguna emoción, está anestesiado, programado, armado para agredir, hacer, daño, matar. Pero lo peor no vio en el video que circuló por el mundo. Los policías atraparon algunos manifestantes, les abrieron la boca y los rociaron para que el veneno les entrara por la garganta. Los tiraron al piso y entre 3 o 4 se les sentaron encima y los amarraron de pies y manos como si fueran animales. La rectora de la universidad, una griega, perra guardiana del sistema, fue la que dio la orden de expulsar a los estudiantes que se manifestaban pacíficamente. Después dijo que "era horrible" lo que había pasado, ¡cuando ella misma había dado la orden de sacar a los manifestantes del campus universitario! Los estudiantes y miembros de la facultad exigen que renuncie. La mujer se niega a ello, cuando ya ha demostrado que no respeta ni la libertad de expresión ni la integridad física de los estudiantes.

Escribe esto respecto a las manifestaciones en Davis, causadas por el alza en las matrículas, Katrina vanden Heuvel del Washington Post:

"El alza en las matrículas fue el resultado del déficit masivo del presupuesto en California, el cual a su vez fue causado por el colapso del mercado de finca raíz y la recesión, los cuales a su vez fueron causados por los mismos banqueros y políticos contra los que miles están protestando en Nueva York y Washington, D.C., y a través del resto del país".

La razones para protestar son muchas. Los EE. UU. se ha embarcado en una política de dominación mundial y de guerras de agresión, a la vez que le está pasando la cuenta a su propio pueblo por todos estos gastos innecesarios. La economía, como resultado, se encuentra en recesión. El desempleo, el recorte de los presupuestos de salud y vivienda, el deterioro de la infraestructura y el aumento del costo de la vida han hecho la situación intolerable. El 99% se empobrece cada día más, mientras los banqueros se bañan en champaña. Su brazo armado, la policía, ha sido entrenada en "tácticas antiterroristas" y eso es lo que está empleando contra manifestantes, estudiantes, trabajadores, desempleados, incluso ancianos que han sido agredidos por la policía, en defensa del derecho de Wall Street a seguir explotando indiscriminadamente al resto del planeta. La pregunta es, ¿tiene el 1% el derecho de gobernar y calcinar en una cámara de gas planetaria con el calentamiento global al 99% que sí trabaja y produce riqueza? Si la respuesta es no, entonces la rebelión se justifica.