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                      ANÁLISIS

         

               HAITÍ: FARO Y SEPULTURA

          

Darío Botero Pérez

"Si no hay guerra hay que inventarla para hacer negocios", es la máxima histórica de Rothschild, líder emblemático del sionismo financiero internacional”
Roberto Schaefe


Fragorosa destrucción

La velocidad que ha adquirido la destrucción deliberada de los nichos ecológicos, por todo el mundo, comprueba la incapacidad absoluta de los potentados para impedir la catástrofe ambiental, de la cual son los principales culpables.

A su vez, exige que la humanidad reaccione para evitar lo que algunos presumen es el fin del mundo, profetizado por los mayas para el 21 de diciembre de 2012. Al efecto, es notable y meritorio el aporte de History Channel, con series como "El Efecto Nostradamus” y otras exquisiteces

Lo que sabemos, con certeza, es que ese día se alinearán la tierra y el sol con el agujero negro de la galaxia, lo cual es un descubrimiento sorprendente, y una advertencia para nuestra indolente generación. La precisión del cálculo, cuando menos, es digna de encomio y reflexión para quienes se sienten seres dignos, capaces de intervenir en la determinación del destino común.

Pero, dado su ánimo de lucro, los potentados prefieren precipitar un fin que la humanidad sana está en condiciones de evitar. Al menos, quienes son ajenos a la depredación conciente deben impedir que el destino del mundo siga en manos de sus peores enemigos.

La previsible incapacidad de los potentados para adoptar medidas que mitiguen los daños que causan al clima, fue el pleno reconocimiento de su caducidad. Simbólicamente, Copenhague se ha convertido en su tumba. Enterrémoslos para que la vida siga.

Nada los hace reflexionar; ni siquiera el peor invierno en USA en más de 100 años; ni el calor en Río de Janeiro, superior al del Sahara. Ni los deshielos y la desertificación crecientes; ni la miseria en que se revuelcan las mayorías; absolutamente nada diferente a su ombligos los conmueve.

Indispensable reacción

El inmenso reto de la supervivencia exige enfrentar con las armas pesadas de la inteligencia y el conocimiento los graves problemas causados por un consumismo irracional, que tenemos que rechazar como una medida elemental para no aumentar el daño ambiental.

Con el fin de detener y revertir el desastre causado, cesando las agresiones a Pacha Mama, para muchos es claro que la basura que está ahogando el planeta tiene que aprovecharse como una fuente abundante de toda clase de materias primas, abandonando definitivamente su extracción de las entrañas de la madre común.

En vez de seguir hiriendo la tierra; arrasando las selvas, los páramos y los polos; envenenando las aguas, los suelos y el aire; extinguiendo especies… En vez de seguir destruyendo nuestro hogar, debemos castigar a quienes lo hacen y lo siguen promoviendo, arrebatándoles cualquier capacidad de mando, cualquier ejercicio arbitrario de poder; cualquier posibilidad de culminar su obra de destrucción.

Es asunto de toda la humanidad asumir el futuro en las manos de todos. Las discriminaciones son tan nocivas como las representaciones. Todos podemos distinguir entre lo que nos está matando y lo que podría frenar el suicidio colectivo y recuperar el planeta.

Todos tenemos derecho a participar y a perseguir a los criminales de cuello blanco, pues son brutales inescrupulosos afanados por acumular riqueza y poder, aunque causen daños enormes, muchos de ellos irreparables, lo cual los convierte objetivamente en los peores enemigos de la vida y de la humanidad.

Los acontecimientos van tan rápido que exigen asumir la democracia directa como la única fórmula de participación política de los ciudadanos capaz de estimular la contribución de todo el que tenga algo que aportar.

 

Para lograrlo, Internet constituye el medio idóneo; es el ágora virtual a disposición de todos, a una velocidad, con un alcance y con un acceso tan ágil a la información que prácticamente desvirtúa la erudición como condición para intervenir en los asuntos de nuestro interés.

Todo el que lo desee, pronto puede adquirir elementos de juicio confiables para participar en las decisiones públicas sobre los asuntos comunes, que antes se reservaban los especialistas o expertos.

Por eso, los gobiernos represivos están considerando arrebatárnoslo.

