Jesús Mario Murillo
Platón me enseñó que el universo no es más que una provocación permanente y un diálogo inagotable entre pensamientos contrarios.
A Uribe le va bien en Colombia y le va mal por fuera.
En Colombia no ha bajado del 70% de aprobación y en el exterior no llega al 30%. Y lo veo aquí en USA. Y lo he oído que en Europa tampoco le ha ido bien Me inclino a pensar que en Colombia hay miedo a opinar. A veces veo críticas en El Tiempo o en Semana, artículos aislados. Es un atrevimiento de Antonio Caballero o Daniel Samper. Parece que ellos no viven en el país y por eso hablan. El único amigo incondicional que tiene aquí es el desacreditado presidente Bush. La mayoría de los medios en Colombia alaban al presidente. Hay que ver las entrevistas de Dartagnán en la TV.
Muchos medios de prensa aquí en USA están hablando muy claro sobre la “creciente paramilitarización” de las instituciones colombianas y se sorprenden de que la clase dirigente mire con simpatía y hasta haga parte de estos grupos criminales.
El Washington Post destacó como muy graves las denuncias del Senador Petro y encuentra coincidencia lamentable el que la mayor parte de los cabecillas presos y de otros acusados son congresistas, y amigos y/o partidarios de Uribe.
Cita con nombres y apellidos y fechas algunos de los crímenes atroces cometidos por estos facinerosos. Y le preguntan al Presidente Uribe por qué tuvo y tiene en el Gobierno a paramilitares o a amigos de paramilitares.
En Abril 11 del presente aparece un artículo en el MERCURY NEWS de San Jose, tomado del Washington Post que titula: “Las Matanzas oscurecen el Tratado de Libre Comercio entre USA y COLOMBIA” y en el subtítulo:”Agencias colombianas sospechosas de muertes a líderes sindicales”. Menciona el caso de Zully Codina, que fue madre y veterana activista y trabajadora de hospital, que perdió su vida en manos de escuadras paramilitares cuyos records demuestran que ellos colaboraban con la agencia de inteligencia del país para liquidarla a ella y otros activistas sindicales. Codina fue asesinada el 11 de Nov del 2003 por tres tiros en la cabeza después de dar un beso de despedida a su familia a la salida de su casa en Santa Marta. Su caso no está resuelto lo mismo que la gran mayoría de los 400 sindicalistas muerto desde que el Presidente Alvaro Uribe tomó posesión en el 2002.
Y dice cómo existen serias denuncias contra el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS de ser autores intelectuales de la muerte de Codina y de otros líderes sindicales lo que ha incendiado una tormenta en el Capitolio en el justo momento en que la administración Bush está luchando con el Congreso para la aprobación del TLC con Colombia, país que recibe la tercera mas grande ayuda de USA.
Algunos congresistas expresan sus preocupaciones como el Representante Sander Levin de Míchigan que dice: “No se puede aprobar un TLC cuando no hay libertad para los trabajadores en sus derechos básicos internacionales”.
Los esfuerzos de la administración Uribe se han quebrado con el arresto en Febrero del antiguo jefe del DAS, Jorge Noguera quien ha sido acusado de trabajar con los paramilitares y de haber silenciado a los adversarios del gobierno a lo larga de la costa caribe. Estas milicias ilegales se organizaron hace una generación para acabar con las fuerzas rebeldes marxistas y se han trasformado en organización estilo mafia dedicada al tráfico de drogas y a la extorsión.
Noguera coordinó en la costa el Magdalena la campaña presidencial de Uribe y fue recompensado con el cargo de Director del DAS. Cuando vino el escándalo Uribe lo defendió vigorosamente y lo llamó “hombre incontaminado” y luego lo nombró Cónsul de Milán. Uribe dice ahora que no sabía acerca de los nexos de Noguera con los paras.
El gobierno de Uribe es el más cercano aliado latinoamericano de la administración Bush. Ha recibido billones en ayuda para acabar con la violencia. Pero a pesar del intenso cabildeo en Washington por el TLC, Uribe ha sido rechazado por el escándalo ligado a los 24 parlamentarios actuales o antiguos miembros del Congreso, muchos de ellos aliados del Presidente y pertenecientes a grupos paramilitares.
Y siguen muchos más descubrimientos de crímenes confesos o no por los paramilitares de las fosas halladas en los campos donde se han cometido crímenes atroces y del caos que vive Colombia y la tragedia de los enfrentamientos entre militares, guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes que afectan a tantas gentes inocentes. El caso de los desplazados de sus tierras y hogares. Las comunidades negras que han tenido que huir del Charco en la costa pacífica de Nariño huyendo de los combates entre el ejército y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
La del Pacífico es una de las regiones más abandonadas y pobres de Colombia y, por su valor estratégico, una de las más codiciadas por narcotraficantes y grupos armados. La acción del gobierno en reforma social no aparece por ninguna parte.
De todas estas anormalidades están enterados aquí en Washington, por eso la presidenta del Congreso Nancy Pelosi y otros congresistas demócratas expresaron su preocupación sobre nexos entre paramilitares y miembros del ejército colombiano.
En una comunicación expedida tan pronto terminó el encuentro con Uribe- que duró 50 minutos- , la senadora demócrata dijo que “es esencial que el gobierno de Colombia investigue y condene a tales oficiales incluidos aquellos de alto nivel”.
El representante James McGobern dejó claro a Uribe que no se trata de solo “palabras”, reportes o crear unidades de la Fiscalía para investigar, sino de resultados y condenas. Progresos verdaderos. E insistió en que respaldará un Plan Colombia para las víctimas.
La reunión fue cordial pero dura.
Todos estos son síntomas claros de que ha llegado la hora de buscar otros rumbos para nuestros dolido y muy querido país. Hay vientos de intercambio humanitario. ¿Será que Uribe puede dialogar con paramilitares pero también con las FARC? Suerte Colombia! |