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¡EL MUNDO SE DESPLOMA!
Mario Lamo Jiménez
Obama se ha posesionado como presidente de los EE. UU. cuando el país atraviesa una de las peores crisis de su historia: deuda externa galopante, desempleo en aumento, guerras sin sentido que están consumiendo la economía de un país herido, calentamiento global que amenaza acabar con las reservas de agua a nivel planetario... en resumen Obama ha sido nombrado capitán de un barco haciendo agua, en medio de la tormenta.
La cruda realidad de este país es que el 25% de los trabajadores ganan menos de 10 dólares la hora, lo que los coloca por debajo del nivel de pobreza, mientras que el 1% recibe el 40% de los ingresos. Y lo que significa ser pobres en EE. UU. es que no se tendrán los seguros sociales de los cuales goza el resto de la población, tales como seguros de salud, días laborables libres o planes de jubilación. A nivel mundial, también el 1% más rico de la población recibe el 40% de la riqueza, lo que quiere decir que el 99% del planeta debe subsistir con el 60% de los ingresos globales. No es de extrañar que este Titanic planetario, donde el 1% viaja en primera y el 99% en segunda y en tercera, se esté hundiendo.
Las noticias de cada día confirman que el capitalismo es el mejor sistema de gobierno... para los capitalistas, o sea un 1% de la población: Un anciano muere congelado en su propia casa cuando le cortan la electricidad porque no tiene con qué pagar la cuenta; una pareja se suicida cuando ambos son despedidos de su trabajo en Kaiser Permanente (una aseguradora de salud con una cadena de hospitales) y antes de hacerlo matan a sus hijos; una familia pierde su casa y se queda en la calle cuando el banco se apodera de ella pues no pueden pagar la hipoteca: al banco le resulta más rentable vender la casa a precio de feria que dejar de recibir los intereses leoninos con que desangran a la clase media. La gente vive al crédito sin saber que cada tarjeta es un arma de plástico que les apunta a la cabeza. Los bancos se especializan en prestar dinero a gente que saben que nunca lo podrá pagar para que gaste en cosas que no necesitan.
Mientras tanto, Obama y su gabinete se rompen los sesos tratando de componer lo que no tiene cura. Enero es un mes helado en Washington, las calles se llenan de nieve y los árboles se congelan. Parece que nunca fuera a llegar la primavera, cuando cientos de cerezos convierten las orillas del Potomac en una ciudad japonesa. Sin embargo, ésta será una primavera amarga aunque florezcan los cerezos: Los EE. UU. y el sistema capitalista mundial han demostrado que el modo de vida de explotación de recursos del Tercer Mundo para mantener un alto nivel de vida en el Primero, es absolutamente insostenible.
Para complementar me acaban de entregar los recibos de electricidad, luz, agua, y teléfono: con esa cuenta sería suficiente para que una familia del Tercer Mundo viviera cómodamente por un mes. Además del correo, el cartero trae noticias: el correo dejará de venir un día pues el gobierno federal está en quiebra. Como si esto no fuera poco, el estado de California no tiene suficiente dinero para pagar a sus empleados, también está en bancarrota.
En resumen, en los EE. UU. la clase media no trabaja, vive para hipotecar sus existencias a bancos y corporaciones y para que el 1% más rico pueda seguir gozando de sus privilegios y arruinando el planeta.
No sé por qué, pero todo esto me hace recordar estos sabios consejos de Martín Fierro:
«No te debés afligir
aunque el mundo se desplome.
Lo que más precisa el hombre
tener, según yo discurro,
es la memoria del burro
que nunca olvida ande come.» |