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                       TEATRO

          

            LA MARIONETA MÁS GRANDE

                            DEL MUNDO

                  

                      


Mario Lamo Jiménez

                                      Personajes:

Filipa Alexandre: Fabricante de marionetas. Tiene unos treinta años, cabello negro, manos de artista que crean seres extraordinarios. Trabaja en un taller lleno de maquetas y de marionetas de todo tipo.
La Cantante: Es una marioneta cantarina de voz profunda y mirada dulce.
La Mujer Maravilla: Es la marioneta del personaje de las caricaturas infantiles, tiene un vestido azul con tonos dorados, la cara es una máscara de papel rosado.
El arlequín: Es una marioneta de sonrisa contagiosa y mirada triste.
La Marioneta del Rey: Es la marioneta de un gran señor feudal, tiene un traje azul con botones de oro; está siendo terminada.
Zé Rui: Un director de teatro, de cara bonachona y mirada tierna.

Las marionetas serán manipuladas por actores que tendrán máscaras o partes de su cuerpo en forma de marioneta.

 

                                      Escena I


Estamos en el taller de Filipa, es temprano de mañana y Filipa no ha llegado a su trabajo. En primer plano vemos una mesa de trabajo donde reposan diversos implementos para hacer marionetas, tales como tela de colores, madera de buena calidad, hilo, pegante, etc. Al fondo, recostadas en la pared están las marionetas que Filipa ha venido trabajando, entre ellas vemos a nuestros personajes: la cantante, la mujer maravilla y el arlequín. Junto a la mesa de trabajo vemos la armazón de la marioneta del Rey. La escena está a media luz y con las luces se simulará la salida del sol. Por el lado derecho del escenario aparece Filipa. Viste su delantal rojo y trae una escoba en la mano. Suavemente entra la música de "Cascanueces", al ritmo de la misma, Filipa baila al tiempo que barre. Deja la escoba de lado y recoge un plumero, continuando con su baile limpia una por una a sus marionetas. Cierra los ojos y soñadora se queda quieta por un momento. Vemos cómo la marioneta del arlequín cobra vida y deviene en un bailarín joven y apuesto, con el que Filipa baila emocionada. Cuando la música termina, Filipa vuelve a la posición que tenía al principio de su fantasía, abre los ojos y se dirige a sus marionetas:
Filipa:
Si mis marionetas
cobraran vida
haríamos una fiesta
con una orquesta de cantantes
y un arlequín de colores
que bailaría en mis brazos
las más bellas melodías.
¡Ay mis locas fantasías!
Filipa a tu trabajo,
que la vida es corta
y el día es largo.

Dicho esto, Filipa se dirige a su mesa de trabajo, echa un vistazo a la armazón que tiene al lado y dice:
Filipa:
Bueno, es hora de trabajar. ¿Cómo está hoy nuestro futuro Rey? Ésta va a ser la marioneta más grande del mundo y va a ser nada más ni nada menos que nuestro mismo Rey, Perico de los Palotes, una marioneta hermosa que estará un día en una gran obra de teatro. (Mirando a sus otras marionetas) No se hagan las ofendidas, yo sé que Uds. también son marionetas muy hermosas, pero la marioneta más grande del mundo ha sido el sueño de toda mi vida y hoy, por fin, la voy a terminar. (Mirando a la cantante) ¡Déjate de esos cantos melancólicos! Ni más faltaba, ¡una cantante celosa de un rey que no canta!, esos lagrimones de aserrín nadie te los va a creer.
Suena de nuevo la música y vemos cómo Filipa arma su obra maestra, une las piernas y las manos al torso de la marioneta, con paciencia infinita pinta los rasgos de su cara, y con lana negra hace las cejas y una tupida barba. Con papel dorado adorna la ropa que viste el Rey y para terminar, con el mismo papel hace un magnífico emblema de caballería que le cuelga en el pecho. Extasiada, Filipa contempla su gran obra, le da los últimos toques, la acomoda y la sienta en una silla.
Filipa:
¡Sólo le falta hablar! Si las marionetas hablaran, ¿Qué dirían? Algún día estas marionetas se tienen que volver personas o yo me tengo que volver marioneta, para tener una fiesta y divertirnos de lo lindo. (Mirando por la ventana) ¡Caramba, cómo pasa el tiempo!, ya se está oscureciendo.
(Cantándole a la marioneta del Rey)
Huesos de palo
ojos de aceituna
piel de abedul tallado
y corazón de luna,
dientes de caramelo
sonrisa de frescura,
¿por qué es el cielo azul
y blanca la espuma?
El escenario se oscurece lentamente y vemos a Filipa recoger sus implementos, los cuales coloca con cuidado sobre la mesa, tras lo cual sale por una puerta lateral.

