Header image  
             alianza de escritores y periodistas  
  INICIO  

POLÍTICA

             

               César Gaviria corrompió a las

                     Juventudes Liberales

  

 

Andrés Vázquez

Secretario general de Juventudes del Partido Liberal

Gaviria se equivoca, los partidos no se reconstruyen y no se limpian del lastre de corrupción con más corrupción, si este es el partido que tenemos, no nos merecemos llegar al poder

Es en la juventud en donde se aprehenden los principios y los valores que transforman las instituciones y la sociedad, en este proceso de crecimiento, solo la bondad o la maldad de la mano de quienes son adultos pueden contribuir para que las nuevas generaciones puedan hacer de este país, algo mejor o continuar en la decadencia ética que nos lleva a matarnos los unos a los otros.

Ser jóvenes no nos hace ni mejores ni peores, pero saber que el tiempo pasa, la gente no vive para siempre y que tarde o temprano estaremos en posiciones importantes de poder, deben ser razones suficientes para no estar preocupados por reclutar nuevos militantes en los partidos políticos en busca de votos, sino propiciar una cualificación intelectual, ética, ideológica y como seres humanos a quienes estamos empezando la carrera política.

Lamentablemente prefiero marginarme, retirarme a tiempo, antes de terminar convertido en uno de esos personajes, a veces con buena favorabilidad en las encuestas, otras no, que han sido los autores de la gran crisis de este país y que siguen trabajando para arruinar a las nuevas generaciones.

Hace poco expresé que esperaba que cada día muchos de los que iniciábamos el proceso pudiéramos continuar en la lucha para transformar las cosas desde la política, pero el descontento por seguir legitimando una organización que se niega a cambiar, me hace marginarme del proceso.

Desde hace más de dos meses he manifestado mis inconformidades, he enviado derechos de petición, innumerables cartas al Director único, César Gaviria, al Secretario General José Noé Ríos, y sigo esperando respuestas de todas. Hoy puedo asegurar con toda propiedad que el proceso no solo tuvo dificultades en las garantías, sino que además contó con la mano perversa del dinero.

Es bastante vergonzoso que mientras por primera vez la organización nacional de juventudes tuvo un periódico con un tiraje de 60 mil ejemplares a nivel nacional, que por primera vez tuvimos página web, que a nivel nacional e internacional generamos opinión, que obtuvimos lugares importantes de reconocimiento en el movimiento estudiantil, que por primera vez se proyectó y se llevó a cabo el programa de apoyo a candidatos jóvenes y muchas otras cosas, la respuesta de la directiva fue contrarrestar el trabajo con clientela, corrupción y cualquier estrategia malsana que se les ocurrió.

Corrompieron a las juventudes, impidieron el avance de un trabajo centrado en la vinculación de nuevos sectores, la profundización la democracia interna y generar procesos de transparencia.

César Gaviria, exaltado por sus amigos de los medios por tener una votación pobre en las pasadas elecciones, con cosas tan graves como que el 33% de la votación para jóvenes fueron votos en blanco o votos nulos, lo que significa que a los jóvenes los llevaron amarrados en un bus a votar y castigaron con el blanco o anulando el voto de manera consciente. César Gaviria, con quién solo hablé dos veces durante mi secretaría nacional de juventudes, creó una para-institucionalidad. César Gaviria deshonestamente y de manera vulgar no daba los recursos para sacar el periódico, o para pagar los programas de radio, o para hacer las campañas publicitarias de la organización de jóvenes, pero sí tenían el doble de dinero de la Secretaría para promover un proyecto político personal, corrompiendo a cuanto joven podía.

Para empeorar todo, hoy encuentro una resolución inconsulta que crea un comité organizador de juventudes, firmada por el Secretario General y que con claridad busca burlar mi autoridad ratificada en el anterior Congreso de Jóvenes, por elección, no como los actuales prohombres del partido, escogidos a dedo y bolígrafo, al mejor estilo de la política clientelista y corrupta del pasado.

Como cabeza estatutaria de la Organización Nacional de Juventudes no puedo aprobar este insulto, no puedo aprobar la forma grotesca como vienen trastocando los valores que con tanto esfuerzo se construyeron durante mi secretaría, especialmente aquellos valores que construyen instituciones fuertes, democráticas y con un verdadero sentido de renovación y de cambio para bien. Por tal razón, me margino de todo lo relacionado con el Partido Liberal, me declaro en disidencia y espero que algún día el señor César Gaviria se percate del gran daño que le ocasionó a una generación con ganas de hacer de la política un espacio limpio de grandes transformaciones.

Gaviria se equivoca, los partidos no se reconstruyen y no se limpian del lastre de corrupción con más corrupción, si este es el partido que tenemos, no nos merecemos llegar al poder.