RAZONES DE HUMANIDAD
Darío Botero Pérez
La negativa de la BBC y de la cadena Sky News de Rupert Murdoch a trasmitir un pedido de ayuda humanitaria, para las víctimas palestinas de las recientes acciones militares israelíes en Gaza, elaborado por reconocidas agencias humanitarias (CruzRoja, Oxfam, Save the Children y Christian Aid) empeñadas en reparar, en parte, los desmanes causados por el cruento, inhumano y deliberado ataque del Gobierno sionista de Israel, comprueba la influencia de tal ideología totalitaria sobre los medios, muchos de los cuales pertenecen a judíos, en todo el mundo.
La excusa de una presunta “neutralidad” pretende igualar a las milenarias víctimas con sus milenarios verdugos, lo cual es una clara toma de posición en su propósito de exterminar a los palestinos, negándoles su derecho a contar con un Estado propio en sus territorios tradicionales.
Quieren restarle importancia al crimen de lesa humanidad que significa ese prolongado genocidio, sin comprender que es algo que rebasa los límites de las convicciones religiosas de los judíos y compromete a toda la humanidad.
Es deber de todo ser humano digno denunciar, repudiar y combatir el asesinato despiadado de inocentes, más aún cuando se hace con sevicia y sobre seguro. Ninguna excepción es admisible, toda discriminación es detestable.
Por esa razón, los judíos que fueron víctimas de los nazis, tanto en campos de concentración como en hornos crematorios infames, recibieron la solidaridad de la humanidad sensible, noble y honesta. Agobiada por los aterradores vejámenes y el indescriptible sufrimiento de esos ciudadanos inermes, se hizo la desentendida cuando 25 Estados impusieron al resto del mundo la creación, en 1948, del Estado de Israel.
No cayó en cuenta que estaba condenando a los palestinos a su exterminio por parte de los extremistas intolerantes y mesiánicos que lo han gobernado basados en postulados sionistas, a pesar de muchos ciudadanos judíos que prefieren y promueven la tolerancia indispensable para la coexistencia pacífica y respetuosa de los dos pueblos, herederos de una larga historia común y descendientes todos de Noé.
La humanidad exige una solución definitiva al milenario conflicto, reconociéndoles y garantizándoles a ambos pueblos sus derechos. Pero eso requiere superar los gobiernos extremistas de unos y otros, que buscan imponer un solo estado suprimiendo el rival.
Le decían a Mesalina (toda una potentada) que “no basta con ser honesto, también hay que aparentarlo”. Por desgracia, los “gentlemen” del mundo se conforman con aparentarlo, pues saben que serlo es perder, según los estrictos y exigentes patrones de comportamiento que rigen su competitivo y ruin mundo de potentados.
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