Inicialmente, lo consideraron una herramienta para controlar a los ciudadanos, según lo que George Orwell imaginó. Pero ahora, cuando éstos lo están usando para conocerse, relacionarse, unirse y respetarse, independientemente de la cultura individual y de las fronteras impuestas por los potentados para dividir y reinar; o sea, debido a su carácter eminentemente democrático de verdad, que ha permitido convertir el mundo en la aldea global prevista por McLuhan, los gobiernos temen ser suplantados por lo que llaman el “Constituyente Primario”, más conocido como el pueblo llano y soberano


Oportunidad real

La catástrofe de Haití constituye una calamidad inmensa. Si fue provocada por los halcones, ratifica su caducidad y constituye una muestra terrible de su catadura criminal, sustentada en sus complejos de superioridad, tan notables en los sionistas, ese prolongado cáncer histórico, causa milenaria de inestabilidad y enfrentamientos entre la humanidad, desde mucho antes de la existencia de Cristo Jesús.

 

Ahora, los persistentes enemigos históricos de la convivencia, la igualdad y la justicia, consideran oportuno exterminar lo que queda de palestinos para instaurar su Sión prometida, así apenas lo haya sido en los sueños de Abram, cuando todavía no se llamaba Abraham, ni su mujer, Sarai, había sido redenominada como Sara.

Paradójicamente, el desastre de Haití representa la gran oportunidad para la humanidad víctima de la Historia y empeñada en deducir y construir las bases de la Nueva Era.

En primer lugar, hay que defender el derecho soberano del pueblo haitiano para asumir las riendas de su destino, dotándose de instituciones destinadas a servirles a todos en vez de excluirlos o discriminarlos.

Se trata de un laboratorio social que experimentará formas originales de materializar el persistente sueño de los mejores ejemplares de la especie humana; los sueños de libertad, igualdad y fraternidad, como una conquista concreta que culmine sus gestas independentista y libertaria de 1804, inspiradas en la Revolución Francesa.

Ese espíritu libertario lo irradiaron al continente a través de la acción de Simón Bolívar, quien recibió el respaldo incondicional de Alejandro Petión, el presidente de la República de Haití entre 1807 y 1818.

Además de apoyo logístico, le entregó a Bolívar su espada, encargándole la misión de promulgar los “Derechos del Hombre y del Ciudadano” tanto como abolir la esclavitud en los países que independizara.

En consecuencia, nuestra deuda con la isla de la libertad es centenaria e incancelable; así como su destino libertario es vital para todos. Por tanto, tenemos que rodearlos, brindarles todo el apoyo que requieran y protegerlos de las garras de los halcones y sus socios, quienes están convencidos de que pueden apropiarse del golpeado país.


Halcones contra todos

Es que los potentados halcones y wasp, de USA, insisten en considerarlo un Imperio, contradiciendo los ideales de los padres fundadores. No les importa pisotear los principios democráticos, respetuosos de la libertad, la igualdad y la soberanía, tan traicionados por los neoconservadores padres del neoliberalismo.

Obama prometió restaurar esos principios como guías del confundido país, aunque el tiempo ha demostrado que no era más que demagogia, pues los potentados siguen gobernando, llenos de privilegios, mientras le niegan al pueblo hasta la atención médica, pero están prestos a reprimirlos.

De ahí que hayan preferido proporcionarle a Haití gente entrenada para matar, en vez de la que puede currar. Salud gratis les parece abominación. En cambio, Cuba sigue enviando médicos que salven vidas.

Por eso, McCain no tiene inconveniente en suplantar a Obama. Ahora pretende tomar la iniciativa para castigar a Irán, por soberano, por atreverse a desarrollar armas nucleares sin pedirles permiso a los halcones. Es otra aplicación de la “guerra preventiva”, esa política de gran potencia, impuesta por los halcones y empleada con saña por el criminal tarado e impune, Bush Jr.

Al pueblo, los potentados procuran mantenerlo fanatizado para que prefiera defender los intereses de quienes lo oprimen, en vez de los propios. Es lamentable que siga apoyando a quienes lo han despojado de sus casas, de sus ahorros, de sus empleos, de sus ilusiones de triunfo. ¡Pobre pueblo el que está sujeto directamente a la férula del Imperio![*]

 

Dada la catadura invasora de USA, la humanidad debe estar atenta para brindar toda la asesoría y el apoyo que requiera ese original y esperanzador proceso que se inicia en Haití, cuyo resultado primordial será superar la Historia, sepultarla, para poder acceder a la Nueva Era.

Es deber de todos evitar que se lo apropien potencias como USA u otros interesados en perpetuar las condiciones de desigualdad, opresión y miseria que le han impuesto durante más de 200 años al aguerrido y noble pueblo haitiano.


