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ENSAYO

          

               MICROPOLÍTICA EN LA LUCHA

                          POR EL BIOPODER

                      

Alberto Bejarano

otrasinquisiciones@hotmail.com

Nuestro punto de partida no es la gobernabilidad ni la gobernanza, sino el estudio de las lógicas del biopoder, según fue definido por Foucault: ´´poder que se aplica globalmente a la población a la vida, y a los seres vivientes´´. Nos interesan en particular, los micropoderes, a partir de las propuestas de Deleuze, que suponen una nueva relación entre el espacio y la democracia: al espacio anónimo y abstracto de la democracia liberal y de la globalización, y por ende de la gobernanza, oponemos un espacio singular, históricamente definido y activo en la constitución de la comunidad como sujeto colectivo: la lucha contra el biopoder. La ponencia girará en torno a la potencia de la multitud con respecto al biopoder, como posibilidad de transformación social estatal y no estatal.

Tanto la publicación en Francia de dos cursos inéditos de Michel Foucault, dictados en el College de France, entre 1977-1978 (Seguridad- Territorio y Población) y 1978-1979 (Nacimiento de la Biopolítica) a fines de 2004; como la aparición de ´´Multitud´´, la continuación del libro de ´´Imperio´´ de Toni Negri y Michael Hardt; al igual que el constante debate sobre el biopoder en la revista francesa ´´Multitudes´´ son el punto de partida de esta ponencia sobre el biopoder y la micropolítica, -que hace parte de nuestra Tesis de Doctorado en Filosofía en la Universidad París 8-.

Primero hay que comenzar refiriéndose a lo que Foucault entendía como biopoder, noción que está presente en su obra desde muy temprano (desde los tiempos de ´´historia de la sexualidad´´), y que puede apreciarse sobre todo en los dos libros que llevan como titulo ´´dichos y escritos´´. En un primer momento, entendemos por biopoder en Foucault: ´´el conjunto de mecanismos a través de los cuales, todo aquello que en la especie humana, contiene sus marcas biológicas fundamentales va a poder entrar dentro de una política, de una estrategia política, de una estrategia general de poder, o dicho en otros términos, cómo la sociedad, las sociedades occidentales modernas, a partir del siglo XVIII, retomaron el hecho biológico fundamental de pensar el ser humano como especie humana´´ .

Ahora bien, nuestro punto de partida no es el concepto de ´´governance´´ sino el de ´´gouvernamentalité´´, el cual es definido por Foucault como el conjunto de instituciones y de procedimientos propios al poder, pero teniendo en cuenta que para Foucault dicho poder es ante todo definido como relaciones de fuerza, y en especial, según la época a la que se refiera, como primacía del control y de la disciplina. Control de la población (seguridad), control del territorio (soberanía), control del cuerpo (disciplina). 

Como intelectuales ´´específicos´´, no nos convence el concepto de governance, pues al referirnos a un fenómeno social en términos de gobernanza, estamos haciendo referencia, implícitamente al liberalismo clásico, que en términos de Foucault equivale a decir, a una tentativa por racionalizar la práctica gubernamental según un principio de utilidad económica, ya que el liberalismo está unido, en su mismo origen, al problema del costo del poder. Por ello la pregunta de la gobernanza no es simplemente: ¿Como gobernar mejor al menor costo?, sino ¿como no gobernar demasiado?, sabiendo que hay muchas cosas que se escapan, por su naturaleza, al control del estado

De dicho planteamiento, de cómo no gobernar demasiado, se derivan las limitaciones mismas del concepto de gobernanza, proveniente del modelo monetarista del pensamiento único en economía (expresado en términos del ´´consenso de Washington), donde el Estado debe reducirse a su mínima expresión. Y de allí una de las contradicciones inherentes a la gobernanza, ¿cómo lograr un gobierno justo, e invertir en las personas, sin gobernar demasiado? La respuesta nos la daría el tercer elemento de la gobernanza: la libertad económica. Sin embargo, ésta ha sido una respuesta más bien insuficiente, como lo reconoce Joseph Stiglitz, premio nobel de economía y ex economista en jefe del Banco Mundial. Para Stiglitz, los países que mejor desempeño económico han tenido en los últimos años, -los del extremo oriente-, no son los que siguieron la línea neoliberal o del ´´consenso de Washington´´. Estos países no solo sí le dieron un rol activo al estado en sus economías, estimulando la educación pública, el ahorro nacional, y aplicando políticas de redistribución del ingreso, sino que también invirtieron importantes fondos públicos en ciencia y tecnología; en cambio, son los mejores alumnos del ´´consenso de Washington´´, quienes han visto sus economías en recesión, y sus poblaciones con los peores índices de calidad de vida. El ejemplo paradigmático es el caso de la Argentina. El cuarto elemento de la gobernanza ha de ser la promoción de la participación ciudadana, sin las limitaciones que impone la idea de no gobernar demasiado.