                                      Escena II
Se escucha una música suave de carnaval, voces y algarabía, las luces suben poco a poco, lo mismo que la música. Vemos que todas las marionetas (menos la del Rey) se han humanizado y están teniendo una fiesta, bailan entre sí, ríen y cantan. La música baja un poco y escuchamos las palabras del arlequín.

Arlequín:
Mi oficio es hacer reír,
Con cosquillas de palabras,
Mis nubes no sueltan agua,
Sino lluvias de paraguas,
Toco cualquier instrumento,
Sea de agua o de viento,
Bailo hasta con mi sombra,
Canto como una alondra
Y cuando me miro en el espejo
Al espejo le da tanta risa
¡Que se rompe en mil astillas!

Cantante:
Yo canto y encanto
Canciones nunca soñadas
Palabras con sabor a fresa
Notas con olor a naranja
Yo canto por las mañanas
Con un concierto de grillos
Y tengo un millón de amigos
Que a mi orquesta acompañan…

Mujer Maravilla:
Yo peleo contra villanos
de todos los colores y sabores,
ojirrubios en aeroplanos,
marcianos venidos de la China,
marineros de piscina en traje de fatiga
y fatigados en traje de oficina.
Me duelen la injusticia y las rodillas,
sobre todo cuando bailo con prisa...

Repentinamente, la música se suspende, las marionetas se quedan estáticas y se escucha una voz ronca que nadie parece saber de dónde viene.

Voz:
Ya basta de tonterías, tanto baile y tanta risa
me enferman del sombrero,
me causan hepatitis de alegría,
me ponen amarillo de contento,
hacen que me dé envidia de 40 grados
y que me salgan viruelas en los dedos.

Las luces bajan y un foco ilumina a la marioneta del Rey, quien sonríe siniestramente.


Rey:
Yo soy la marioneta del Rey y por consiguiente,
soy el Rey de las marionetas.
Teniendo en cuenta mis facultades y sus dificultades,
decreto:
Artículo ventiúnico:
Queda prohibida la alegría,
la risa será castigada, el baile no será permitido
y mucho menos las carcajadas.
Todo sueño es declarado subversivo,
de ahora en adelante, todo será
trabajo e impuestos,
quedan abolidos los domingos...
el sol saldrá una hora antes...
antes será después
y se suspende la hora del almuerzo.
A trabajar todo el mundo en lo que yo diga,
vamos a barrer el aire
y a desplumar hormigas,
mi reino será ordenado patasarriba.
Favor presentarse siervos y
esclavos de 9 a 8 en mi oficina.

La marioneta del Rey improvisa un escritorio en la mesa de trabajo de Filipa. Las marionetas se miran sorprendidas y de mala gana hacen fila para recibir las órdenes del Rey. El Rey lee el periódico y las ignora.
Arlequín:

Hace una hora que esperamos en fila,
queremos que se nos diga cuál es nuestro trabajo.

Mujer Maravilla:
(A las otras marionetas)
¿Qué es esta falta de abuso?
Yo no me recuerdo haber elegido a este intruso Rey de nada,
todas las marionetas fuimos hechas del mismo material,
¿qué tiene ésta de especial?

Rey:
(A través de un hueco que ha hecho en el periódico)
Basta de murmurar y escuchen lo que digo.
Lo primero que hay que hacer
para trabajar conmigo es esperar sin nada que hacer,
rascarse el ombligo, a ver,
todo el mundo, a hacer lo que yo digo.
(Las marionetas se rascan el ombligo y siguen haciendo lo que el Rey les ordena. Esto lo harán al ritmo de una música de fondo e imitando malamente lo que hace el Rey. Los cuatro formarán un ballet.)

