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                ENTREVISTA INÉDITA CON

                    GERMÁN ARCINIEGAS

  

Germán Arciniegas,

el maestro de un siglo

      

A finales de 1999, pocos antes de cumplir los 99 años, falleció en Bogotá el gran escritor colombiano Germán Arciniegas,  figura de amplia trayectoria a lo largo del siglo, en diversas disciplinas, pero sobre todo un eficiente e incansable impulsador de la cultura en sus múltiples manifestaciones, y en particular de las artes plásticas, siempre dispuesto a tender la mano a los artistas que empezaban. Arciniegas es autor de una treintena de libros, algunos de los cuales como El Estudiante de la Mesa Redonda y Entre la Libertad y el Miedo, tuvieron amplia resonancia continental en una época siniestra en que las tiranías militares campaban en el continente.

En julio de 1996, hace diez años, el joven escritor Eduardo Ardila Rivera, director actualmente del equipo operativo de la editorial y distribuidora El Siglo del Hombre, le hizo al maestro Arciniegas la última entrevista que concedió antes de sumirse en el silencio preventivo de tres años que antecedió a su muerte. El profesor Arcila Rivera ha cedido esa entrevista evocadora con exclusividad para LA HOJARASCA.

Por Eduardo Arcila Rivera

Con la generosidad intelectual que siempre lo ha caracterizado, el maestro Arciniegas me recibe en su casa, un lindo apartamento sobre la calle 92 en Bogotá, donde espera, sin ningún asomo de desesperanza, que la vida continúe con sus tristezas y alegrías, a los noventa y cinco años de vida.

Allí, en medio de incontables objetos de toda índole que muestran su curiosidad intelectual y un cierto encanto de coleccionista, me recibe como si nos conociéramos de toda la vida.

He solicitado esta entrevista con la duda de que sea posible, pues el maestro, privado completamente de la vista y el oído, estaría de sobra disculpado para no atender ya a nadie. Sin embargo, cuando avanza hacia mí, acompañado por su muy amable enfermera, me sobrecogen su firmeza en el andar y su ritmo corporal y me traslado conscientemente a la figura del oráculo griego; accedo a él con temor, casi con un cierto temblor reverencial ante su imagen de sabiduría, su gracia personal y su bondad socarrona.

Me ha llevado a esta entrevista el interés histórico por una de sus primeras aventuras editoriales: la fundación, en el Bogotá todavía engastado en las costumbres del siglo XIX, de una revista juvenil, editada por él en 1921 y que duró escasamente un año. Quería saber si había sido censurada por los gobiernos de la época o a qué se debía tan corta vida para una publicación que gozaba del interés de los jóvenes universitarios a nivel de toda América Latina, y que había sido el órgano de comunicación de la recién creada Federación Latinoamericana de Estudiantes.

Al mismo tiempo, al conocer esta publicación, siempre me llamó la atención el gran interés dedicado en ella a las artes plásticas y a los trabajos de los artistas jóvenes de la época. Por sus páginas desfilan reproducciones de obras de Rendón, Otálora, Rodríguez, al lado de muchos artículos de crítica artística e intentos de estética, así como los primeros poemas de León de Greiff

Al presentarme, disminuyo, por razones de la misma entrevista, mi primer apellido y enfatizo el segundo: Rivera, con lo que él, de memoria siempre prodigiosa, no precisa el de ninguna persona conocida y permanece curioso, expectante hacia el tema de nuestra entrevista.

GA:  Sí...la Revista Universidad la hacíamos donde un señor Rodríguez.

Ent:  Rodríguez?

GA:  Sí, era una imprenta que había delante de las Cruces, muy buena.

Ent:  Y...era una imprenta pequeña?

GA:  Si, imprimíamos en un treintaidosavo o en dieciseisavos.

Ent:  Esa revista la hemos visto impresa en el año 21; debió ser su primera publicación.

GA:  Sí.

Ent:  Porque tenía usted veintiún años...

GA:  Muy bien editadita, no?

Ent:  Sí señor,

GA:  Con portadas de Rendón

Ent:  Tenía portadas de Rendón y unas esculturas...

        (me interrumpe sin dudarlo un momento)

GA:  De Gustavo Arcila

Ent:  Maestro, quién era ese escultor?

GA:  Pues...era un escultor que había estudiado en los Estados Unidos; muy buen escultor.

Ent:  Colombiano?

GA:  Si, colombiano, excelente escultor...que desapareció, yo no sé por qué. Yo de él no sé sino que publicamos sus esculturas. Y, yo recuerdo que probablemente...yo sí como que lo conocí. El había estudiado en Estados Unidos, me parece. El no estudió aquí en Colombia. Pero no se volvió a saber de él absolutamente nada.