Lección costosa y valiosísima

Lo han castigado inmisericordemente por haberse atrevido a darle al mundo una lección inolvidable y ejemplar al ser el primer país en decretar la libertad de los esclavos.

 

Tuvo la originalidad de hacerlo por voluntad de los propios esclavos, apersonados de su dignidad y defensores de la igualdad; promotores de valores esenciales y superiores, en fin.

Por eso, su conquista es radicalmente diferente a la manumisión que paulatinamente fueron adoptando los nuevos países, como resultante de avarientos cálculos de los amos, más interesados en pagar bajos salarios a obreros libres que en mantener totalmente a trabajadores esclavos.

A pesar de su ignorancia de los conocimientos occidentales en que los potentados se han esmerado en mantenerlos, ese espíritu de libertad es garantía de que los haitianos sabrán establecer formas de convivencia respetuosa de la dignidad y los derechos de todos y cada uno, eliminando las discriminaciones para hacer efectiva la igualdad esencial, sin superiores ni inferiores.

Tienen que ser abolidas las estructuras jerárquicas, características de los Estados autocráticos, incluidos los que se rigen por la democracia representativa y, también, los que han adoptado la democracia participativa que, aunque amplía la fronda burocrática, involucrando más personas en el manejo de la cosa pública, continúa perpetuando jerarquías que suplantan al pueblo en el ejercicio directo de sus derechos.

Ninguna voluntad puede prevalecer sobre las demás. Son la deliberación, el debate, el aporte individual, la participación voluntaria y la decisión libre de cada uno, los mecanismos para adoptar las decisiones que afecten a la comunidad.

 

Los asuntos privados son privados, pero los públicos no pueden seguir siendo tratados como asuntos privados de los potentados, ajenos a los demás ciudadanos y buscando su beneficio personal, aunque contradiga el interés general, la mayoría de las veces.


Derechos y abusos

El principio es que todos los afectados tienen el derecho inalienable a intervenir en la definición de los asuntos públicos; en la presentación de propuestas, en sus discusiones y en las decisiones, guiados por su mejor interés ciudadano y su leal saber y entender, no por lo que otros les impongan.

El caso de la reconstrucción de Haití exige que el interés común prime sobre el particular, buscando las soluciones más favorables, las que más beneficien a quienes las necesitan. Pero eso significa estar dispuestos a afectar derechos de propiedad que los potentados consideran sagrados y superiores a la vida ajena, lo cual califican de exabrupto y perversidad quienes no son potentados.

La incapacidad logística de los expertos que han despreciado a la población raizal, exige ser denunciada.

Es patente la necesidad de integrar a todos los haitianos en todas las actividades de supervivencia y reconstrucción. Representa un paso fundamental para hallar soluciones confiables. Pero muchos prefieren despreciarlos como a fieras hambrientas, peligrosas e incapaces.

Parte de éstos arrogantes son quienes dejan en bodegas los alimentos donados por el mundo para atender las necesidades inmediatas de las víctimas; cuando no es que las matan en los tumultos (que los extranjeros perversos califican de saqueos) causados por la incompetencia de los presuntos “expertos” para distribuir la ayuda.

Otra parte son los que buscan centralizar las ayudas en efectivo. Abiertamente anuncian que las prefieren a las que son en especie, y están prestos a darles los destinos que mejor les parezcan y más les convengan. Entre esos, Obama nos quiso imponer el fondo Bush Clinton para Haití. ¡Qué desfachatez!

Todos son criminales del Estado usano que se atribuyen la prerrogativa intolerable de cometer abusos tales como “el derecho de injerencia” en los asuntos ajenos; “la guerra preventiva” contra el país que consideren un peligro potencial (como Irán en la actualidad); y los “daños colaterales”, como llaman los genocidios de población civil, generalmente extranjeros indefensos, aunque a sus ciudadanos también los masacran si se rebelan (recuérdese a los “davidianos” o a tantos condenados a la pena de muerte)

Ante tantas acciones meritorias, no hay dudas de que los potentados son cadáveres condenados a desaparecer con la Historia que los ha visto reinar, generalmente como bestias violentas y asesinos despiadados.

No tienen cabida en la Nueva Era. Sus hechos y sus actos los excluyen del Paraíso que nos merecemos y vamos a construir.

 

Es absolutamente absurdo que las mayorías sigan revolcándose en la miseria por proteger a los zánganos criminales que las exprimen y encanallan.


