BOCANADA
Javier Rabiarte
En boca cerrada no entran moscas,
Ni sale mierda.
Jaime Sin.ismo
Casi la mitad de las cosas que haces abriendo la boca no sirve para nada,
Confió más en las sonrisas que en las risas,
Confió más en los silencios que en las palabras al viento,
Confió más en el que no se atraganta,
Odio los que su camino depende de su apetito,
Odio la retórica, el discurso eterno lleno de falsas promesas,
Creo en los besos que cierran el abismo entre dos.
Pero sobre todas las cosas de bocas abiertas odio a los odontólogos,
Sus conversaciones vacías, sus miradas esquivas,
Sus dedos invasores apetezco comer.
¿Por qué el hombre fue a la luna y aun no puede inventar un silenciador para la maldita fresa?
Odio a los asistentes de los odontólogos,
Son voyeristas tristes de una función macabra.
Pero claro odio más a los hombres que ejercen esta sucia profesión,
Por lo menos con las odontólogas queda la posibilidad de darles una buena cogida en esa silla,
¿Cuántas cosas podría hacer?
- ¡Abra un poco más! ¡No se mueva! ¡Escupa!
No veo la diferencia entre sus palabras y lo que hacemos todos los días.
¿Dios ha de haber sido saca muelas? También es un saca culos.
Odio que me quieran enseñar a cepillar los dientes yo que ya casi no tengo,
Ahora bien si no he podido con el culo menos con la boca.
No alcanzan las monedas del desdichado pantalón para pagar la condena de abrir la boca.
No soporto que me sermoneen por mi olor a tabaco,
Ni sus consejos de buenos conejos.
¿Cuántos conejos has visto reír?
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