El cobarde asesinato
de Stanley Tookie Williams
Mario Lamo Jiménez
Las palabras en verdad engañan. Si el estado legaliza la tortura, ¿deja por eso de ser tortura? Si el estado legaliza el asesinato por medio de la “pena de muerte”, ¿deja por eso de ser un asesinato? El pasado 13 de diciembre a las 12:35 de la madrugada, el estado de California asesinó por medio de la mal llamada “pena de muerte” a uno de los hombres más brillantes y lúcidos que ha dado la sociedad norteamericana. Escritor autodidacta y autor de varios libros para niños fue condenado a morir por un crimen que muy posiblemente no cometió. Un jurado de sólo blancos y un fiscal racista se encargaron de dictar sentencia en base a hechos no comprobados, a testigos amañados y a evidencia netamente circunstancial. El gobernador de California, actor de películas de tercera, político de segunda y oportunista de primera, Arnold Schwarzenegger, le negó su petición de clemencia, dictando así su sentencia de muerte, so pretexto de que Tookie Williams no se había “redimido”.
¿Quién era Tookie Williams y de qué se le acusaba?
Tookie había llegado con su mamá a Los Ángeles en los años 60, proveniente de Lousiana y su primera experiencia en el barrio donde llegó a vivir fue pelear con el matón local, lo que lo convenció que para sobrevivir allí tenía que ser más grande y fuerte que los demás. En un sistema racista como el norteamericano, donde ser negro es un estigma y donde por ello los dados están cargados en tu contra al nacer por la falta de educación, de empleo, de vivienda, etc. la vida de Tookie no fue la excepción. Empezó a vivir la única vida que conocía, la de los “gangs” o pandillas urbanas y a los 16 años fundó una de las que sería las pandillas más notorias de los EE. UU., los “Crips”. Según Tookie, lo hizo porque odiaba las pandillas y veía la suya como un medio de terminar con ellas. Para finales de los años setenta, Tookie estaba en la mira de todas las organizaciones policiales, dispuestas a darle el zarpazo ante la menor infracción. Y para aquel entonces Tookie se había convertido en un fisiculturista de impresionantes músculos, que según dicen, entrenó un día en el mismo gimnasio con el futuro gobernador que un día sería su verdugo. Entonces vino la oportunidad que la policía buscaba: en 1979 cuatro personas fueron asesinadas para robarlas, un blanco y tres asiáticos, en incidentes separados y Tookie fue acusado de los crímenes. Él desde un principio sostuvo su inocencia y lo que en verdaderamente fue un linchamiento judicial, Stanley Tookie Williams, fue acusado, juzgado y sentenciado a muerte por un jurado ciento por ciento blanco, en base al testimonio de testigos poco fiables. Pero escuchemos lo que Tookie dijo al respecto, en la que sería una de sus últimas entrevistas con Amy Goodman, en “Democracy Now”:
“No, yo no soy culpable de estos crímenes. Lo he dicho desde un principio, desde el momento de mi arresto. Fue un falso arresto…fue un paradigma de racismo, la evidencia exculpatoria fue excluida, la consejería jurídica que recibí fue ineficaz…el jurado, sólo de blancos, estaba sesgado en mi contra”.
La redención de Tookie Williams
Y sería en la misma prisión donde aguardaba la pena de muerte que la vida de Williams sufriría un cambio radical. Debajo de sus músculos de acero anidaba un cerebro listo a reflexionar y a florecer a una nueva vida. Después de pasar largos años en confinamiento solitario, Tookie comprendió lo que habría de darle un nuevo curso a su vida: que tenía que redimirse para derrotar sus demonios y validar su existencia, y el camino de su redención fue primero su educación personal. Tookie se dedicó a leer y a ilustrarse y entonces sí se convirtió en un ser verdaderamente peligroso para el estado: entendió exactamente la esencia del sistema racista que lo había condenado a morir, así no tuviera pruebas de ello y también comprendió la inutilidad de la vida de pandillas: los pobres se estaban matando entre sí, mientras el statu quo permanecía igual, reproduciendo las condiciones de su propia opresión. Tookie se convirtió en un prolífico escritor, publicó nueve libros para niños, exhortando a la juventud a educarse y a construirse un futuro mejor, alejado de la vida pandillera y además fue nominado al Premio Nobel de la Paz por un miembro del Parlamento Suizo en el año 2000 y después de ello sería nominado 4 veces más al mismo premio, así como al Premio Nobel de Literatura.
Pero sus redención no terminó allí. Escribiría un protocolo para la paz entre las pandillas, en el cual describía, paso a paso, el método a seguir para lograr la paz entre aquellos jóvenes, frustrados por el sistema y perseguidos por la sociedad. Su protocolo por la paz empezó a ponerse en práctica con éxito y finalmente, la vida de Tookie sería llevada a la pantalla chica en una película que narraba su vida: “Redención”.