Dinero para todos

En estas cuestiones financieras, que son tan vitales en una sociedad mercantil, la ruina prácticamente absoluta en que quedó la población haitiana puede superarse ventajosamente, si se procede con inteligencia y decisión.

Para atender con eficacia y originalidad el aspecto monetario, una tarea vital es que ese pueblo soberano se dote de una institución profesional, sometida al control popular e integrada por personal idóneo que, de ser necesario, puede vincular extranjeros.

Su propósito esencial será establecer el monopolio público del manejo monetario, tanto en lo referente a las divisas como a la emisión de dinero y al otorgamiento de créditos suficientes para dinamizar la economía en todos sus frentes.

Desde luego, la emisión se someterá a un control estricto que impida cualquier efecto inflacionario por exceso de oferta monetaria, lo cual es fácil para una entidad centralizada, interesada en el servicio a la sociedad y no en el máximo e injustificado lucro de quienes han ejercido esas funciones financieras, suplantando a los gobiernos e inventando estafas en las que hasta los potentados caen.

La creación de un monopolio público semejante, la aconsejan

a) la necesidad de apropiarse los fondos en divisas que la humanidad conmovida y solidaria les ha donado, de modo que impidan que se los arrebaten intermediarios interesados como Bush y Clinton, y les den un uso óptimo, expresado en un beneficio general palpable, y

b) la urgencia de suministrarle liquidez a la sociedad, a fin de que los negocios particulares y las actividades comerciales, industriales y de servicios que ejercen puedan renacer, desarrollarse y prosperar.

Al efecto, las propuestas de Mauricio Rivadeneira Marín en su libro “Herejía Económica” cobran una validez asombrosa.

Conviene que los haitianos las conozcan y evalúen las ventajas que ofrece un sistema bancario exclusivamente público, que rechace el negocio usurero de los banqueros privados (causantes de la ruina capitalista actual, tan definitiva, si somos gente digna de nuestro tiempo), mientras le proporciona gratuitamente a la comunidad el dinero necesario para que desarrolle su vida económica con fluidez y honradez, sin obstáculos artificiales impuestos por los potentados inhumanos e interesados en sus ganancias, sobre todo y por encima de cualquier necesidad social fundamental.

El parasitismo de los banqueros ya no tiene ninguna justificación. Se han convertido en estorbos evidentes para el progreso, pues frenan la actividad económica si la rentabilidad usurera no los satisface, fuera de que no aportan ninguna riqueza real, material, auténtica.

Se limitan a diseñar “productos financieros”, algo así como lo que los abuelos llamaban “paquetes chilenos”, y que alude a estafas que aparentan ser grandes inversiones. Así arruinaron a USA, pero no han dejado de inventarse maravillas para seguir estafando a los incautos. Confían en que “primero se acaba el helecho que los marranos”

La parálisis en USA es una prueba incuestionable de la contradicción entre las necesidades sociales y el manejo privado de la sangre de cualquier sistema mercantil: el dinero.

También demuestra el abuso de los banqueros, quienes no han tenido inconveniente en apropiarse del tesoro nacional mientras se oponen a una reforma sanitaria que, en diez años, apenas costaría una fracción de lo que Bush les permitió apropiarse en pocos días para paliar sus ruinas. Son tan cínicos, que ahora pretenden poner a pagar al astuto mestizo lo que hicieron sus antecesores.


Dilema humano

Su arrogancia es notable. Se ríen del “presidente” (títere le sienta mejor) Obama, como quieren. Se sienten poderosos e imprescindibles, aunque no pasan de ser unos parásitos costosos e inútiles, auténticas lacras humanas dedicadas a inventar formas de enriquecerse a costa de quienes producen la riqueza verdadera pero necesitan dinero para trabajar, lo cual aprovechan los bancos privados para esquilmarlos y hasta arruinarlos, como es frecuente.

Por su esterilidad económica y su abusiva apropiación de la riqueza creada por el sector real, están condenados a desaparecer con el neoliberalismo, la expresión extrema y final del capitalismo, que siempre ha estado al servicio de unos cuantos privilegiados, en detrimento y a costa de las mayorías y de la misma naturaleza.

Si bien, la importancia del dinero en las sociedades mercantiles es incuestionable, por su carácter de equivalente universal, sobre todo, lo que permite que el comercio fluya; de ninguna manera es una condición para cumplir cabalmente su esencial función, que tenga que ser un monopolio de particulares privilegiados abusivamente.