                                     Escena III
Rey:
Mirar para el techo como si se fueran a caer,
recostarse en la pared,
hacer aviones de papel,
bostezar una y otra vez,
morirse de tedio y de hastío,
quedarse dormidos,
tomar grandes tazas de café,
leer papeles muy aburridos,
cogerse los dedos de los pies,
saltar al derecho y al revés,
hacer cara de fastidio,
gruñir, refunfuñar, tener una rabieta y patalear,
ensayar miradas de furor,
oír sin escuchar, hacer ruido, mirar para el techo otra vez,
hacer lo que ya hicimos al principio,
ir y volver, sin llegar a ningún sitio.
Cansarse sin hacer nada...
y ahora a trabajar
porque mi reino patas arriba
no puede funcionar
sin que ustedes hagan lo que yo les diga.

Para la música, las marionetas parecen muy cansadas, el Rey sonríe con una mueca malvada. La mujer maravilla da un paso adelante y exclama:

Mujer Maravilla:
Ya vas a ver, villano de pacotilla,
la mujer maravilla te va a detener,
porque en tu reino de mantequilla,
no hay esclavos ni esclavistas ni Rey...


Rey:
Tampoco hay clavos ni repelente
ni tomates con dos cabezas
ni jirafas con dientes verdes.
Alto ahí, yo soy la marioneta del Rey
y por consiguiente, el Rey de las marionetas.
(Amenazante se acerca a la mujer maravilla)
Marioneta insubordinada, queda usted arrestada
por ordenar la conmoción pública,
por violar el desorden establecido
y por pronunciar discursos aburridos.
(Con sus manos gigantescas, el Rey atrapa a la
mujer maravilla y la amarra con una serpentina.)
(A las otras marionetas): Y que sirva esto de mal ejemplo,
porque como dice el dicho,
ojos que no ven, corazón contento.
(Mira hacia la ventana y hace un gesto de fastidio):
Pero cómo pasa el tiempo,
se nos está haciendo temprano
y ustedes todavía no han trabajado,
a trabajar todo el mundo,
porque en este mundo, mando yo,
yo soy la marioneta del Rey y por consiguiente,
el Rey de las marionetas.
Arlequín, a cargar viento,
cantante de cartón,
a subir y a bajar montañas de algodón...
y sin un lamento.

(El Rey observa al par de marionetas trabajando, al ritmo de sus movimientos, cantarán:)

Marionetas:
Trabajo de arriba a abajo
cargando nubes
y encendiendo soles
trabajo de abajo a arriba
sembrando flores
y cosechando ortigas,
trabajo y no me pagan
sólo me apagan la luz del día...

Rey:
Más trabajo y menos canto,
no gasten la voz
que ustedes tienen dueño
y tanta canción (restregándose los ojos)
me causa sueño...

Marionetas: (Cantando)
La marioneta del Rey
tiene dos dientes
el cielo tiene
una estrella
y el pájaro
tiene un nido
el Rey
tiene sueño
y está dormido.


El Rey se duerme parado. La cantante y el arlequín se miran entre sí, caminan en puntillas y liberan a la mujer maravilla. Bajan las luces y vuelven a su posición de marionetas.

                                    Escena IV

Es de mañana y Filipa llega a su taller. Entra alegre y sonriendo, empieza a ordenar sus enseres. De espaldas a las marionetas, se dirige al público:


Filipa:
Si ustedes supieran
que además de marionetera
yo soy la mejor cocinera
de Tondela,
cocino cabrito asado
queda tan bien ahumado
que una se chupa los dedos...
(Girando la cabeza)
A ver cómo amanecieron mis marionetas.
(Con cara de asombro)
Pero si están cansadas
y ojerosas
como si no hubieran dormido
(Mira al Rey quien sonríe)
Sólo el Rey sonríe
con sus blancos dientes,
la cantante está alicaída
y el arlequín
tiene pálidas las mejillas
y la mujer maravilla
tiene rota su sombrilla.
Tranquilas mis marionetas
yo las dejaré como nuevas.
Se dirige a sus marionetas y empieza a trabajar en ellas, quita ojeras, arregla sonrisas, repara miradas. Las marionetas vuelven a animarse y de nuevo quedan felices y contentas.