Un final que es principio
Sin embargo, las horas de su vida se agotaban, así como sus opciones de clemencia. Corte tras corte se negó a revisar su caso, hasta que su vida quedó en manos del hombre menos indicado para hacer el papel de Dios: el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger. Las disculpas que dio, redactadas por alguno de sus ayudantes, para ejecutar a Tookie, fueron de lo más pueriles. Que había dedicado uno de sus libros a Nelson Mandela y a otros luchadores por la libertad de los oprimidos de la tierra, que su protocolo por la paz no había acabado con la guerra entre las pandillas (como si eso fuera la responsabilidad de Tookie y no del estado), en fin, su petición de clemencia terminó siendo una burla, ya que Tookie estaba muerto aun antes de solicitarla. Y, paradójicamente, ahora Tookie Williams, a través de su asesinato a manos del estado, es un héroe redimido; y su ejecutor Arnold Schwarzenegger, es un asesino que jamás tendrá redención.
La historia parece repetirse ciegamente: una vez más un asesino blanco ha regado la sangre de un negro a nombre de una falsa justicia. Tookie Williams muerto, sigue siendo parte de la solución. Arnold Schwarzenegger, en vida, y la clase que él representa no sólo son parte del problema: son el problema que amenaza con destruir a la humanidad por medio del calentamiento global, las guerras genocidas y la destrucción del medio ambiente. La mejor manera de honrar a Tookie Williams es combatir la ideología racista y depredadora imperial y hacer de su protocolo por la paz un documento vivo. Han asesinado a Tookie Williams pero no sus ideas que seguirán con vida en todos los seres pensantes y amantes de la paz en esta tierra.
Para consultar los escritos de Tookie Williams ir a:
http://www.tookie.com/
Comentario ...
Entre Venezuela y Nadalandia
Eduardo Galeano
Extraño dictador este Hugo Chavez. Masoquista y suicida: creo una Constitucion que permite que el pueblo lo eche, y se arriesgo a que eso ocurriera en un referendum revocatorio que Venezuela ha realizado por primera vez en la historia universal.
No hubo castigo. Y esta resulto ser la octava eleccion que Chavez ha ganado en cinco anos, con una transparencia que ya hubiera querido Bush para un dia de fiesta.
Obediente a su propia Constitucion, Chavez acepto el referendum, promovido por la oposicion, y puso su cargo a disposicion de la gente: "Decidan ustedes".
Hasta ahora, los presidentes interrumpian su gestion solamente por defuncion, cuartelazo, pueblada o decision parlamentaria. El referendum ha inaugurado una forma inedita de democracia directa. Un acontecimiento extraordinario:
Cuantos presidentes, de cualquier pais del mundo, se animarian a hacerlo?
Y cuantos seguirian siendo presidentes despues de hacerlo?
Este tirano inventado por los grandes medios de comunicacion, este temible demonio, acaba de dar una tremenda inyeccion de vitaminas a la democracia, que en America Latina, y no solo en America Latina, anda enclenque y precisada de energia.
Un mes antes, Carlos Andres Perez, angelito de Dios, democrata adorado por los grandes medios de comunicacion, anuncio un golpe de Estado a los cuatro vientos. Lisa y llanamente afirmo que "la via violenta" era la unica posible en Venezuela, y desprecio el referendum "porque no forma parte de la idiosincrasia latinoamericana". La idiosincrasia latinoamericana, o sea, nuestra preciosa herencia: el pueblo sordomudo.
Hasta hace pocos anos, los venezolanos se iban a la playa cuando habia elecciones. El voto no era, ni es, obligatorio. Pero el pais ha pasado de la apatia total al total entusiasmo. El torrente de electores, colas enormes esperando al sol, a pie firme, durante horas y horas, desbordo todas las estructuras previstas para la votacion. El aluvion democratico hizo tambien dificultosa la aplicacion de la prevista tecnologia ultimo modelo para evitar los fraudes, en este pais donde los muertos tienen la mala costumbre de votar y donde algunos vivos votan varias veces en cada eleccion, quiza por culpa del mal de Parkinson.
"?Aqui no hay libertad de expresion!", claman con absoluta libertad de expresion las pantallas de television, las ondas de las radios y las paginas de los diarios.
Chavez no ha cerrado ni una sola de las bocas que cotidianamente escupen insultos y mentiras. Impunemente ocurre la guerra quimica destinada a envenenar a la opinion publica. El unico canal de television clausurado en Venezuela, el canal 8, no fue victima de Chavez sino de quienes usurparon su presidencia, por un par de dias, en el fugaz golpe de Estado de abril del ano 2002.
Y cuando Chavez volvio de la prision, y recupero la presidencia en andas de una inmensa multitud, los grandes medios venezolanos no se enteraron de la novedad. La television privada estuvo todo el dia pasando peliculas de Tom y Jerry.
Esa television ejemplar merecio el premio que el rey de Espana otorga al mejor periodismo. El rey recompenso una filmacion de esos dias turbulentos de abril. La filmacion era una estafa. Mostraba a los salvajes chavistas disparando contra una inocente manifestacion de opositores desarmados. La manifestacion no existia, segun se ha demostrado con pruebas irrefutables, pero se ve que este detalle no tenia importancia, porque el premio no fue retirado.
Hasta ayercito nomas, en la Venezuela saudi, paraiso petrolero, el censo reconocia oficialmente un millon y medio de analfabetos, y habia cinco millones de venezolanos indocumentados y sin derechos civicos.
Esos y otros muchos invisibles no estan dispuestos a regresar a Nadalandia, que es el pais donde habitan los nadies. Ellos han conquistado su pais, que tan ajeno era: este referendum ha probado, una vez mas, que alli se quedan.
–
|