Éstos se enriquecen a su antojo mediante maniobras especulativas cada vez más temerarias y peligrosas, evidentes estafas, como las pirámides de Bernard Madoff, el famoso desfalcador de potentados.

O sea, los banqueros privados no aportan nada; son una peste mortal. Su intermediación no es necesaria, más bien es funesta e intolerable, nociva y arbitraria, pues un Estado verdaderamente popular o la sociedad democrática pueden hacerlo de mejor manera y sin estafar a nadie ni cobrarle por facilitarle el dinero necesario para que realice sus labores a fin de que cree toda la riqueza real que desee.

A la sociedad le cuesta demasiado otorgarles esos privilegios a unos cuantos potentados, sin ninguna justificación técnica, económica o social.

En consecuencia, si Haití opta por el modelo propuesto por Rivadeneira, su aporte al mundo económico será inmenso. Constituirá una confirmación contundente de su destino glorioso.

Las consecuencias sociales de una medida de tal naturaleza no pueden ser más que favorables y venturosas para las mayorías despreciadas por los potentados, a las que condenan a la abominación y la miseria.

Una de sus máximas es no prestarles a los pobres. Así perpetúan las diferencias sociales e impiden que muchos empresarios puedan hacer el aporte social que su talento personal les permitiría.

Ojalá los haitianos se apropien el modelo racional y novedoso propuesto, para que superen las ofensivas antisociales de algunos presuntos salvadores que los ven como a bichos raros incapaces de sobrevivir por sus propios medios.


Defensa de la vida

La humanidad decente está atenta, dispuesta a colaborarles en todo lo que pueda y a denunciar a los vampiros que quieren saciarse con la desgracia del pueblo hermano.

La causa es común. Las soluciones que prueben su consistencia, calidad y fortaleza serán los modelos que pronto han de seguir los otros pueblos, si la causa de forjarnos un futuro digno tiene eco. Si preferimos vivir en vez de seguir el destino mortal que se empeñan en acelerar y agudizar los potentados.

Éstos prefieren morir siéndolo a sobrevivir dejando de serlo. Su peor tragedia sería perder los privilegios que disfrutan, sin merecerlos en absoluto. De ahí su fascinación por precipitar el Apocalipsis valiéndose de sus sofisticadas e increíbles armas de destrucción masiva, que están ansiosos por usar contra los pueblos, antes de que la insubordinación sea universal y su pérdida de credibilidad, absoluta.

Tienen la ilusión de que podrán eliminar a tantos pobres ignorantes e improductivos, mientras ellos se protegen en sus búnkeres de las desastrosas consecuencias. Uno de los artículos del cual extraje la cita del acápite, habla de “un plan capitalista "malthusiano" para reducir la población pobre "sobrante".

O sea, la causa de la vida no es la de los potentados, pero es la de todos los demás que se consideren gente

Por eso, la hipótesis de que el terremoto fue provocado, no es descabellada. Tampoco es falso que los grandes cruceros no hayan dejado de disfrutar las instalaciones paradisíacas que se conservaron en la parte haitiana de la isla dedicada a los turistas, demostrando una indiferencia ante el dolor humano que los retrata como enemigos declarados de la especie.

Y nos la estamos jugando con la resurrección de Haití, tanto como con el saboteo a los planes de guerra de los halcones, dispuestos a encender el foco bélico latinoamericano para mundializar el conflicto que disolvería su crisis en un infierno, en vez de resolverla.

 

Para frustrar sus planes inhumanos, tenemos que perpetuar y llevar a todas partes la denuncia de sus prácticas depredadoras, fundadas en su codicia criminal y en su desprecio por la vida ajena, que tiene el mundo al borde de la extinción de ésta, sin importar de cual especie se trate ni el tipo de vida que tenga.

La vida de los mismos potentados, desde luego y a pesar de sus ilusiones, también está en riesgo, pero eso no les impide acelerar la destrucción de la biosfera. Consideran que podrán sobrevivir en sus búnkeres mientras languidecen los “sobrantes”, hasta extinguirse.

El reto de la supervivencia y la misión de garantizarla, son para la gente decente; y ellos de tales nada tienen. Así se lo hizo saber, cuando le reclamó, por la muerte de su hijo en una guerra absurda, Cindy Seehan al tarado criminal que precedió a Obama.

No son gente, pero las mayorías sí lo somos y estamos entendiendo que debemos asumirlo como un deber y un derecho que tendremos que ejercer cotidianamente en beneficio común, so pena de desaparecer, si no lo hacemos.