Filipa:
No hay problema que no tenga respuesta
ni respuesta sin problema.
¿Por qué tienen colores las flores y la gente dos orejas?
¿Para qué fabrican miel las abejas?
Cuando está llena la Luna, ¿de qué está llena?
¿A qué hora duermen las ballenas?
¿Por qué durmieron mal mis marionetas
y amanecieron con ojeras?
(Mirando al Rey)
¿Será que están tristes porque tienen celos de la marioneta más grande del mundo?
Filipa hala una cuerda y del techo descienden lentamente pequeñas marionetas que cuelgan de sus respectivos hilos. Vemos marionetas de vaqueros, de brujas, pájaros, de cometas y abejas. Como un titiritero de marionetas, Filipa hace que éstas suban, bajen y den vueltas. Filipa canta la canción de los celos.

Filipa:
Érase un planeta
que quería ser estrella
y sintió celos,
érase un cometa
que quería ser planeta y sintió celos,
érase una abeja
que quería ser cometa
y sintió celos,
érase una flor
que quería ser abeja
y sintió celos,
érase una estrella
que soñaba con ser flor
y sintió celos...
(Deja de cantar y mira a la marioneta del Rey) En este paraíso de marionetas no hay manzanas ni serpientes, otra vez es un mundo feliz, con sonrisas llenas de dientes.
(Filipa sale de escena y las luces bajan.)


                                    Escena V
La marioneta del Rey está muy quieta y duerme. Las otras marionetas se van despertando, vemos cómo se desperezan lentamente. Oímos al arlequín murmurar mientras se estira:


Arlequín:
Tuve una horrible pesadilla,
soñé que el Rey,
¡Dios me asista!
era un odioso fascista...

Cantante: (Bostezando)
¿Un fascista?
¿Qué es eso?
Alguien que no come queso?

Mujer Maravilla:
Pues no era un sueño,
hablen pasito,
un fascista es el que
se hace dueño
en un momento
de tu vida
y hasta de tus pensamientos

Rey:
(Despertándose)
Prohibido hablar sin permiso
o se les quita la voz,
porque en este reino patas arriba
yo soy el dueño de los medios de comunicación,
no se puede cantar ni una canción
a menos que así yo lo decida,
yo soy la marioneta del Rey
y por consiguiente,
el Rey de las marionetas...

Mujer Maravilla:
Nos han quitado hasta el derecho
a tener derecho
en este reino torcido,
a este fascista
nadie lo ha elegido...

Rey:
No me obliguen a volverlos
una pulpa de madera,
¿Y qué insecto ha picado
a esta mujer,
que protesta como si llevara
por dentro toda una orquesta?
A trabajar todo el mundo
porque en este reino mío,
lo que no está alquilado,
está vendido.

(Las marionetas pretenden trabajar en cámara lenta, el Rey las supervisa y continúa:)
Venderemos papel a Israel,
y chocolate a la China,
calzoncillos a Argentina,
y jabón al Japón,
importaremos nieve de los Alpes
y alpiste de los Andes,
astronautas de Alemania
y alemanes de España,
arroyos de Guatemala
y jirafas de Ucrania,
Portugal será mi trono real,
entonces vendrá el desarrollo,
y en cada olla, habrá un pollo,
porque yo soy la marioneta del Rey
y por consiguiente,
el Rey de las marionetas...

Arlequín:
¿Seré entonces bufón real?
¿Ministro de la risa?
¿Malabarista oficial?
¿Trapecista sin trapecio?
¿Hazmerreír general?

Rey:
Serás todo lo que tu imaginación quiera,
menos lo que eres en realidad,
para empezar,
te nombro asesor del secretario
del dignatario encargado
del arte de improvisar,
y como si esto fuera poco
te coloco este escudo de metal
y esta bandera de tela
para que en caso de guerra
puedas morir por ellas.