(Curiosamente, un año después de esta entrevista, el 2 de junio de 1997, en su columna habitual del periódico El Tiempo, el maestro Arciniegas publicó las palabras que envió a la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, con motivo del homenaje y la exposición documental que le hicieron en la capital de Antioquia. En este artículo destaca su relación personal con los artistas antioqueños, amigos de su juventud, y propone rescatar gráficamente del olvido la obra de Tobón Mejía y de Arcila Uribe.)

Ent:  Maestro, en la reaparición de su Revista Universidad en el 29,  encontramos un boceto del escultor Arcila para el monumento a José Asunción Silva...

GA:  Sí.

Ent:  Sobre el Nocturno de Silva?

GA:  Sí.

Ent:  Ese monumento tampoco se hizo, supongo...

GA:  El boceto que se publicó en Universidad....yo creo que no se publicó en ninguna otra parte.

Ent:  Y el monumento a Silva, ¿por qué no se hizo en Bogotá?

GA:  Porque en ese tiempo la gente era muy desinteresada para estas cosas, ¿no? Yo me acuerdo que en eso de Silva, únicamente yo publiqué cosas. Yo me había conseguido un poco de material que estaba en poder de un tipo muy desordenado de apellido Manrique; un hijo natural de Pedro Carlos Manrique. Yo conseguí cosas muy curiosas: yo tenía la receta...esa sí la publiqué: la última receta de Silva. Y tenía también los primeros poemas de Silva...

Ent:  Infancia... Crepúsculo...

GA:  Que los había copiado probablemente Paquita Salgar.

Ent: Maestro, en el año 30 se hace un monumento a Silva, del escultor español Ramón Barba que se instaló en el parque de Santander.

GA:  Si...el busto de Silva; no sé ese busto finalmente donde fue a parar.

Ent:  Y creo que era Luis Eduardo Nieto Caballero uno de los promotores de esta idea, la de hacer un monumento a Silva,

GA:  Sí.

Ent:  Porque ahora, cien años después de la muerte de Silva, tampoco se le va a hacer ningún monumento. Usted sabe el paradero de esas esculturas, el busto y la alegoría en bronce?

GA:  Bueno, el busto sí. Estuvo mucho tiempo allí en San Diego, al frente del Panóptico, donde hoy es el Museo Nacional. Yo no sé a donde fue a parar ese busto.

(Al parecer, el maestro no sabe que hace varios años, el Dr. Rivas Sacconi, entonces director del Instituto Caro y Cuervo, se encontró que estaban demoliendo – una vez más- el monumento a Silva, y, mientras el Alcalde de turno decidía un nuevo lugar para inmortalizarse, alquiló una volqueta y a las 12 de la noche lo hizo cargar y se lo llevó para la casa de Yerbabuena, donde actualmente se puede observar a la entrada, el mármol del escultor Barba, despojado de su pedestal original y ruinosamente ubicado debajo de un sauce. )

Ent:  Maestro...permítame pasar a otro tema. ¿Por qué la revista Universidad, después de imprimirla en la editorial Minerva en 1921 y comienzos de 1922, duró menos de dos años y se suspendió?

GA:  Eso...dependía mucho de...eso no me daba a mí utilidad ninguna; hasta que yo compré una imprenta que funcionaba en mi casa.

Ent:  Donde era su casa?

GA:  En la calle sexta con carrera octava. La imprenta funcionaba en el solar de mi casa. Yo compré un linotipo; compré la imprenta a un señor Manjarrés. Compré el linotipo y me asocié con Fernando Mazuera, que era entonces un tipo totalmente desconocido, sobrino de Villegas, el hermano de Lorencita la mujer de Eduardo Santos. El fue después alcalde de Bogotá. La imprenta se llamaba: Linotipo de Arciniegas y Mazuera.

Entonces ahí empecé yo a hacer ediciones Colombia; pero ediciones empezó editándose en la editorial Minerva de José Antonio Rodríguez.

Ent: Con este señor Rodríguez, usted se volvió a ver? Los hijos de él conservaron la editorial?

GA:  Yo no sé esa editorial en qué paró. Era una imprentica  muy buena...muy buena. El era un editor muy cuidadoso; y por eso, cuando la editorial Minerva editaba la revista, estaba sumamente bien impresa.

Ent:  Inclusive, hay algunas portadas a colores...

GA:  Si....sí, con un fondo de color y otro.