El reto es mortal. No puede ser más definitivo, aunque los medios de desinformación y manipulación masivas de los potentados, se esmeran en minimizarlo. Intentan ocultarlo mientras apuran la guerra que dizque los salvaría.

Su estupidez es evidente. Los descalifica absolutamente para seguir trazando el destino de la humanidad. Tenemos que privarlos de toda su capacidad para hacer daño y enviarlos a que le hagan compañía a Madoff.

Desenmascaremos sus mentiras; a toda hora, en todas partes y ante todo el que nos crucemos. Así los derrotaremos, pues el tiempo apremia y sólo “la verdad nos hará libres”.

[*] “En cuanto a la calidad de vida, el absoluto respeto a los derechos fundamentales del individuo, la tolerancia, la absoluta libertad y la igualdad de oportunidades, es esta nación lo mejor que he podido encontrar sobre el planeta… esa elusiva Eutopia (sic.) que todos deseamos… esos tantos envidiosos y resentidos socialistas, izquierdistas y ultra-liberales que tan llenos de odio hacia los EEUU, se revuelcan hoy en el lodo de esa fobia antiamericana tan prevalente en el mundo, y hoy ESTOS SINVERGUEZAS NOS QUIEREN CAMBIAR! A ¿QUE ES LO QUE QUIEREN CAMBIAR?... , en este paí­s, no tiene Ud. que rebajarse ni someterse jamás a ningún tirano, ni de la izquierda ni de la derecha, no tiene que vivir glorificando y adulando constantemente a un pedazo de estiércol como Castro o como Chavez. Ni tiene que vivir con miedo, simplemente por sostener una opinion contraria a la del sátrapa en turno. YO NO QUIERO CAMBIAR NADA DE ESTO!

NO QUEREMOS SUS CAMBIOS MR. OBAMA! NO NOS HACEN FALTA!… Hoy el odio, la envidia, y el resentimiento contra los EEUU se manifiesta en muchas partes por aquellos imbéciles que tratan de justificar de alguna manera la existencia en el mundo de esta plaga de tiranos. Hoy se nos acusa injustamente de instigar una guerra que en realidad nadie querí­a… Si el motivo fuera, quedarse descaradamente con el petroleo de Irak, (un motivo estrictamente económico) es más razonable pensar que serí­a mas fácil, quitarselo a Venezuela que está mucho más cerca y es mucho más vulnerable… Obiamente, poseer el petroleo no es el motivo primordial. Sin embargo los resentidos coprofagos marxistas, y los ultra liberales repiten las mismas mentiras como cotorras amaestradas”

Nota: La ortografía es la original del apasionado señor. En vista del valor que tiene su candoroso y “contundente” testimonio, como prueba irrefutable del lavado cerebral al que son sometidos los humildes en USA, anexo archivo independiente con su texto completo. De acuerdo a su fecha, fue escrito antes de las elecciones en USA de 2008, lo cual nos da la ventaja analítica de los hechos cumplidos. Desde luego, el esfuerzo por obligar a Hugo Chávez a defenderse de las siete bases colombianas cedidas a USA por el presidente mafiosos y neoliberal, Álvaro Uribe Vélez, es la invitación a una guerra que el cándido autor del texto adjunto considera más fácil de adelantar, si el propósito de los civilizados halcones fuese despojar de su petróleo a los grandes productores, lo cual el inmigrante que escribió el texto considera una calumnia nacida de la envidia, cuando menos. Pero, para muchos analistas serios, tal despojo es una de las causas para “una guerra que nadie quería” en Irak. Sin embargo, el engañado paladín del Imperio debe tener razón en que “poseer el petróleo no es el motivo principal”. Cada vez es más obvio que el motivo principal es desencadenar la guerra mundial que les permita superar su crisis y recuperar su hegemonía, si logran destruir a los países que no se les someten. La amenaza es sumamente grave y real. Las provocaciones a China, su mayor acreedor y competidor, no son fortuitas. Su carácter desafiante no se les escapa a las mayorías. Es de la misma estirpe que el desprecio a la Unión Europea. Saben que su superioridad armamentista es para usarla. Pero el tiempo se les agota. Su ruina insuperable los obliga a desatar rápidamente el conflicto mundial, que tan cebado tienen en los países musulmanes que han invadido. De ahí la obligación de desenmascarar sus perversas y mortales intenciones antes de que logren su repugnante propósito.

Ver “God Bless America” Sent: Tue, 26 Aug 2008 6:08 pm