Aun cuando el objetivo de esta ponencia no es establecer un estado del arte sobre ´´biopolítica´´, debemos mencionar por lo menos de manera marginal, la importancia que ha venido tomando este concepto, y los diversos desarrollos que se han hecho de él, por autores como Negri y Hardt, Sloterdijk , y por otros menos conocidos en Colombia como Mauricio Lazzarato , o Bruno Latour , especialmente en la Revista Multitudes. El término ´´biopoder´´ es más bien un punto de partida. No es la resolución de encerrarse en un concepto más.

Negri y Hardt se han concentrado más en la dimensión macro del biopoder. Nosotros privilegiamos la dimensión micro. Esto no quiere decir que una y otra sean opuestas, sino más bien complementarias, como lo veremos más adelante. Ellos presentan aún en su libro ´´Multitud´´ del 2004, la noción de red como la más apropiada para la lucha contra el biopoder. Nosotros consideramos que debe explorarse más el concepto de rizoma.

Negri y Hardt hablan en términos de producción de la biopolítica en el imperio, como una administración del territorio y de la población. En ´´Imperio´´ se dice que: ´´el biopoder es una forma de poder que regula la vida social desde su interior, siguiéndola, interpretándola, absorbiéndola, y rearticulándola. El poder solo puede alcanzar un dominio efectivo sobre toda la vida de la población cuando a llega a constituir una función vital, integral, que cada individuo apoya y reactiva voluntariamente´´ . Vieja pregunta, vieja respuesta: ¿por qué el pueblo alemán y los obreros alemanes apoyaron el régimen nazi? ¿por qué los propios individuos y comunidades apoyan el poder que los reprime en sus diversas manifestaciones? La represión violenta por parte del poder estatal no es, por supuesto, la única respuesta, como ya lo han mostrado Adorno, Horkheimer, Marcuse, Foucault, Deleuze.

Por otra parte, la primera definición de micropolítica en Deleuze la encontramos por primera vez en su libro ´´diálogos´´ de 1977: ´´ análisis de flujos y situaciones del deseo, y teoría del rol capital jugado por las minorías y todo aquello que se refiera a lo ´´menor´´ en los grupos o los individuos (procesos moleculares, líneas de fuga). La micropolitica supone una maquina de guerra, individual y colectiva, que se opone a las grandes instituciones mayoritarias y estables, incluido el estado ´´.

En la primera de sus obras ´´políticas´´, ´´El Anti Edipo´´ de 1972, Deleuze insiste en el conflicto capitalismo/revolución, como el referente principal de sus reflexiones. Sin embargo, ésta idea de un antes y un después (antes y después de la revolución), será abandonada definitivamente en la segunda parte de éste libro: ´´Mil mesetas´´ de 1980. La micropolítica reemplaza el concepto de revolución, buscando servirse de las luchas ´´minoritarias´´, inestables, cotidianas, y locales como una estrategia de lucha contra la ´´territorialización. Mientras el Estado siga en pie, y con él, el capitalismo, más valdría pensar más en el presente que en una promesa por venir, tan incierta en su llegada como en su desarrollo como la revolución. En el fondo, Deleuze reemplaza el concepto de ´´clases sociales´´ por el de ´´minorias´´, sin que esto signifique hacer una abstracción del sistema capitalista a la manera de Habermas.

Cuando hablamos de ´´micropolítica´´, en términos de Deleuze, nos referimos a ´´micropolítica del deseo´´.  Lo que se privilegia es el análisis de la multiplicidad y de la diferencia. Foucault y Deleuze, aunque con intereses y perspectivas en algunos casos diferentes (ver diálogos sobre el poder), confluyeron en más de una oportunidad en el estudio de procesos sociales, y en la crítica y toma de posición frente a temas como el carcelario (ver el grupo GAC), y la censura. Lo que me interesa destacar aquí es la posibilidad de efectuar interrogaciones sobre el empoderamiento de las comunidades a través de una doble dimensión: macro por el lado de Foucault y micro por el lado de Deleuze. Este último lo entenderá a partir de los conceptos de rizoma, nomadismo y esquizo.

