Director Asociado
Dept. de Francés, Español e Italiano
Universidad de Manitoba
Canadá
Esta novela se coloca en el polo opuesto de las hoy tan populares de escritoras que narran, confiesan y desnudan su vida sexual con todo detalle para lectores voyeuristas. Con el puñal de tu mirada pura es, como el autor aclara en su introducción, la elaboración de los recuerdos vitales que su recién fallecida madre le narraba. La materia de la obra –un panegírico a la madre muerta-- y el tratamiento utilizado de novelar a partir de los recuerdos del autor de lo que ésta rememoraba de su pasado, producen un texto de una luminosidad y pureza cristalinas. Todo voyeurismo edípico está ausente en esta breve novela en la que el lector se asoma a un mundo primigenio anterior a la concepción del narrador – y a la de sí mismo como lector—, a un mundo en el que no tiene cabida el acto impuro de la sexualidad, sólo del amor.
Con el puñal de tu mirada pura reconstruye los años en que la madre del autor era una joven muchacha de provincias rodeada de pretendientes. Es una historia de génesis, el del autor mismo, de cómo el destino se combinó para que ocurriera el acto necesario de que su madre eligiera el único futuro viable entre los muchos posibles, el de conocer y enamorarse de su padre. Esta necesidad de un futuro inevitable se manifiesta también gramaticalmente en las dos o tres instancias del ya canónico uso literario del condicional como futuro del pasado: "Muchos años más tarde, Lila se enteraría etc" (Pág. 50). El momento de la concepción misma del autor no está en el texto, que se interrumpe antes de llegar a él, pero está implícito en el acto de que el autor pueda escribir y nosotros leer esta novela.
A la estilización de esta narración cuasi-mítica de génesis contribuye mucho el que el texto haya sido filtrado primero por la memoria de la madre narradora y luego por la del hijo transmisor que escribe. El doble filtrado de la memoria elimina los detalles del pasado que no sean significativos para deja pasar sólo lo más esencial, y por tanto lo más literario. Por ello, este mundo genuinamente anterior llega al lector con impecable pureza. El resultado es un pasado luminoso en el que las muchachas esperan al pretendiente en floridos balcones, en el que el amor de mujer es puro, absoluto y para siempre, como el amor de una madre.
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