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Número 9, Septiembre 13 de 2013


 

Reseña del libro "De nuevo la vida"

 

 

 


Carlos Eduardo Martínez:
DE NUEVO LA VIDA. El poder de la Noviolencia y las transformaciones culturales.


Jorge Guaneme Pinilla

Es una investigación para contribuir a la construcción de la paz y hacer un aporte al campo específico de la Noviolencia, entendida como una propuesta de transformación cultural.
A partir de identificar los imaginarios atávicos que han regido la cultura hegemónica, y evidenciando la crisis en la que se encuentran, el libro visibiliza las alternativas culturales que se han venido construyendo desde los movimientos sociales. Todo con miras a aupar la conciencia de estar llegando a los límites de la supervivencia. Lo que demanda la construcción de nuevos referentes culturales que den paso a una nueva cultura emergente, la cultura de la Noviolencia.

 

Los imaginarios culturales se legitiman por su capacidad para proteger y garantizar la continuidad de la vida, en un proceso permanente de conservación y cambio. La conservación protege y garantiza la continuidad; y el cambio sucede
cuando dichos imaginarios, o algunos de ellos, se muestran incapaces
de garantizar la vida, apoyando la creación de nuevas realidades
culturales.

 

Desde esta óptica, el libro aspira a contestar preguntas claves, como:

¿Qué cambios fundamentales que se dieron en los imaginarios culturales durante el proceso de sedentarización de las comunidades humanas, a fin de garantizar la continuidad de la vida?
¿Cuáles de los imaginarios apropiados por las culturas sedentarias están amenazando la continuidad de la vida y cómo?
¿Cuáles alternativas culturales se están construyendo desde los nuevos movimientos sociales y qué aportan a la construcción de la cultura emergente de la Noviolencia?

 

Mahatma Gandhi, Jesús de Nazareth, Francisco de Asís, H. D. Thoreau y León Tolstói son señalados por el autor como pioneros de la cultura emergente de la Noviolencia.

 

“Está sucediendo… otros mundos son posibles”.

La vida llegó mucho antes que nosotros a este planeta y tiene fuerza y capacidad de autoprotegerse, y evolucionar. Pero el errado camino que transita en este momento la especie humana, depredadora por excelencia, amenaza la vida misma, no sólo del planeta sino del hombre. El mandato bíblico de “dominad y poblad” es insensato y conduce a la catástrofe.
La física cuántica da a entender que, queramos o no, no somos simples observadores; somos participantes de la creación, orden cósmico en continua evolución. Y por ello nos cabe una responsabilidad ineludible.