Necesariamente, en nuestro modo de ver, el empoderamiento pasa por una denuncia del poder, no solamente una crítica al poder estatal, sino también a otras formas de poder ligadas al marxismo tradicional (de estructura jerárquica, y vertical), lo cual se constituye en el elemento fundamental de la defensa de la Multitud, en términos spinozistas... (ver Spinoza, Tratado Teológico- Político). Aun cuando Deleuze nunca deja de afirmar su crítica permanente a las sociedades capitalistas. Lo que aquí se produce para Deleuze es una ´´territorialización´´ del deseo, es decir su represión, y a donde debemos dirigirnos es hacia una ´´desterritorialización´´ del deseo. El énfasis en el concepto de deseo, llevará a Deleuze a pensar éste no como una carencia, sino como una maquina productora de vitalidad. Esta vitalidad pasa a través del esquizo- análisis, la antitesis del psicoanálisis, donde no se trata de que los individuos o las comunidades se conformen con la autoridad y la ley, sino donde éstos sujetos esquizofrénicos pongan en cuestión el sistema capitalista, desde la no- aceptación de la represión del deseo.

Por lo dicho anteriormente, la micropolítica se constituye en una estrategia de resistencia al poder, no necesariamente pensada en términos violentos. Se piensa en lo local y en la vida cotidiana, no como contraposición de la vida política en el sentido más amplio del término, sino que se lucha en lo micro, porque es allí donde más se reproducen las formas fascistas del capitalismo (que no es otra cosa que la deformación del deseo, expresado en la sed de consumo y en el culto a los medios de comunicación de masas). Para Deleuze, la micropolítica no se opone a la macropolítica, sencillamente por su repulsión al pensamiento dialéctico. Deleuze no apoya la idea de la ´´dictadura del proletariado´´, por considerar que la represión no es exclusiva de los estados burgueses, y por su tendencia a pensar que los conflictos no solo se expresan en términos de clase, sino también en términos individuales y comunitarios. Bien se puede ser ´´revolucionario´´ en términos de clase, y profundamente reaccionario en términos étnicos, de género, etc.

Al pensar en la micropolítica, a lo que no se renuncia es a la idea de la emancipación social de los individuos y de los grupos. Se renuncia a la violencia, en términos de ´´dictadura del proletariado´´, pero no a una política radical frente a las sucesivas crisis del capitalismo, bien sea ecológicas, sociales, políticas, económicas, etc. Las luchas micropolíticas se expresarían en las asociaciones, en los comités cívico-populares, y en algunas ONGs, verdaderamente democráticas, que resisten frente a las viejas y nuevas formas de control. Sin embargo dichas luchas, por su carácter mismo de constituirse como grupos nómadas, - lo cual no impide que se conformen redes de asociaciones, de usuarios de servicios públicos, etc- no deberían ser pensadas bajo el concepto de red, sino más bien bajo el concepto de rizoma.

El concepto de rizoma es señalado por primera vez en Deleuze en su libro: ´´Kafka, por una literatura menor´´, y unos años antes de su aparición formal en ´´Mil Mesetas´´, se publicó separadamente un texto corto, titulado, rizoma. El rizoma se entiende en Deleuze como un sistema abierto de ´´multiplicidades´´, sin raíces, unidas unas con otras, de una manera no ´´arborescente´´, en un plano horizontal (o meseta) que no presupone ni centro ni trascendencia. Deleuze lo define así: ´´a diferencia de los árboles o de sus raíces, el rizoma conecta un punto cualquiera con otro punto cualquiera, y cada uno de sus rasgos no nos envía necesariamente a rasgos de su misma naturaleza, se ponen en juego regimenes de signos diferentes e incluso estados de no-signos...el rizoma no está hecho de unidades, sino de dimensiones, o más bien de direcciones móviles. No tiene ni comienzo ni fin, pero siempre un medio, a través del cual crece y se desborda. El rizoma constituye multiplicidades´´.

