Header image  
             alianza de escritores y periodistas  
  INICIO  

                   POLÍTICA Y ANÁLISIS

         

             INGRID: A LA GUILLOTINA MEDIÁTICA

         

Octavio Quintero

Todo alrededor de Ingrid se vuelve un acontecimiento porque Ingrid es una vedette mediática, algo que debe haber heredado de su sangre materna. La Operación Jaque, por ejemplo, no fue tan importante por su audaz y avanzada logística castrense, como porque a través de ella se liberó a Ingrid Betancourt. Difícilmente alguien del común recordaría ahora que además se liberaron tres norteamericanos y, tal vez, dizque a una tal Clara Rojas que tuvo un hijo en la selva. Y, pare de contar. En el magín de la gente, el ícono de esa operación es Ingrid y, como tal, ha sido proyectada a la historia por la industria de la massmedia.
Digo esto porque Ingrid está siendo sometida en estos momentos a una “guillotina mediática” por su pretensión de reclamarle al Estado daños y perjuicios estimados por ella en 15.200 millones de pesos.
Como defensor de oficio de esta vedette, y mutuo propio, sometería el juicio a diferentes ópticas con resultados, obviamente distintos:
1.- Si se le juzga desde un estricto sentido jurídico, la ley de víctimas la habilita para considerarse sujeto de reparación económica por esos largos años de secuestro en poder de las Farc, en los que ella misma dijo recién liberada que muchos de los episodios de su vida quedarán como secretos de la selva. Quizás nunca se sepan, pero las huellas en su conducta y comportamiento a posteriori resultan imborrables. Los llevará, como también ella mismo dijo, con “rabia en el corazón”.
- Si se le juzga desde un punto de vista político, el mensaje es que la ex candidata presidencial que volvió a la libertad rodeada de lágrimas, aplausos y admiración; que inclusive pudo haber explotado esa emoción patriótica en alguna de las campañas del Congreso o la Presidencia con relativo éxito, probablemente acaba de renunciar a cualquier cargo de elección popular que pretenda en el futuro, a cambio de una jugosa suma de dinero. Aunque para uno curarse en salud, bueno es recordar que en política no hay muertes eternas ya que los políticos como los gatos siempre hallan una ventana por donde volver a casa.
- Si se le juzga desde el punto de vista ético, resulta inaceptable que la secuestrada, por la que más hizo el Estado colombiano por liberar, llevando incluso al inamovible Uribe a canjear por anticipado una valiosa torre de las Farc, el canciller Granda, venga a considerar que aparte de todo lo que se hizo, todavía se le esté debiendo. Es como si alguien atrapado en un incendio en la sala de su casa, y que para salvarlo no hay más de otra que romper los ventanales, una vez fuera de peligro demanda a los bomberos por daños y perjuicios.
- Si se valora la acción emprendida, o a emprender, desde el punto de vista económico, La “indignación nacional”, que según los medios ha desatado Ingrid, debe ser porque no la consideran tan valiosa como ella misma se aprecia. De todas formas, resulta pertinente aclarar que, si como decimos, la vida, la honra y la dignidad, y sus daños colaterales no tienen precio, cualquier suma que pida Ingrid no pasa de ser una estimación subjetiva que por ende resulta indiscutible desde un punto racional.
Si desde este mismo ángulo salen del closet muchas otras pretendidas reparaciones económicas ocultas o contenidas por cualquier otro interés, sostengo que podría resultar más económico y transparente pagar ahora que adquirir ad eternum hipotecas políticas con herederos de mártires por acción y omisión del Estado, que nunca acabamos de saldar.
Finalmente, si se valora su decisión desde un punto de vista de la sociedad, parece lo más acertado que alrededor de este tema, y aprovechando su mediático perfil, se profundice en eso que llamamos “justicia, verdad y reparación”, porque hasta el momento de justicia nada, de verdad menos y de reparación tampoco. Aquí lo que tenemos es una guerra civil no declarada que nos cuesta ene mil veces más de lo que pretende Ingrid en términos económicos, para no hablar de valores intangibles agregados a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario.
Esa gran “indignación” pública que según los medios levantó Ingrid y su sorpresiva decisión de convalidar su condición de víctima para resarcirse económicamente, es, por demás, un desconocimiento colectivo de que éste es un país de derecho, y finalmente, un oportunismo de muchas personas de pasarle cuenta de cobro a alguien con quien definitivamente no han podido hacer química.

Post escritum: Parece que Ingrid abrió la Caja de Pandora porque ahora sabemos por declaraciones del ministro de Hacienda que por reparaciones se han pagado más de 250.000 millones de pesos; por declaraciones del Procurador Delegado para conciliaciones, sabemos que en su despacho se acumulan más de 30.000 expedientes y, ¡EURECKA!, de última hora, en eltiempo.com (14-07-10), se nos revela que “palomitos y palomitas” rescatados o liberados con grandes bombos y platillos en los últimos meses como Gloria Polanco, Jorge Eduardo Géchem, Orlando Beltrán Cuéllar y Consuelo González, presentaron demandas avaluadas en 28.000 millones de pesos desde el pasado mes de abril, y estaban calladitos…
Sólo resta decir: “Gracias Ingrid”, por abrirnos los ojos…