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INTERNACIONAL

          

         CÓMO SENTIMOS LA RECESIÓN

                           EN LOS EE. UU.

                      

J. Mario Murillo

Se llama “Recesión, cuando tu vecino pierde el trabajo; depresión, cuando lo pierdes Tú”, fue la clásica definición de Harry Truman.  Ahora solo hablamos de RECESION.

Los números de Diciembre fueron bajos en ventas y el desempleo ha subido al 5%.

Todo el problema comenzó con el mercado de propiedad raíz, y todavía está candente. Fenómeno que afecta a la Bolsa y a los Bancos  Desde hace más de 10 años se inició el exagerado precio de las casas. Fueron subiendo de una manera desmesurada, principalmente en las dos costas: California y  Nueva York. La causa es la demanda brutal por las oleadas de millones de inmigrantes y las oportunidades de trabajo.

 Yo compré la mía en 1980 por 90 mil dólares. En 2006 fue avaluada por el Banco en 780 mil.   Mi vecino compró una por 400 mil en el 2005 y a los pocos días se la estaban comprando por 500 mil. El se negó porque tendría que haber dado eso o mucho más por otra. Al presente mi casa bajó como 30 mil y la del vecino como 15 mil.

 Los vendedores de propiedad raíz iniciaron una carrera desbocada hacia las ventas para ganar mucho dinero en poco tiempo. Esto fue a comienzos del 2000. Conozco una compañía, fundada por unos colombianos muy vivos que vendían hasta 20 casas por mes con ganancias fabulosas. Llegó a valer esa compañía más 50 millones de dólares.

Los comerciales decían: “Ayudamos a la clase media a cumplir su sueño de la casa propia.” Por supuesto que ninguno estaba realmente interesado en ayudar al cliente sino en meterle la casa como fuera, inflándole artificialmente su ingreso para  hacerlo calificar y buscando ingresos de otros familiares para comprarla en compañía, a veces con trabajos temporales para que el Banco le hiciera el préstamo. Así  los clientes de bajos ingresos se decidían a iniciar el proceso, se consiguieron intereses muy bajos a corto término.

Cuando se pasaron los dos o tres años del bajo interés y los Bancos ajustaron los intereses para darles un término fijo. Los compradores no podían pagar la nueva cuota. Muchas veces era tres veces más alta que la inicial.

Entonces la gente comenzó a retrasarse en sus pagos y los Bancos a quedarse sin liquidez. Se niegan a prestar porque no reciben el dinero de los préstamos vigentes. No les sirve quedarse con las casas en pago de la deuda sino que las ponen en subasta pública y eso les quita mucho tiempo y  dinero. Las casas han comenzado a bajar. En ciertos estados del centro del país han bajado su precio hasta el 50%. En algunos lugares como aquí en San José y San Francisco, no ha sido tan radical, pero si han bajado hasta el 3 y 4%.  Los clientes, se sintieron engañados y comenzaron a buscar a los vendedores, es decir a la gente que les vende la propiedad raíz. Esta compañía de colombianos ha sufrido varias demandas y han tenido que dedicarse a otros negocios porque se les acabó el trabajo. Han sido acusados de engaño y estafa. Ya no hay trabajo en la venta de casas. En mi vecindario hay cerca de treinta casas para la venta. Han pasado cerca de seis meses y siguen los postes de venta en frente de la propiedad.

El periódico de la ciudad decía que hay cerca de 17 mil casas en subasta pública en solo el Estado de California. No tengo el dato del resto del país, pero debe ser muy grande.

El Presidente ha pedido una ley del Congreso que pida a los bancos congelar los préstamos a la gente de bajos ingresos y que está en peligro de perder su casa. La situación es caótica. El problema del petróleo no afecta tanto la economía como este de la propiedad raíz, dicen los expertos. Naturalmente el precio de la gasolina acentúa la recesión galopante que está cerniéndose sobre el país.   Hasta el momento no he sabido de ninguno de los muchos colombianos que conozco, que esté en este trance de perder su casa.     ¿Será que los colombianos somos más inteligentes?

Una medida desesperada, solicitada por Bush para parar la depresión es la que acaba de aprobar el Congreso. Repartir unos 150 billones entre todos los contribuyentes para que haya circulante y darle un poco de vida a los negocios y efectivo a los bancos. Están tomando toda clase de medidas, como bajar los intereses, ampliar los plazos, y otras muchas y aún así la gente no se arriesga a comprar ni los bancos a prestar con la misma facilidad de antes. Yo diría que la recesión se basa en la desconfianza de los unos y de los otros.

Conozco mucha gente que comenzó pagando una cuota al alcance de su ingreso y ahora no puede pagar la nueva. Una persona me contaba que comenzó con 1,200 dólares y  ahora el banco le subió a una cuota fija de 3,800. Tuvo que rentar parte de su casa para no perderla. Otros están en grave peligro de perderla por estar debiendo muchas cuotas. Los bancos esperan a veces hasta un año para ponerla a remate.

 

¡De manera que ahora sí puedo decir que si me vecino pierde la casa eso es recesión pero si yo pierdo la mía entro en la depresión!