El Rey cuelga una bandera pirata llena de estrellas y un escudo con un águila del pecho del arlequín. Éste se pasea orgulloso por el escenario, mira con altivez a sus compañeras marionetas. Se detiene frente al Rey. Implorante:

Arlequín:
¿Ahora yo también puedo dar órdenes desordenadas,
suspender los derechos
y promover los torcidos,
decir mentiras verdaderas y verdades mentirosas,
trabajar sin moverme
y moverme sin trabajar,
hablar sin decir nada
y nadar sin agua?
La mujer maravilla y la cantante miran con asombro a su traidora compañera, el Rey sonríe con una amplia sonrisa de madera.

Rey:
Peores palabras
yo no pudiera haber dicho,
podrás hacer todo lo descrito
y además de lo anterior,
te nombro preso y carcelero,
embajador en la Ciudad Perdida
cocinero mayor
ministro de círculos cuadrados
y guardia encargado
de vigilar que estas ingratas marionetas
se pongan ahora mismo a trabajar.
(Bostezando) Tanto trabajo
me tiene agotado,
me voy a trabajar acostado.

El Rey se acuesta en un rincón. El arlequín se pavonea y encara a sus compañeras marionetas:
Arlequín:
(En voz alta)
Ya oyeron al señor Rey,
yo, el arlequín
he sido ascendido a coronel
y por este escudo de metal
ahora soy general,
encargado de vigilar
el desorden establecido.
(Mira al Rey que cabecea y da
grandes bostezos, mientras los ojos se le abren y se le cierran)
Mujer Maravilla:
Eres un traidor que se ha vendido
por una medalla de hojalata
y una bandera pirata
eres peor que una cometa,
te soplan como si fueras
una trompeta...

Cantante: (Lanzando un gran do de pecho)
A este Rey falso
yo lo despierto con una sola nota
¡le doy un cancionazo,
en su cabezota!
¡Dios me asista,
no hay mal que dure cien años
ni copla que lo resista!

Arlequín: (En voz baja)
Hablen pasito
que despiertan
al Rey
y además
yo tengo un plan
para parar
a este delincuente...

Cantante: (En voz baja y asombrada)
¿Quiere decir
que no te has vendido
al Rey de lo torcido?

Arlequín:
Seré arlequín
pero nunca seré infiel,
no seré general del mal
ni ministro real...
escuchen, éste es mi plan...

Las marionetas hacen un corrillo y el arlequín les explica en voz baja su plan, la mujer maravilla sonríe y la cantante canta en silencio de alegría.

                                  Escena VI


Vemos a las marionetas recorriendo con prisa el escenario, recogen pintura, madera y papel, trabajan laboriosamente, sin que veamos lo que están haciendo. Cuando terminan lucen agotadas y contentas, contemplan su trabajo orgullosas. El arlequín se dirige entonces al rincón donde duerme el Rey.

Arlequín:
Despierte señor Rey,
perdone que le interrumpa el sueño,
(El Rey abre los ojos y gruñe)
quiero decir, el trabajo
le tenemos un regalo
para que usted se siente,
un Rey no debe dormir en el piso
Por medio de este acto lo corono
y le hago entrega de este trono...
(La cantante y la mujer maravilla le
muestran al Rey el fruto de
su trabajo y éste sonríe entre sorprendido
y satisfecho. Es un trono recubierto de papel
dorado y estrellas plateadas.)

Cantante:
Nosotras las marionetas
hemos humildemente pensado
que un Rey de su talla,
si es que hay ley,
debe ser Emperador
además de rey.

Mujer Maravilla:
Y usted, su majestad
desearíamos que fuera,
no sólo la marioneta
más grande del mundo,
pues eso sería poca cosa,
sino además, la más hermosa...

El Rey orgulloso se dirige a su trono, lo examina para asegurarse de que en verdad se trata de un trono. Una vez que está seguro de ello, se sienta en él con cuidado. Las marionetas aplauden, el Rey les hace señas para que dejen de aplaudir.

