Primer Juicio del Siglo
en Colombia. ¿Quién mató
a Luis Carlos Galán?
¿Sí le dijo Santofimio Botero a Pablo Escobar la frase determinante que llevó a Escobar a ordenar la muerte de Galán? ¿Fue en efecto, Pablo Escobar, el autor intelectual de la muerte de Luis Carlos Galán, o se le ha querido atribuir esa culpa que dejaría libres de sospecha a los verdaderos autores del magnicidio?
(Redacción de La Hojarasca) Como en el cuento de Álvaro Cepeda Samudio todos estábamos a la espera de la intervención que, como vocero de sí mismo, haría Alberto Santofimio Botero en el juicio o audiencia pública que se le siguió por su presunta participación, en calidad de determinador del magnicidio de Luis Carlos Galán en momentos en que sólo las balas asesinas podrían detener su carrera victoriosa al palacio de los presidentes de Colombia.
Se llama agente determinador a la persona o las personas que influyen de modo determinante en la comisión de un crimen. En el caso de Santofimio, por testimonio de Popeye, señalado como uno de los sicarios más crueles y despiadados al servicio de Escobar, se le vinculó y enjuició como agente determinador porque, según aseveró Popeye, la inducción de Escobar al homicidio de Galán se habría producido en razón de una frase determinante de Santofimio Botero: “Pablo, mátalo, o ese hijueputa te destruirá”. Pablo mató, o mandó matar –se supone—a Luis Carlos Galán, pero no por eso dejó de ser destruido, cuatro años más tarde.
¿Sí le dijo Santofimio Botero a Pablo Escobar la frase determinante que llevó a Escobar a ordenar la muerte de Galán? ¿Fue en efecto, Pablo Escobar, el autor intelectual de la muerte de Luis Carlos Galán, o se le ha querido atribuir esa culpa que dejaría libres de sospecha a los verdaderos autores del magnicidio?
En Noticia de un Secuestro, publicado en 1996, Gabriel García Márquez relata que durante las gestiones para el rescate de Maruja Pachón de Villamizar, secuestrada en 1989 por Pablo Escobar, el capo le escribió al esposo de Maruja, Alberto Villamizar , en una carta, “sin que viniera a cuento: ‘Dígale a doña Gloria [Pachón de Galán] que a su marido lo mató [el general Miguel] Maza [Márquez], de eso no le quepa la menor duda’. Ante esa reiteración constante de esa acusación, la respuesta de Maza siempre fue la misma: ‘el que más sabe que no es cierto es el mismo Escobar’. (pag. 268). La acusación sin fundamento que Escobar esgrime contra Maza es la misma acusación sin fundamento que Maza esgrime contra Escobar. No hay pruebas que incriminen a ninguno de los dos en el asesinato del candidato liberal, y ambos niegan haberlo hecho. Más adelante agrega García Márquez que, una vez concluida la entrega de Pablo Escobar a la justicia, como corolario de complicadas negociaciones, Escobar “Por último tomó del brazo a Villamizar
“—Camine, doctor—le dijo--. Usted y yo tenemos mucho que conversar.
“Lo llevó hasta el extremo de la galería exterior, y allí charlaron por unos diez minutos recostados en la baranda y de espaldas a todos. Escobar empezó por dar las gracias formales. Luego, con su calma pasmosa, lamentó los sufrimientos que le había causado a Villamizar y a su familia, pero le pidió entender que aquella había sido una guerra muy dura para ambas partes. Villamizar no desperdició la ocasión de resolver tres grandes incógnitas de su vida: por qué habían matado a Luis Carlos Galán, por qué Escobar había tratado de matarlo a él, y porqué había secuestrado a Maruja y a Beatriz [Villamizar, hermana de Alberto].
“Escobar rechazó toda la culpa sobre el primer crimen. ‘Lo que pasa es que al doctor Galán lo quería matar todo el mundo’, dijo. Admitió que había estado presente en las discusiones en que se decidió el atentado, pero negó que hubiera intervenido o tuviera que ver con los hechos. ‘En eso intervino muchísima gente –dijo--. Yo inclusive me opuse porque sabía lo que se venía si lo mataban, pero si esa era la decisión yo no podía oponerme. Le ruego que se lo diga así a doña Gloria’”. (pag. 329).
¿Le destapó Pablo Escobar al doctor Villamizar todos o algunos de los nombres de esa “muchísima gente” que participó en las discusiones que llevaron a la decisión de asesinar a Luis Carlos Galán? ¿Le dijo pablo Escobar a Alberto Villamizar que una de las muchísimas personas que participaron en la incitación al asesinato de Galán, fue Alberto Santofimio Botero? No debió decírselo, por que de habérselo dicho el doctor Villamizar hubiese tenido la obligación sagrada de declararlo en la audiencia pública contra Santofimio, como testigo fundamental de la Fiscalía. Y no aparecen ningunas declaraciones de Alberto Villamizar en este sentido.
