¿ES UN FRACASO
EL MODELO ECONÓMICO
DE LOS ESTADOS UNIDOS?
John Perkins
Durante la gira de presentación de mi nuevo libro Hoodwinked (La Estafa) muchos estudiantes brillantes me han hecho la misma pregunta, "¿Considera usted que el modelo económico de los Estados Unidos es un fracaso?".
Por John Perkins
Mi respuesta es que nuestro modelo actual es una mutación del capitalismo, modelo que sí es, de hecho, un fracaso. Yo lo denomino "capitalismo depredador", modelo que ganó popularidad internacional en 1980 cuando el Presidente Ronald Reagan y otros líderes mundiales abrazaron las teorías defendidas por el economista Milton Friedman. Los tres principios fundamentales de esta teoría son:
1) La única responsabilidad de la empresa es maximizar la ganancia, sin importar los costos sociales o ambientales asociados.
2) Las empresas no deben ser reguladas porque las regulaciones interfieren con la generación de ganancia, y
3) Todo debe ser privatizado.
Todos los presidentes estadounidenses a partir de Reagan, tanto Demócratas como Republicanos, han comulgado con esta forma mutante de capitalismo, incluso el presidente Obama. El sistema resultante ha sido un mundo peligroso e insostenible.
Los capitalistas depredadores han sustraído los recursos más valiosos de los países de todo el planeta y han explotado a sus pueblos en nombre de la ganancia. Asimismo, el principal beneficiario, Estados Unidos, ha seguido un curso similar al del Imperio Español (hemos saqueado recursos para tener vidas excesivamente materialistas, mientras que descuidamos el desarrollo de una base industrial sólida en nuestro país).
La historia indica que los imperios no son eternos. El imperio estadounidense no es la excepción. Cinco por ciento de la población mundial vive en Los Estados Unidos y consumimos más del 25 % de los recursos del planeta. La única conclusión a la que una persona sensata puede llegar es que hemos creado un fracaso. Éste no es un modelo que pueda ser reproducido en América Latina, India o África; hoy en día, este modelo está colapsando en nuestro país.
Luego de la confirmación de que Venezuela posee las reservas de petróleo más grandes de la tierra, los capitalistas depredadores están desesperados por poner de rodillas a la economía venezolana y su gobierno.
Cuando el Presidente Hugo Chávez neutralizó el golpe de Estado fraguado contra él en el año 2002, demostró al mundo que David aún puede derribar a Goliat, que el buscapleitos del norte puede ser vencido; las acciones del Presidente dieron esperanza a pueblos y políticos de todo el hemisferio.
Desde entonces, una revolución se ha esparcido en América Latina. Diez países votaron por presidentes que han dicho "NO" a la explotación de corporaciones y gobiernos extranjeros. Y es particularmente necesario resaltar que cada uno de esos países tuvo gobiernos dictatoriales de estrechos vínculos con la CIA durante muchos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los nuevos líderes latinoamericanos, el Presidente Rafael Correa de Ecuador, tiene un Doctorado en Economía de la Universidad de Illinois, Estados Unidos. Él dice que no ve ninguna razón por la cual el capitalismo no permite a su país usar sus recursos petroleros para ayudar a los más necesitados de entre los pobres a salir de su condición de pobreza. Según él, trabajará con las compañías petroleras internacionales porque ellas tienen la tecnología necesaria, pero sólo si ellas comparten una porción más grande de sus ingresos con el pueblo ecuatoriano. Correa también ha declarado públicamente que Ecuador no está obligado a pagar la mayor parte de su deuda externa dado que esos préstamos fueron adquiridos por dictadores militares no electos por el pueblo, quienes fueron presionados y timados por el Banco Mundial, la CIA, el FMI y gánsteres económicos (como lo fui yo alguna vez).
En la actualidad, Correa es víctima de ataques; su gobierno es acusado de colaborar con mafias organizadas y traficantes de droga internacionales. Aunque no tengo información al respecto para confirmar o negar tales acusaciones, si puedo decir que la difamación o descrédito público es siempre un riesgo para aquellos que se oponen al capitalismo depredador.
La verdad es que nosotros en Los Estados Unidos actuamos de una manera terriblemente irresponsable. Hemos abusado del liderazgo que adquirimos luego de la Segunda Guerra Mundial, y hemos colocado a altos ejecutivos y políticos sociópatas en un falso pedestal, al glorificar su exceso de riqueza, múltiples mansiones, mega yates y lujosos aviones privados. Por años, hemos dado poder a estas personas (casi exclusivamente hombres) para crear un sistema que es groseramente despilfarrador, abiertamente despiadado, y, ahora sabemos, totalmente auto destructivo.
Tal como hemos visto durante la crisis económica actual, la única garantía es que insistamos en cambiar o las condiciones empeorarán. Hoy tenemos la oportunidad de despertar y asumir la responsabilidad de construir un mundo que nuestros niños quieran heredar. Debemos reconocer que por primera vez en la historia, vivimos en un planeta altamente interdependiente, en el cual personas de todas partes se comunican a través de la telefonía celular o internet. Es decir, la herencia de un mundo justo y sostenible para nuestros niños sólo es posible en compañía de cada niño de cada continente.
De esta manera, les digo a aquellos estudiantes que cuestionan el modelo económico actual, que debemos trabajar duro para transformar esta forma depredadora de capitalismo en una versión más compasiva y cooperativa. Las ganancias pueden ser buenas, pero sólo si se obtienen al adherirse a directrices social y ambientalmente responsables. La empresa privada es la piedra angular de las economías modernas, pero los ejecutivos de negocios (tanto como el resto de nosotros) necesitan regirse por códigos de conducta. Las directrices y regulaciones deberían brindar una base para remplazar un sistema económico fracasado por otro que pueda servir con éxito a todos nosotros, los miembros de una frágil especie que habita en una pequeña nave espacial que llamamos Tierra. A TODOS NOSOTROS.
A nosotros en los Estados Unidos nos sería recomendable seguir el ejemplo de la nueva ola de líderes latinoamericanos. Es imperativo volver al verdadero trabajo de crear una economía sustentab
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