Rey:
Es para mi una falta de deshonor
sentarme en este trono
que tenía tan merecido,
ya sé que fui por ustedes elegido
porque soy el mejor,
el más grande y el más bello,
y además de ello
puedo confundirlos con mis palabras
y refundirlos con mi habla,
porque tengo una maestría en discursos
y he hecho cursos
de economía, magia y anatomía,
¿Ven esta mano?
Nada por un lado, nada por el otro, (Cierra la mano, la abre y aparece una flor de papel)
Puedo hacer que sientan calor cuando hace frío,
o que llueva y no se mojen
porque en este reino mío
lo más derecho
es lo que está torcido.
(Se mete la flor en la boca y ésta desaparece)

Arlequín: (Al público)
Y arriba está abajo
y el orden es el relajo.
(Al Rey)
De rey a emperador
todo es asunto de traje
con un poco de maquillaje
y ayudado por un guión
el idiota es emperador
y el ignorante doctor.

Mujer Maravilla:
No hay vejez que el maquillaje
no convierta en juventud
aquí los defectos son virtud
todo es asunto de ropaje
por eso le hicimos este traje...

La mujer maravilla desenvuelve una túnica blanca y se la presenta al Rey, el cual la mira complacido.

Cantante: (Ayudándole al Rey a vestirse la túnica)
Permítame que le cante
mi más indigna admiración
porque este traje
de la más falsa seda,
no sólo no lo trajimos
de la China,
sino que es de ordinaria tela
y aunque el burro se vista de seda,
burro se queda,
por eso lucirá su majestad
como siempre ha lucido,
es decir, feo, petulante y engreído...

Rey:
Ya basta de adulación,
me quedo con el traje,
con la corona y el trono
mas no traten de engañarme
que no soy bobo,
sé que ustedes no quieren trabajar
y por eso me regalan tanto adorno,
(Como si mirara su imagen en un espejo, el Rey se pasea prepotente)
Ahora a trabajar todo el mundo,
porque yo soy la marioneta del Rey
y por consiguiente,
y además, con mucho honor
un brillante emperador.
Las marionetas simulan hacer un mecánico trabajo, mientras el Rey se compone su nuevo traje. Bajan las luces y las marionetas se quedan quietas. La escena se oscurece.

                                  Escena VII


Suben las luces, las marionetas están quietas y parecen muy cansadas, tan sólo la marioneta del Rey parece fresca y contenta. Oímos un silbido y es Filipa que llega a trabajar.

Filipa: (Entrando al escenario, canta y alista sus enseres)
Si yo fuera marioneta
Viviría para siempre
Bailaría todo el día
A mis cuerdas bien sujeta
Haría reír a los niños
Rascándome la cabeza
Con sólo elevar un pie
Todo el mundo sería feliz
Viendo mis acrobacias
Parándome de nariz
Sentada en un vaso de agua…

(Hablando)
No hay nada como levantarse
bajo el calor de las estrellas
y la luz mágica que regala la Luna.
Veamos ahora cómo están mis marionetas,
(Contando) Una, dos, tres...
parecen muy cansadas y me falta una...
¿Qué se hizo el Rey?
(Mira por todas partes y no lo encuentra, finalmente, mira hacia el techo y ve la marioneta del Rey, como si fuera un dios, colgando del techo en su trono. Exclama admirada)
¿Cómo pasó esto?
No sólo tengo la marioneta
más grande del mundo,
sino la más hermosa del universo,
ahora sé por qué mis marionetas
amanecían cansadas
trabajaban de noche
para darme la mayor sorpresa de mi vida,
¡mis marionetas están vivas!
el Rey es emperador
y gobierna desde arriba.
(Mirando a sus marionetas)
Ahora para premiarlas,
haré un coro de cantantes,
un conjunto de arlequines
y un ejército de mujeres maravilla,
¡Y que el dios de las marionetas las bendiga!

Filipa parece muy contenta, suena la música del principio y baila con la mujer maravilla. Apenas acaban el baile, aparece en escena el director de teatro; saluda:

El director:
Buenos días doña Filipa,
como le había prometido,
vengo a comprarle unas marionetas
pero no quiero una marioneta cualquiera,
es para un espectáculo de primera.

