Diario del cerdo

Alejandro Miguel

4 de enero

Llegamos a la ciudad buscando a los cerdos, las vacas y los terneros que se habían ido de la estancia. Nuestros padres estaban en el banco pensamos, había un montón de personas en la puerta gritando “cerdos” “cerdos”. También en la municipalidad y la cámara de empresarios

5 de enero

Los otros animales de la granja estaban en la comisaría, había personas en la puerta gritando “animales”. Algunos eran silvestres, una señora decía que eran salvajes.

6 de enero

Antes de irnos pasamos por una carnicería a ver a uno de nuestros hermanos que se había descarrilado, el cerdo fresco. Le decían así porque le hacia cosas a las cerdas, nos imaginamos. Nos dimos cuenta donde vivía porque había un cartel que decía “A diez metros cerdo fresco”

Algunos entraron a verlo pero fue peor, ellos no volvieron y el se descarrilo mas. Enseguida apareció otro cartel aclarando “Adentro cerdo bien fresco” Se debía haber propasado más