Sin embargo, tal como lo recuerda Francois Zourabichvilli, ´´el concepto de rizoma, sin duda el más célebre de Deleuze y Guattari, a veces no se comprende bien. En primer lugar, el rizoma es un manifiesto: una nueva imagen del pensamiento destinada a combatir el privilegio secular del árbol que desfigura el acto de pensar y nos distrae...el rizoma dice a la vez: no a un punto de origen o a un principio primero que dirigiría todo el pensamiento; imposible de lograr un avance significativo que no se haga a través de la bifurcación, encuentros imprevisibles, reevaluación del conjunto desde un ángulo inédito, (lo que distingue al rizoma de una simple comunicación en red); no a un principio de orden o de entrada privilegiada en el itinerario de una multiplicidad... el rizoma es entonces un anti- método, que pareciera autorizarlo todo...no juzgar anticipadamente que vía es buena para el pensamiento, entregarse a la experimentación, erigir la bondad como principio...el rizoma es una nueva definición de lo ´´serio´´ en filosofía, contra el burocratismo puritano del espíritu académico y su ´´profesionalismo´´ frívolo .

El rizoma podría sugerir en algún momento, la idea del ´´todo vale´´, más cercana a los planteamientos totalitarios, pero la Etica y la Estética no permiten que se caiga en ello. La primera impone el concepto de ´´cartografía´´, es decir de evaluación. Y la segunda le otorga el concepto de ´´selectividad´´, en la búsqueda de efectos que tengan relación con lo planteado en términos de poder. Aquí el estilo, como expresión, y como estilo de vida cobra todo su sentido. Cualquier acción emprendida como rizomática requiere de una relación coherente entre significados de la acción y métodos de representación de la misma.

Erigir la bondad como principio, nos sugeriría en ´´buen espinozismo´´, un punto de partida diferente al que suele tomarse en filosofía política (el de Hobbes). La bondad como principio sería confiar en los individuos y en las comunidades, -a riesgo de equivocarse-, y evitar partir del ´´miedo´´ como principio fundador de la sociedad, y como sustento de las instituciones. Recordemos que para Spinoza el estado era un ´´mal necesario´´, pero que su bondad se dirigía hacia la multitud. La falsa creencia en la ´´seguridad´´ como la razón de ser de las instituciones proviene de la idea hobbesiana de desconfiar profundamente de los individuos y de las comunidades. Spinoza no controvierte la importancia de la ´´seguridad´´ como el primero de los objetivos del Estado, pero no está dispuesto a confiar de la misma manera en el estado que en los individuos o las comunidades. Para Hobbes, es absurdo siquiera plantear la idea de una ´´neutralidad´´ de la sociedad civil, o de una separación de esferas entre estado y comunidad, porque el individuo debe entregarse completamente al estado, y porque la ley protege sobre todo al soberano y no al súbdito. Para Spinoza, quien cree en la bondad de los individuos, el sentido de la vida de los hombres no es simplemente salvar su vida, sino la búsqueda de la felicidad. A través de la fuerza de las pasiones felices se llegaría a tal estado. De allí, que Spinoza rechace abiertamente el recurso a la violencia, y que su obra más importante sea la Etica.

La resistencia a los poderes represivos, una vez rechazada la utilización de la violencia en términos convencionales impone una profunda reflexión sobre las nuevas estrategias creativas de lucha contra la sociedad capitalista. Allí sí se opone el pensamiento ´´ nomada ´´ al ´´pensamiento estatal´´ de búsqueda de una disciplina de acción. Por lo tanto la renuncia a la violencia tradicional, no debería ser simplemente sustituida por la ingenua idea ´´del fin de la historia´´. Como la micropolítica no es lo opuesto a la macropolítica, lo que Deleuze propone no es el desprecio de las formas políticas tradicionales, de la conquista de posiciones de poder en el derecho y en las instituciones, y por lo tanto él no nos propondría la abstención electoral como forma de lucha, sino lo que nos está señalando es la insuficiencia de las formas tradicionales de la macropolítica para destruir los equilibrios dominantes, y conseguir un socialismo redefinido.

