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Número 17, Abril 15 de 2014

 

 

 

 

Villa de Leyva asciende en el escenario musical

 

 

 

 

Pedro Cortés L.

Asistí al último concierto de los niños de la orquesta, integrados con la banda. Lo sentí como una explosión de fuerza, de alegría, de espíritu! ¿Cuándo nos imaginábamos esto en Villa de Leyva? Hasta hace dos años teníamos la banda El Carmelo, que bajo la dirección del recordado maestro Ropero representó a Villa de Leyva en muchos escenarios quedando siempre en los primeros puestos. De eso nos sentíamos orgullosos y por ello lamentamos la salida del maestro.

A raíz de la llegada de la pianista Claudia Calderón -cargada de talento, experiencia, generosidad, tesón y compromiso- Villa de Leyva ascendió a otro escenario artístico con la creación de la Orquesta. Y luego se crea la Escuela de Música que integra banda, orquesta, coros y orquesta de músicas colombianas. Con estos logros, la música está entrando a formar parte de la identidad y del patrimonio cultural de Villa de Leyva.

 

A la maestra Claudia y a los profesores que la acompañan, incluyendo varios músicos del hermano pueblo Venezolano, hay que agradecerles y admirarles la dedicación con que se han entregado a sus alumnos. Para estos maestros no hay límite de horarios ni descanso, pues siempre están dispuestos a aprovechar cualquier tiempo de que dispongan sus estudiantes. Han demostrado capacidad de sacrificio para aguantar dificultades económicas y paciencia para afrontar las adversidades que les han interpuesto en el camino. Al municipio prácticamente no le ha costado nada la traída de los maestros venezolanos pues han venido financiados por la CAF, el Banco de

 

Desarrollo de América Latina, enviados directamente desde el Sistema de Orquestas de Venezuela a través de la Fundación Editorial Arpamérica. De su país -tan aventajado en Latinoamérica en términos musicales- han traído: el ejemplo vivo de cómo se practica la enseñanza colectiva, con el entusiasmo que los caracteriza y métodos innovadores que realzan la identidad latinoamericana; un enfoque social orientado a los niños de sectores populares, demostrando que la música clásica puede ser incluyente, generando sentido de comunidad en los jóvenes que se van formando como guías de nuevas generaciones; un propósito de integrar nuestras músicas con el mundo clásico, formando no sólo intérpretes de instrumentos europeos sino Creadores Musicales que participen con autenticidad e identidad en el concierto de la diversidad artística del mundo globalizado.

 

Me complace tanto ver a los niños por las calles del pueblo, con su instrumento musical a cuestas. Aquí no corren peligro. Me alegra también ver a los padres de familia observando a sus hijos tocar en los conciertos. Saben que esos niños se están enriqueciendo artística y espiritualmente, desarrollando sus talentos y que quizás el día de mañana llegarán a ser grandes profesionales y seres colmados de felicidad. Por ello, es hora de hacer un llamado a los padres de familia, a la ciudadanía y a las autoridades de Villa de Leyva a apoyar a los niños, a los profesores y a la escuela de música. Y, en particular a la profesora Claudia quien ha sido la principal gestora del desarrollo musical que hoy día enorgullece a Villa de Leyva.

 

9 de abril de 2014.