Ent:  Entonces...ya en la segunda etapa de la revista Universidad, cinco años después, en 1927, el formato que encontramos es más grande...

GA:  Sí, más grande.

Ent:  Y así duró hasta el 29, porque usted viajó en el treinta...

GA:  Sí. Viajé a los Estados Unidos.

Ent:  Y por qué viajó usted a los Estados Unidos, el año en que entraba el liberalismo al poder?

GA:  Pues...porque ...me quebré; ¿no vé? Y resolvieron entre todos que yo dejara la imprenta y vendiera todo lo que tenía para poder viajar.

Ent:  Pero, usted iba con un cargo diplomático?

GA:  No, sin ningún cargo. Yo arrendé la imprenta por 300 pesos y con esos 300 pesos iba a vivir en Estados Unidos. Entonces 300 pesos eran plata.

Ent:  Y en qué ciudad de Estados Unidos vivió?

GA:  En Nueva York.

Ent:   Maestro: alcanzó a estar bastante tiempo en Nueva York?

GA:  Si, en Nueva York estuve como más de un año.

Ent:  ¿Y, escribiendo allá, o trabajando?

GA:  No. Yo escribía para El Tiempo. Y vivía de eso, de los 300 pesos; pero era que 300 pesos en esa época eran plata...eran más de 300 dólares y con 300 dólares uno vivía en Nueva York. A mí me costaba el apartamento de Nueva York setenta dólares.

Ent:  Pero además era el año de la Depresión...

GA:  Ya había pasado la Depresión.

Ent:  ¿Y regresó entonces a Colombia?

GA:  No. Estando en Nueva York llegó el doctor Olaya Herrera como Presidente electo y llevó de secretario a Juan Lozano. Y Lozano tenía......el doctor Olaya era muy......no le pagaba ni un centavo a Juan Lozano. Pero Juan se quedaba a dormir en el apartamento mío y estando allá dejaron de pagarme la imprenta; yo me quedé en el aire. Pero Juan Lozano logró que me nombrara, el doctor Olaya, secretario del consulado en Londres, y de secretario del consulado me pasó después a vicecónsul. Y viví en Londres dos años y entonces regresé a Colombia.

Ent:  Su primer Ministerio fue el de educación?

GA:  Sí.

Ent:  Pero...eso fue en qué año, más o menos. Fue con Olaya o con López Pumarejo?

GA:  Fue con Eduardo Santos; pero entonces fue que me nombraron Representante a la Cámara.

Ent: ¿ Por el departamento de Cundinamarca o del Tolima?

GA:  Por Bogotá; como ya había hecho tantas cosas por los estudiantes, el liberalismo le dió a los estudiantes un renglón en la lista de Bogotá; entonces me nombraron a mí Representante a la Cámara. Y vine a ocupar ese puesto de Representante el segundo año; el primer año dejé que acudiera a ocupar la curul Abel Botero...me parece.

Ent: Maestro, volviendo a la primera revista Universidad, la del 21, allí escriben dos personas sobre arte: Augusto Olivera y Pedro Moreno Garzón.¿ Quienes eran ellos?

GA:  Bueno...Pedro Moreno Garzón era uno que trabajaba en Cromos, me parece. De ese me acuerdo mucho. Del otro no me acuerdo.

Ent:  Y...hacían crítica de arte?

GA:  Sí.

(Por respeto al maestro, siento que esta entrevista se ha extendido mucho y trato infructuosamente de darla por terminada)

Ent: Le agradezco mucho su atención de recibirme, es que queremos hacer una publicación sobre esta época y creemos que esta revista Universidad jugó un papel muy importante en la creación de la Federación Latinoamericana de Estudiantes...

GA:  Pues sí; la revista fue la que agitó toda la cuestión de la Federación de Estudiantes.

(En 1919 el presidente Carranza de México envió a algunas capitales de América Latina a varios jóvenes mexicanos para promover la idea de crear la Federación Latinoamericana de Estudiantes. A Bogotá llegó el poeta Carlos Pellicer, que contaba apenas 22 años de edad y quien en cumplimiento de su misión entabló una gran amistad con Germán Arciniegas y otros jóvenes de la época. El Fondo de Cultura Económica de México publicó recientemente (2002)  la correspondencia Arciniegas-Pellicer.)

Ent:  Y eso fue fundamental para el desarrollo de los movimientos políticos del país, los que llevaron...

GA:  Mucho, mucho!  Jugó un papel muy importante. Yo fui el primero que le hizo ambiente a Alfonso López y a Lleras Restrepo.

Ent:  En ese año 21, que sale revista Universidad, aparece una Exposición de arte en el foyer del teatro Colón, auspiciada por la revista.

