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               CRÍTICA LITERARIA

         

              LA VOCACIÓN SUSPENDIDA

           

                  

del poeta y crítico literario Gustavo Ortiz Clavijo



Cuando uno se encuentra con la voz y el alma de Lauren Mendinueta, se reconoce uno que se encuentra frente a la actitud más cierta entre la palabra y quien la escribe, una vocación suspendida, donde la memoria, el abandono, la soledad y hasta el amor, le dan la tranquilidad cierta a las imágenes. Llevo seis años leyendo de cerca a Lauren y uno se encuentra con la serenidad canónica de su presencia, se trasforma en una necesidad lectora, más allá de física.
La Vocación suspendida, en su edición europea, me llegó después de viajar un par de semanas desde Lisboa. Un libro que además de ser reconocido con el VI Premio Internacional de Poesía "Martín García Ramos", viene a ser un acercamiento subjetivo y teórico de la idea del viaje que siempre ha estado en la escritora barranquillera.
Pasan los años,
y aunque la vida me acusa de inmovilidad
también yo he viajado.
Como una partícula de polvo
he revoloteado por la casa y me he prendido a los libros.
Como un insecto he reposado a la orilla de las acequias,
o simplemente he sido una mujer que de tarde en tarde
ha mirado hacia el mar
buscando barcos olvidados por la neblina
y que vuelven a la memoria,
sin esperanza distinta a la muerte.
La rigidez posible en la metáfora, el evitar el caos semántico, quizá no solo sea estrategia, sino una cierta verdad en que ella, como mujer, habla de manera más libre. Vale preguntarnos si la correcta dosis de saber la nostalgia de ella frente a los signos, siendo ella un signo más y hablando esos signos y hablada por esos signos, le de ese estatus invisible e inefable de repetirse siempre el lector por su escritura, como por una barco que no tiene otra esperanza distinta de la muerte. El control del poema, lejano a las tendencias posmodernas, le da esa categoría madura y reflexiva a Lauren Mendinueta y colocarse su escritura tras seis libros, como una esencial en el ámbito crítico poético hispanoamericano.
Me pregunto cuál es la defensa de esta terca pasión,
por qué no fui costurera, vendedora de cigarrillos, bailarina o actriz.
Sobreviví por costumbre como las aves del cielo,
nunca estimé la moda tanto como a los nenúfares en su limbo,
visité catedrales y amé la inmovilidad de los cementerios.
Magnífico hubiera sido elegir otras tareas
y no esta vocación suspendida
a la que la mente, de la mano del oficio, me arrastró.
Al ser un poemario orgánico y cerrado como Jon Juaristi nos presenta en el prólogo, sólo nos queda sumarle el hecho entonces estructural y teórico, donde Lauren se presenta y ausenta, en cuatro fases donde los textos de este libro, adquieren otro nivel más de significación; La errancia y la proximidad, Para el amor o alguna otra fe, La vocación Suspendida, La realidad Alterada. Podemos hablar de estas fases como especies de libertades donde no se pierde la tranquilidad de saberse abandonada y recordada, ya sea en sí misma, luego en el amor, en la tercera fase, en sus clásicos intertextos femeninos o en furia más cierta de cierre.
Para quedar allí en las inevitables pero "dulces mansiones de la mente " donde la palabra se hace imaginería y casi siempre metáfora.
La Vocación Suspendida
84 páginas.
Editorial Point de Lunettes.