A pesar de ser señalada la micropolítica de Deleuze, por el mismo Foucault, como una ética, como un modo de vida no fascista, e incluso como una estética, antes que como una ´´politica´´, sostenemos que una y otra son más bien complementarias como ya en su tiempo lo demostró Spinoza. El campo de experimentación de la micropolítica no tendríamos que buscarlo en los libros (incluyendo los de Deleuze), sino en las luchas deterritorializadas del presente, en cualquiera de las tres esferas señaladas. Justamente el poner el énfasis en la ética y en la estética, sitúa a Deleuze, en el campo de las pasiones felices.

En el centro de la idea misma de ´´empoderamiento´´ habría que señalar la relación entre los intelectuales y las comunidades. Ya no se trata de hablar ´´por los otros´´, lo que Deleuze llama: ´´la indignidad de hablar por los otros´´, de luchar ´´por el pueblo´´, sino de ponerse al servicio de ese Otro, de trabajar con ese Otro, para denunciar permanentemente las formas de poder que reproducen el statu quo, en especial aquellas que pretenden controlar a través de la imposición de una presunta posesión de verdad. Un ejemplo de estos intelectuales específicos serían los investigadores de la Universidad Nacional que hace unos meses denunciaron la falsedad del pretendido Informe contratado por la OEA, donde se demostraba que las fumigaciones aéreas, aparentemente, no tenían ningún impacto sobre las personas y el medio ambiente.

Esta es una de las posibles conexiones entre Foucault y Deleuze. La lucha contra la biopolítica a través de los micropoderes. Es lo que Foucault llamaba: ´´el intelectual especifico´´. Como muy bien lo señala Carlos Rojas: ´´la función del intelectual no es normativa, sino de trabajo con el pueblo. Y en ese trabajo con el pueblo él no es ni siquiera la conciencia, porque ya las masas tienen conciencia; lo único que puede hacer es un trabajo local y específico, esbozar teorías como armas de lucha... con esta teoría del intelectual, Foucault y Deleuze se oponen a otras formas ya superadas del intelectual: el profeta hebreo, el jurista romano y el intelectual universal. El profeta hebreo denuncia las injusticias del poder en nombre de un llamamiento divino. El jurista romano se siente defensor de un derecho de gentes que quiere aplicar a todos los habitantes del imperio. El intelectual universal es producto de la burguesía y de las luchas contra la burguesía en el poder. Se cree el portador de valores universales que debe defender´´ . 

Deleuze ha explorado un camino libertario de la no-violencia a través de su idea de la micropolítica, aun cuando él mismo no haya llegado a comprometerse lo suficiente con luchas políticas del presente, y aun cuando dicho concepto debe rastrearse en sus últimos libros (no políticos en el sentido estricto del término), más bien a través del arte, como en sus estudios sobre Cine de mediados de los años 80 y en ´´Crítica y Clinica´´ de 1993. Lo que hasta ahora estamos emprendiendo es la continuación de este sendero con infinitas bifurcaciones (así lo espero), ya no en los análisis estrictamente teóricos, sino en los combates literarios y políticos, y en las luchas concretas del presente.

Foucault, M, ´´sécurité, territoire et population´´, p 3

Retomando algunas ideas de Foucault, Algo parecido podría decirse de Sloterdijk, en especial en lo abordado por él en la segunda parte de ´´esferas´´.

ver el libro: ´´les révolutions du capitalisme´´, 2002.

Latour se expresa en términos de ´´cosmopolitique´, por considerar que ´´biopoder´´ se refiere más bien al final del siglo XIX. Ver el Número 1 de la revista Multitudes, en línea desde el 23 de julio de 2005. http://multitudes.samizdat.net/rubr

Debo expresar aquí un reconocimiento especial a Gustavo Chirolla, profesor del Departamento de Filosofía de la Universidad Javeriana, por su constante asesoría. Al igual que a César Gómez por la sugerencia de autores y textos.

Negri y Hardt: ´´Imperio´´, Paidós, 2002, p 36.

Deleuze, Gilles, Parnet, Claire, ´´dialogues´´, 1977, Paris, Champs- Flammarion, p 153.

Deleuze, G, Guattari, F, ´´ Mil Mesetas´´, 1980, p 31-32.

Zourabichvilli, Francois, ´´le vocabulaire de Deleuze´´, Paris, Ellipses, 2003, p 71-74 (la traducción es nuestra)

Rojas, Carlos, ´´De Wittgenstein a Foucault. La teoría como caja de Herramientas´´, en ´´Foucault y pensamiento ´´.