¿De dónde salió entonces la acusación contra Santofimio como elemento determinante del magnicidio? De las ya mencionadas declaraciones de Popeye, el sedicente “mano derecha” de Pablo Escobar, que confiesa haber estado presente en las conversaciones de Escobar con Santofimio en las que el político tolimense prácticamente le da al todopoderoso jefe del cartel de Medellín la orden de matar a Galán. Sin embargo de ser “mano derecha” de Escobar, Popeye no aparece para nada en el libro de garcía Márquez, ni como mano derecha, ni izquierda, ni como dedo del pie de Pablo Escobar. Ni siquiera está probado que este matón y asesino trabajó para Pablo Escobar en el cuerpo de sicarios del cartel de Medellín. Según Popeye los autores intelectuales de la muerte de Luis Carlos Galán fueron Pablo Escobar y Alberto Santofimio Botero, aquel como ordenador y este como determinante. Popeye ha confesado ser parte del equipo de asesinos que acabó con la vida de Luis Carlos Galán, el 18 de agosto de 1989 en la Plaza del municipio cundinamarqués de Soacha.
La Fiscalía cree en Popeye, y con las mismas pruebas, es decir, ningunas, conque mutua y temerariamente se acusaron Pablo Escobar y Maza Márquez de ser los asesinos de Galán, llevó a Santofimio Botero al banquillo. La confianza ciega del Fiscal en la sinceridad de Popeye no ha encontrado eco unánime. Mientras el Fiscal le ha pedido al Juez que condene a Santofimio como culpable de los cargos que se le formulan, el Procurador ha solicitado que se lo absuelva en razón de que no hay pruebas sólidas para demostrar la culpabilidad de Santofimio Botero. Indubio pro reo, la duda favorece al reo.
Alberto Santofimio Botero habló, al fin, para hacer su defensa, y habló durante seis horas seguidas. Exhibió pruebas documentales de su relación respetuosa y cordial con el líder sacrificado, mantenidas hasta pocos días antes de su muerte, sin desconocer que había entre ellos una rivalidad política en sus sendas aspiraciones por el acceso a la dirección del Estado, y mostró al Juez de la causa la declaración del propio doctor Galán, hecha doce días antes del crimen, en la cual reconoce a Santofimio como un interlocutor legítimo, con quien venía de competir en la consulta liberal de los candidatos a la presidencia de la República, bajo la dirección del expresidente Turbay Ayala, quien también rindió testimonio procesal en un todo favorable a Santofimio.
Aporta Santofimio el testimonio de los generales de la República en torno al punto medular del proceso: la posibilidad y seriedad de la intervención del reo en la ideación o determinación del asesinato. Todos a una la descartan. Miguel Antonio Gómez Padilla, Luis Ernesto Gilibert, Octavio Vargas Silva y Harold Bedoya no conocieron, ni interceptaron comunicación o alguna otra prueba capaz de comprometer a Santofimio. Los que si interceptaron –dice Santofimio—las comunicaciones de Pablo Escobar fueron los líderes del cartel de Cali, en cumplimiento del pacto de los hermanos Rodríguez para coadyuvar en la persecución del capo del cartel competidor del de Cali. Por esta razón se encuentran de pronto en posesión de una información que revela un atentado para asesinar al candidato liberal en fecha y sitio determinados, y le entregan las respectivas cintas grabadas al primo hermano de Luis Carlos Galán, el doctor Alfonso Valdivieso Sarmiento. Santofimio pregunta a la Audiencia: si el doctor Valdivieso Sarmiento tuvo estas grabaciones en sus manos, ¿por qué no hizo nada para salvar la vida de su primo?
Las revelaciones de Santofimio causaron sensación en la Audiencia y todos quedaron a la espera de lo que al respecto dirá el doctor Valdivieso Sarmiento.
A renglón seguido, Santofimio les preguntó a la viuda de Luis Carlos Galán, doña Gloria Pachón, y a sus hijos, ¿cómo se sintieron al ver que, todavía tibio el cadáver de su esposo y padre, se negoció por parte de la persona a quienes ellos entregaron las banderas por las que dio su vida el doctor Galán, el presidente César Gaviria Trujillo, la entrega de Pablo Escobar bajo las condiciones impuestas por este, su detención en el santuario de La Catedral, y la abolición de la extradición en la Constitución de 1991? Y añadió una nueva y estremecedora revelación: que la campaña reeleccionista del presidente Alfonso López Michelsen, en 1982, había sido financiada por Los Extraditables, es decir, por Pablo Escobar.
Santofimio analizó y rebatió una por una las veinticuatro mentiras en que basó su testimonio Popeye, antes de la audiencia, o inventadas por él en el curso de la misma, que acreditan su calidad de mitómano. Por ejemplo ¿quién podría creer que en medio de una reunión multitudinaria, Pablo Escobar sentó a Rodríguez gacha y a Santofimio, al lado de la señora madre de Escobar, como testigo, a fraguar el crimen, que de suyo imponía su concepción en medio de la más estricta clandestinidad y del mayor secreto?
Pasando de acusado a acusador, Santofimio Botero desnudó las debilidades y falencias del juicio en su contra, la falta de ética de su acusador particular, el ex magistrado Fernando Arboleda Ripoll, y la pobreza de sus argumentos para vincularlo en el crimen que abatió a Luis Carlos Galán.
Ninguno de los asistentes se movió del recinto de la Audiencia durante las seis horas que duró la intervención de Santofimio. Al día siguiente concluyó la Audiencia. El Juez tiene quince días, prorrogables si es necesario, para dictar sentencia y declarar culpable o inocente a Alberto Santofimio.
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