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DE ANGELINO GARZÓN

        Cordialidad y cordura para

       superar la crisis colombiana

Angelino Garzón, Gobernador del Departamento colombiano del Valle del Cauca, ha enviado al presidente de la república, y a los jefes de los distintos partidos políticas, la siguiente carta, cuyo interés resulta evidente como iniciativa de suma importancia para buscar la paz en una nación que ya casi va a cumplir medio siglo enredada en un conflicto infernal.

Santiago de Cali, marzo 1 de 2007

Doctores

ALVARO URIBE VELEZ – Presidente de la República de Colombia

CESAR GAVIRIA TRUJILLO – Presidente del Partido Liberal

CARLOS GAVIRIA DIAZ – Presidente Polo Democrático Alternativo

JULIO ALBERTO MANZUR ABDALA–Presidente Partido Conservador Colombiano.

CARLOS GARCIA ORJUELA – Presidente Partido Social de Unidad Nacional.

GERMAN VARGAS LLERAS – Presidente Partido Cambio Radical Colombiano.

LUIS ALBERTO GIL CASTILLO–Presidente Convergencia Ciudadana

JAIME ARIAS RAMIREZ – Presidente Alas Colombia

MARCO ANIBAL AVIRAMA AVIRAMA – Presidente Movimiento Alianza Social Indígena.

ALEXANDRA MORENO PIRAQUIVE – Presidente Movimiento MIRA.

MARIO URIBE ESCOBAR – Presidente Partido Colombia Democrática.

FRANCI ELENA PALOMINO MILLAN – Presidente Movimiento Alianza Social Afrocolombiana “ASA”

MIGUEL ANGEL FLOREZ RIVERA – Presidente Movimiento Apertura Liberal.

YESID BRIÑEZ POLOCHE – Presidente Movimiento Autoridades Indígenas de Colombia.

MARCEL VALENCIA ECHEVERRY – Presidente Partido “AFROUNINCCA”

GISELL MANRIQUE VACA – Presidente Por el País que Soñamos

Representante Legal - Movimiento Colombia Viva.

Estimados Señores y Señoras:

Como Gobernador del Departamento del Valle del Cauca, pero también como ciudadano, veo con preocupación la tendencia que está tomando el país de traer la historia para encarar el presente, no con el propósito de evitar los errores que todos cometimos en el pasado, posiblemente unos más y otros menos, sino por el contrario, abriendo de nuevo  heridas que creíamos estaban sanadas, cobrando cuentas del pasado, estimulando espíritus de venganza y dando rienda suelta a guerras verbales y escritas sin ningún tipo de consideración humana y menos importando las consecuencias que puedan traer todas estas manifestaciones de intolerancia.

En un tiempo relativamente corto, se han puesto en primer plano las relaciones que por uno u otro motivo, han tenido sectores políticos y de la sociedad civil con las autodefensas o grupos paramilitares, lo mismo se pretende hacer con relación a la guerrilla, pero también se ha revivido el denominado proceso ocho mil  y las investigaciones sobre los dolorosos hechos que sucedieron hace 21 años en el Palacio de Justicia. 

Paralelo a ello, se habla de que cualquier proceso de paz que se haga con la Guerrilla o con los grupos de autodefensa o paramilitares, tiene que darse sobre la base de que sus integrantes deben terminar en la cárcel y con la pérdida de sus principales derechos políticos.  Lo único que nos falta, es revivir lo que pasó en la década del 50, donde murieron más de 300 mil personas y que gracias al acuerdo que dio origen al Frente Nacional, ningún dirigente del Partido Conservador, del Partido Liberal o de cualquier otro partido, fue llevado a los estrados judiciales, a pesar de que ésta tragedia enlutó  y empobreció a millones de colombianos y colombianas.

Creo que de seguir por este camino, vamos fácilmente hacia un escenario de mayor violencia y de daños muy grandes a la institucionalidad del Estado y a la propia sociedad colombiana.

Fraternalmente los invito a reflexionar sobre esta delicada situación que estamos viviendo, a que no se queden en el remolino del pasado y para que hagamos todos los esfuerzos de diálogo y entendimiento que estén a nuestro alcance a fin de que ustedes, se conviertan en el eje fundamental de un nuevo pacto político y social que nos permita definir de manera conjunta el proyecto del país que queremos.  Hagamos conciencia de que los actuales problemas que vive Colombia, entre ellos, el del narcotráfico, la violencia y la miseria, no los puede resolver sólo el Estado, o los partidos políticos de manera aislada, sino que también se necesita el compromiso de la sociedad civil en su conjunto.

Coincido con Ustedes, en la necesidad de que se conozca la verdad sobre los hechos de violencia que han sucedido en el país, mucho más cuando la misma es fundamental para el logro de la reconciliación y para la construcción de la democracia.  Pero creo igualmente, que la verdad no necesariamente debe significar castigo y menos la negación de procesos como amnistías o indultos a favor de quienes han cometido errores o han estado vinculados a grupos armados ilegales.

A manera de ejemplo, experiencias vividas en países como Sudáfrica  con la superación del régimen del Apartheid, la de España después de más de 40 años de dictadura franquista o la de Brasil después de más de 15 años de dictadura militar y a pesar de que posteriormente han gobernado o gobiernan partidos de la izquierda o del centro izquierda, el presente y el futuro lo han construido no sobre procesos judiciales y castigos de quienes fueron responsables de ese régimen racista o de esas dictaduras, sino sobre la base de ir construyendo sociedades mas democráticas, incluyentes y justas.

Ustedes ante todo son ciudadanos, con altas responsabilidades de Estado o políticas, lo que hagan o dejen de hacer de manera conjunta, afecta positiva o negativamente a la sociedad.   Por lo tanto, los invito a que por el bien de todos las personas que habitamos en Colombia, y de manera especial de los niños y las niñas, se sienten a dialogar para explorar posibles salidas que permitan consolidar el desarrollo económico, el bienestar social de la población, la seguridad y la convivencia ciudadana, pero también para encontrar todos los escenarios en favor de la paz y para acabar la miseria, la violencia y el delito en Colombia.

En esa perspectiva, un buen escenario para ese proceso de rediseño del país, de búsqueda de la justicia social, de la reconciliación, de la paz,  de la reparación a las víctimas y del perdón basado en la verdad, puede ser la búsqueda de ese pacto político que le garantice toda la solidez democrática al presente y al futuro de Colombia.

Al saludarlos y desearles éxitos en sus diarias actividades, una vez más los invito a reflexionar sobre el clamor que durante milenios lo más sabios líderes han llamado a la acción a favor de la humanidad y que se resume en la frase “Juntemos nuestra mente y nuestro corazón por el bien general”.

Fraternalmente,

ANGELINO GARZON

Gobernador del Valle del Cauca