Filipa:
Tengo docenas de marionetas disponibles
Arlequines, cantantes, mujeres maravilla,
Pero la que más brilla
Es aquella del rey
Parece una estrella
Es la más grande
Y la más bella
El director: (Mira las marionetas, después fija su vista en la marioneta del rey)
Admirable marioneta
De elegante trono
Quisiera saber un detalle,
¿cuánto vale?


Filipa:
Gasté en ella
Mucha tela y mucha madera
No dormí noches enteras
Esculpiendo sus manos
Sus orejas perfectas
Sus rasgos humanos…
Si me paga mil escudos
Puede decirle
“nos vamos”.

El director:
Hermosa marioneta
Toda una obra de arte
Pero no creo que tenga dinero
Para comprar
Ni una parte para ella
para mi obra de teatro…

Filipa:
Puedo ofrecerles esta cantante,
no es la más grande,
pero es muy bonita...

El director (Mirando a la cantante):
Justo lo que tenía en mente
Y me parece
Una pequeña obra de arte…

Filipa:
¿Qué de la mujer maravilla?
viene con diez trajes
que de noche brillan...

El director:
Sería un magnífico personaje
Y además,
Me encantan sus trajes…

Filipa:
También le puedo ofrecer
el mejor arlequín del mundo
es una marioneta
que hace reír en un segundo…

El director:
Tiene una sonrisa contagiosa
(le toca la boca)
y además un poco pegajosa…

Filipa:
¿Quiere decir que le gustan
estas tres marionetas?

El director:
Para mi obra de teatro
Son perfectas…

Filipa: (Señalando hacia arriba)
¿Seguro que no quiere llevar
la marioneta del rey?
Es mi marioneta predilecta
Y sin mostrarle desprecio,
Se la dejo a mitad de precio…

El director:
Es hermosa,
Pero es demasiado grande
y ostentosa…
Me llevo las tres pequeñas
Recorrerán el mundo en mi teatro
Y con una que tengo en casa,
¡Serán cuatro!
Filipa empaca las tres marionetas con mucho cuidado en una hermosa caja de mil colores, saca una cinta para envolver la caja y la corta en zigzag para que luzca bella. Cuando está cortando la cinta, mira distraída hacia arriba y por accidente, corta la cuerda de la que cuelga la marioneta del rey. Ésta se desploma al piso y se parte en mil pedazos.

                                     Escena VIII
Estamos en el teatro del director, Zé Rui, hay un telón blanco al fondo, la escena está a media luz. Escuchamos una música infantil. En una esquina aparece Zé Rui, quien soñador contempla el telón, en el cual empieza a proyectarse el comienzo de su magnífica obra de teatro. Aparecen bailando las tres marionetas que compró, acompañadas por una hermosa marioneta de un vaquero.
Director (al público):
Bienvenidos al fantástico
Mundo del teatro
Hoy navegaremos
Por olas de siglos
Y veremos cosas bellas
En un viaje
Al país de las estrellas…

Cantante:
Viajaremos a planetas azules
Y veremos azulejos planetarios
Visitaremos el país de las nubes
Y una nube de países
Donde los días son siempre azules
Y nunca grises…

Arlequín:
Volaremos con las alas
De la imaginación
Navegando por el río del tiempo
E impulsados por el viento
Azul del firmamento

Mujer Maravilla:
Damas y caballeros,
Caballos y dameros
Con esta canción
Damos comienzo
A la función.

Todos:
Llueven rosas de papel
y papeletas rosadas
llueve agua, llueve miel
llueven hormigas moradas

Diostedé, diostedé
canta un ave enamorada
cantan cinco, cantan mil
canta la noche encantada

Llueven papeles rosados
y rosas empapeladas
llueven fiestas, cumpleaños
llueven días, llueven años

Diostedé, diostedé
cantan ríos y montañas
cantan claveles de abril
cantan de noche y mañana

Llueve risa, llueve amor
llueve luna, llueve calma
canta y canta un ruiseñor
y nos inunda el alma...

FIN