GA:  Sí.

Ent:  Donde participaba un grupo de pintores y escultores nuevos; entre ellos, José Domingo Rodríguez...

GA:  José Domingo Rodríguez era un boyacense. Magnífico escultor, que había estudiado en España, y Félix María Otálora, que fue el primero que se atrevió a introducir novedades en lo que era ya un principio de impresionismo en la pintura. Yo de Rodríguez tenía bastantes cuadritos...paisajes; y de Otálora también. Había también un poco de acuarelas de Rafael Tavera; pero los pintores de entonces, importantes, eran: Otálora ...Otálora sobre todo y Rodríguez. Pero Rodríguez vino a destacarse en la escultura...

Ent:  Creo que hizo un Bolívar para Soacha...

GA:  Bueno...de Rodríguez me acuerdo de un desnudo, de una Eva, muy buena.

Ent:  Que la presentó después para la Exposición Iberoamericana de Sevilla...

GA: Sí. Pero en la Exposición de Sevilla el que funcionó mucho fue Rómulo Rozo; pero Rómulo Rozo se dedicó íntegramente a México.

Ent:   ¿Él no volvió al país?

GA:  Vino a Bogotá un poco...¿no?  Me acuerdo que me regaló una tortuguita de bronce, que me la robaron aquí mismo.

Ent:  Usted escribió hace unos días sobre eso, un artículo muy bonito...

GA:  Sí.

Ent:  En el año 38 o 40, con Eduardo Santos, estuvo en Colombia también Victorio Macho...

GA:  Victorio Macho?...Muchísimo; porque él hizo el monumento de Uribe Uribe, ahí en el Parque Nacional...el primero que hizo aquí un monumento con agua.

Ent:  ¿Y ese monumento, se le encargó a Macho en España o él vino a Bogotá?

GA:  Él vino aquí. Victorio Macho era muy importante, inclusive en España.

Ent:  ¿Y usted lo conoció personalmente?

GA:  Yo me acuerdo mucho de las cosas de Macho pero personalmente de él no me acuerdo...

Ent:  Porque hizo también un caballo estupendo con Belalcázar para Popayán...

GA:  Sí.

Ent:  En esos años también surge el movimiento Bachué, que...

GA:  Bachué? Sí.

Ent:  ...que son escultores y pintores. Acuña y algunos otros que hacen sobre todo figuras indígenas...

GA:  Acuña estaba muy españolizado...sobre todo por la mujer...¿no?

Ent:  Maestro: usted participó mucho...le gustaba mucho el arte en esa época. Uno lee crónicas en las diferentes revistas y encuentra siempre artículos suyos sobre uno y otro movimiento; le gustaba el tema del arte,¿ no es cierto?)

GA:  Yo estaba muy relacionado con todos los pintores. Sobre todo con los boyacenses....y con Pedro Nel Gómez, muy amigo.

Ent:  Pedro Nel, creo que vino en el 24 por primera vez a Bogotá y no quiso estudiar en la Escuela de Bellas Artes sino que se metió con un grupo que se llamaba el Círculo de Bellas Artes...los artistas jóvenes...

GA:  Yo tengo por ahí unas cositas de Pedro Nel Gómez, de esa época, muy lindas.

Ent:  Si...

GA:  Y ellos me hacían ilustraciones para Universidad, y yo guardaba todas esas ilustraciones que las he dejado para regalarlas a la Biblioteca Nacional.

Lo mismo que con Ariza...yo tuve muy buena relación con Ariza cuando se fue al Japón; y correspondencia con él, siempre.

Ent: ¿Usted donó la mayor parte de esas cosas a la Biblioteca Nacional?

GA:  Todo....sí.

Ent:  Maestro: cuando usted se fue, ¿a quién le alquiló  la imprenta?

GA:  Bueno, eso se vendió..¿.no?

Ent:  Pero...lo que son los archivos de esa época, los papeles...las fotografías....

GA:  Todo eso se lo he regalado a la Biblioteca Nacional.

Ent:  Ah...bueno, ahí podremos también estudiar e investigar....

GA:  Sí.

Ent:  Esa es una época muy importante para el nacimiento del arte en Colombia.

GA:  Yo desgraciadamente...yo conservaba las cosas, pero con mucho desorden.

Ent:  Sí. Yo pregunté en la Biblioteca Nacional y allí conservan muchos documentos...

GA: Yo creo que sí.

Ent:  Bueno maestro, le agradezco mucho toda su amabilidad...el haberme recibido...

GA:  Bueno....ahí está....ya.